JAIME PARRA
La Asociación de Fútbol del Noroeste y Río Mula acaba de celebrar su décimo aniversario, contribuyendo con los clubes de la comarcas a la formación de futbolistas y, dándolos a conocer en torneos fuera de nuestras fronteras.
Diez años que dan para una reflexión de su director deportivo, José Carlos Gozalbes, sobre la formación de los jóvenes futbolistas y su educación. También para reflexionar sobre el estado del fútbol base en la comarca y el futuro de José Carlos como técnico de alevín del Real Murcia y captador de futbolistas para este club
¿Qué medidas tomarías para erradicar los comportamientos violentos o anti deportivos en el fútbol base?
Es fundamental tener una reunión con los padres, madres, familiares a principio de temporada y dejar claras unas pautas de actuación. En mi caso les explico que cualquier instrucción técnica a los chicos durante los entrenamientos o partidos, al igual que si realizan protestas al árbitro o muestran un mal comportamiento en la grada tendrá consecuencias directas en el jugador. Créeme que funciona. Pero es importante que los clubes y escuelas deportivas ofrezcan charlas formativas dirigidas a los padres, madres, familiares para concienciar de cuál es su verdadero papel en todo esto.
– El padre entrenador, ¿es una “figura” reciente o ha existido siempre? ¿qué le dirías a ese tipo de padre?
Ha existido siempre. Hay una creencia extendida y es la de que todo el mundo sabe de fútbol. Todo el mundo opina y por supuesto los padres no van a ser menos. Les diría que ser entrenador requiere una titulación, muchos años de formación y aprendizaje. Hay de todo claro, pero un buen formador lleva detrás mucho trabajo a sus espaldas como para que un simple aficionado saque su libreta de entrenador y diga en la mayoría de ocasiones opiniones sin fundamento. Les diría que su papel debe limitarse a llevar a su hijo al entrenamiento o partido y animarlo. Nada más.
– ¿Cuáles son las últimas palabras que les diriges a tus jugadores cuando saltan al campo?
Siempre les digo que salgan a divertirse y a disfrutar. Intento quitarles toda la presión que quizás traen de casa. Les recuerdo que lo importante no es ganar, sino poner en práctica todo lo aprendido durante la semana. Para mi es más importante el “cómo”, la forma en la que buscamos el objetivo, que el “qué”, en este caso esa absurda obsesión por ganar el partido.
– ¿Cómo ha cambiado el fútbol base desde que comenzaste como jugador?
– Mucho. La superficie de los terrenos de juego ha mejorado con la implantación del césped artificial. Los monitores/entrenadores están mejor preparados y el número de licencias ha aumentado. Existe una mayor presencia de scouts, equipos de captación y se ha normalizado jugar torneos en los que participan equipos de Primera División. Todo esto hace que las posibilidades de proyección sean mayores, por lo tanto hay un mayor número de padres obsesionados porque sus hijos sean los próximos Cristiano Ronaldo o Messi. Y esto es muy peligroso.
– ¿Qué has aprendido en tu etapa en la Escuela de Fútbol San Miguel?
-El barrio de San Miguel respira fútbol puro por los cuatro costados. Es un lugar en el que siempre verás niños jugando al fútbol, a todas horas. Cuando toca entrenamiento y cuando no. Allí los niños todavía prefieren un balón a una Play Station. He aprendido entre otras cosas que la sobreprotección es el gran enemigo de los niños en la actualidad. Ya no juegan al fútbol en la calle, solo en el entrenamiento con su club o escuela y hay cosas que solo se aprenden en el barrio. Si te fijas, Alberto (Moratalla – Real Madrid Castilla) y Toral (Pliego – Real Madrid Infantil A) responden a ese perfil de niño que ha tenido una relación especial con el balón y el asfalto. Siempre con su balón, su bocadillo de nocilla y alejados de las nuevas tecnologías. Son brillantes técnicamente, competitivos y con una picardía que no se la verás al niño al que sus padres prohíben jugar en la calle, le consienten pasar todo el día enganchado al smartphone y están encima constantemente como si no pudieran valerse por si mismos. Esto da como resultado un mayor número de niños con el último modelo de botas de su jugador favorito y peores aptitudes y actitudes competitivas.
– ¿Qué funciones tendrás en el Real Murcia?
Voy a entrenar a un equipo en categoría alevín y a colaborar en la captación de jugadores en la zona del Noroeste y Río Mula.
– Esta nueva etapa en el Real Murcia no ha dejado aparcada la Asociación Deportiva Noroeste Río Mula que comenzó su andadura en 2007, ¿cómo han sido estos últimos meses? ¿qué futuro le espera?
-No, al menos de momento. Estos últimos meses han sido muy positivos. Hemos vuelto a visitar Paterna y Valdebebas, dos referentes del fútbol base nacional e internacional, además de participar en torneos en los que hemos superado a rivales de primer nivel como Atlético de Madrid o Eibar. En esta zona de la región hay un enorme talento y queremos seguir contribuyendo en la formación de los chicos mientras sea posible. El futuro siempre es incierto pero en estos momentos estamos trabajando en la creación de un convenio que potencie el proyecto.
– ¿Cómo ves el fútbol base y los clubes de las comarcas del Noroeste y Río Mula?
-Está claro que no se trabaja igual en todos los sitios. La fórmula del éxito aquí es muy sencilla. Buenos formadores = buenos jugadores (personas). En aquellos sitios en los que se respeta esta fórmula las cosas están funcionando bien. Por otro lado estamos en tiempos revueltos. La aparición de nuevos clubes o escuelas deportivas están creando disgregación y enfrentamientos. La clave pasa por la unificación. Pasó hace unos años en Cehegín y ahora ocurre en Bullas y Caravaca. Espero que finalmente se apueste por proyectos comunes en los que los mejores profesionales estén a disposición de los niños, pues en ocasiones olvidamos que ellos son los verdaderos perjudicados.
