Ya en la calle el nº 1041

El Paladar, un ejemplo de cómo la pandemia ha afectado a la restauración

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp

Añade aquí tu texto de cabecera

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

“La Región de Murcia pierde 2.000 puestos de trabajo en hostelería”

“El sector hostelero murciano ha perdido 741 millones de euros de facturación por la pandemia” .

Estos titulares los entresacamos del balance  del año 2020 que ha realizado la Asociación de Hosteleros de la Región Murcia.

Pero nos gustaría centrarnos en un restaurante de la comarca, uno de aquellos en los que ofrecen servicio y comida de calidad y en los que hasta esta crisis también eran de los elegidos por su discreción para cerrar negocios. Cuenta además con un propietario que se puede decir que ha mamado el mundo de la restauración hasta poder abrir en 2007 su propio restaurante: El Paladar en Caravaca de la Cruz.

Restaurante del que, tras un paréntesis regentando El Arco, ha vuelto a abrir sus puertas.

El día de la entrevista  (hace dos semanas) veíamos como su propietario, Jesús Jiménez, que durante un tiempo fue además el presidente de los hosteleros caravaqueños, iba pasando una a una las páginas de su agenda en la que nos mostraba todas las cancelaciones que tenía ya para Navidad. Hasta hace un mes, aunque ya nos llegaban ecos de Europa, la situación parecía controlada. El puente de la Constitución con su Mercado Medieval fue bueno para el comercio y la hostelería de Caravaca. Pero hace dos semanas ya tenía canceladas la mitad de las comidas y cenas. Y esta semana –escribo a 23 de diciembre- las cancelaciones habían subido hasta un 80%.

Jesús ha vivido otras crisis, todas le han afectado, pero ninguna como ésta. Además de por las pérdidas en lo económico (y en su caso la propietaria del bajo donde se encuentra el restaurante de Jesús ha sido comprensiva), porque él, y como él todos los propietarios de bares y restaurantes con los que hemos hablado, se han quedado con el regusto amargo de que se ha criminalizado un sector que ha cumplido todos los requisitos que desde Sanidad se les han impuesto. Como si en los centros comerciales no se contagiara uno, o en el trabajo, o en las cenas familiares que abundan, y abundarán más ahora que el 23 de enero se les han impuesto nuevas restricciones.

Jesús, que además de mostrarme sus cancelaciones en una Navidad que no iba a ser como la de 2019, pero tampoco como el año 2020, me enseña las mesas, la separación entre una y otra. Explica con vehemencia que allí los comensales permanecen sentados, hablan con el de su derecha, el de su izquierda y el de delante, que los clientes van al baño con mascarilla y que, sin ejercer de policías, una tarea que no le gusta y que considera impropia, en su restaurante, El Paladar, las leyes se cumplen. Y, si no se puede fumar en la terraza, no se fuma.

Reconoce que no todo el sector cumple las reglas… pero para añadir enseguida que se trata de una minoría y que resultaría muy fácil, al igual que hacen con la restauración, que un cámara grabara cualquier otro establecimiento u oficina. También encontraría quien se salta la ley. Lo que no significa que la inmensa mayoría, como ocurre con él, no se preocupen de la salud de sus empleados ni de sus clientes.

Porque los empleados también sufren las consecuencias, con ERTEs o sin ERTEs. Además del problema endémico en Caravaca de la Cruz para encontrar camareros y cocineros, ¿quién puede asegurarle a un camarero que la semana próxima podrá contratarlo si no sabe qué nuevas restricciones llegarán de Sanidad?

Cómo contratar un cocinero de categoría que se tenga que desplazar de otro punto de la región o de fuera de ella para que le renueve la carta si no sabe si le compensará abrir. Y más si se desplaza de su residencia con toda la familia.

Y luego está el producto, producto de calidad que hay que encargar con antelación. “La bebida y el refresco no importa”, bromea. Pero qué hay del marisco, de la carne, del pescado, de la verdura… acostumbrados sus clientes a tomarlo fresco, hecho que le ha dado su renombre y reputación a El Paladar. Y como no solo piensa en sí se pone en la piel también de los salones de celebraciones, en otro tiempo a rebosar de comidas y cenas de amigos y empresas. O cuando llegue la temporada de comuniones y bodas.

Jesús no se rinde porque no lo ha hecho nunca. Aunque las ayudas sean insuficientes, aunque otras sean préstamos a devolver a largo plazo. Pero por más que lo piense no entiende el porqué ha sido la hostelería la gran elegida como chivo expiatorio. Aunque él en El Paladar y la mayoría de restauradores hayan incorporado a sus negocios cada una de las medidas exigidas. Sin trampa, sin cartón, solo para ayudar a salir cuanto antes de esta situación y por el bien de sus trabajadores y clientes.

 

 

 

¡Suscríbete!

Recibe cada viernes las noticias más destacadas de la semana

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.