Ya en la calle el nº 1036

«Qué sentido tiene dañar a toda la infancia? Nada debería prevalecer sobre la salud», José F. Caselles

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JOSÉ CLEMENTE RUBIO GARCÍA

Foto: JESÚS MOLINA

Las Jornadas “UNA EDUCACIÓN PARA EL SIGLO XXI – Miradas desde las Ciencias y las Artes” organizadas, entre otros, por la Asociación de Personas Jubiladas y Pensionistas – La Intersindical y con la colaboración de numerosos Ayuntamientos y diferentes entidades, han organizado un total de 78 actividades y, de las cuales, 17 se han desarrollado en la comarca del Noroeste/Río Mula.


Una de ellas ha sido la denominada: “LA WIFI ES UN PELIGRO PARA NUESTRO ALUMNADO: POR UNA ESCUELA SALUDABLE CON INTERNET POR CABLE”, pronunciada por el Doctor D. José F. Caselles . Es profesor titular de la Facultad de Educación de la UMU, miembro del Equipo coordinador de la Plataforma Estatal contra la Contaminación Electromagnética (PECCEM) y miembro de la PECCEM-RM. Es electrohipersensible (EHS) y socio de la Asociación de Electro y Químico Sensibles por el Derecho a la Salud (EQSDS).
Muy amablemente acepta nuestra propuesta de entrevistarlo y contesta a nuestras preguntas:

¿Qué es la contaminación electromagnética?

Nos referiremos a los campos electromagnéticos (CEM) artificiales. Pueden enfermar y matar a personas y demás seres vivos (animales y plantas). Escapa a los sentidos. Atraviesa paredes. Es caro y difícil protegerse. Peor cuanto más cerca de la fuente. Puede ser ionizante o no ionizante, pulsante o continua. Algunas fuentes radiantes: antenas de telefonía, radares, satélites, repetidores, radioenlaces, líneas de alta tensión, transformadores, contadores telegestionados… Muchas las escogemos libremente, abusando de ellas frecuentemente: móviles, teléfonos fijos inalámbricos, Wifi, Bluetooth, GPS, microondas, radiodespertadores, juegos y videojuegos con mandos inalámbricos, monitores de bebé, cocinas de inducción, mandos a distancia, auriculares inalámbricos, sistemas de seguridad, pizarras digitales inalámbricas, wearables…

¿Cómo afecta a la salud?

Mayoritariamente, la investigación científica sobre radiación electromagnética advierte de sus peligros. Suelen ser informes y declaraciones independientes, desligadas de la industria y libre de conflicto de intereses. Destacan: ICEMS, Interphone, REFLEX, Céfalo, Declaración Médica de Friburgo, Comité Ruso para la Protección de la Radiación no Ionizante, Comité canadiense de Salud, Declaración de Bruselas, Llamamiento científico a ONU y OMS, Programa Nacional de Toxicología (EEUU)…

Igualmente destacan pronunciamientos institucionales aconsejando aplicar el Principio de Precaución, la protección infanto-juvenil, reconocer la electrohipersensibilidad, controlar los grupos de presión, educar a la población, retirar la wifi de centros educativos… Destacan: Agencia Europea de Medio Ambiente, Parlamento Europeo, y la Resolución 1815 (2011) del Consejo de Europa.

La OMS clasificó esta radiación no ionizante en el grupo 2B (posible carcinógeno humano). Pero numerosos especialistas exigen clasificarla como 2A (probable carcinógeno), incluso como grupo 1 (carcinógeno conocido).

No olvidamos uno de los grupos científicos más reconocidos: Bioinitiative. Su informe 2012 evidenció: cambios en actividad eléctrica cerebral y presión sanguínea, descenso de melatonina (glándula pineal), síndrome de fatiga crónica, afección del sistema inmunológico, tumores cerebrales (gliomas), cáncer infantil (leucemia), problemas cardíacos, riesgo en barrera hematoencefálica, efectos genotóxicos, daños en ADN (rotura de enlaces simples y dobles), aumento de peligrosidad en toxinas químicas, abortos, depresiones, insomnio, dolores de cabeza, cáncer (mama, oído, parótida), esterilidad, autismo, irritabilidad, alzheimer, proteínas de estrés en células… Otros estudios señalan daños en la piel, descompensación del calcio en células, agrupamiento de glóbulos en sangre, linfoma de Hodgkin, TDAH, alteración de procesos educativos…

Pueden consultarse estos informes en la Plataforma Estatal Contra la Contaminación Electromagnética (www.peccem.org), así como: http://cemyelectrosensibilidad.blogspot

¿Qué es la electrohipersensibilidad (EHS)?

Considerada enfermedad “centinela” y quienes la padecen “canarios de las minas”, advierte de que algo grave está pasando. Igualmente denominados “nuevos leprosos”, al tornarse imposible su vida social (no contagian nada). Causada por la exposición a la radiación artificial, se vuelve crónica y aditiva. Resultado de una terrible violencia estructural fundamentada en leyes injustas sostenidas desde la complicidad política e industrial, donde la protección de la salud y la opinión ciudadana (Convenio Aarhus) no cuentan. Según zona, se calcula afecta entre 1 y 10% de población. Su origen no es psicosomático ni resultado del efecto nocebo. Se conocen ya biomarcadores. Forma parte del Síndrome de Sensibilización Central. Algunos síntomas de EHS: dolor cabeza, sensación quemazón, dificultad concentración, dolor músculos y articulaciones, pérdida memoria, confusión mental, insomnio, palpitaciones, arritmias, mareos, náuseas, irritabilidad, hormigueos, hiperactividad, alteración reflejos, depresión, ansiedad, confusión y desorientación espacial/temporal, fatiga, debilidad/flojera, aceleración o disminución ritmo cardíaco, dolores pecho, temblores, espasmos musculares, dolores piernas y pies…

En España existe la Asociación de Electro y Químico Sensibles por el Derecho a la Salud (EQSDS) (www.electrosensiblesderechosalud.org)
¿Es la infancia especialmente vulnerable a la radiación?

Sí. Sus órganos en desarrollo, la fragilidad de su barrera hematoencefálica, su menor grosor craneal…, la hace muy vulnerable. En los fetos, la situación se agrava, especialmente si es niña, pues durante sus 100 primeros días de formación, sus óvulos en desarrollo son especialmente sensibles a la radiación, pudiendo dañarse genéticamente, con consecuencias fatales para las futuras generaciones.

¿Realmente es peligrosa la wifi para nuestros escolares?

Sí. Generalmente la wifi funciona a 2.4 GHz (la frecuencia del microondas), y suele emitir densidades de potencia superiores a 20.000 μW/m2. Bioinitiative 2012 recomendó que la infancia no estuviera expuesta a más de 6 μW/m2. El daño sería terrible tras 12.000 horas de exposición que suponen los 10 años de enseñanza obligatoria. La situación se agrava al introducir la wifi también en Infantil. Las autoridades saben que es un verdadero atentado contra la salud, pero lo consienten y promueven. Las aseguradoras no asumen los daños por radiación. Se puede acceder a Internet con cero radiación utilizando cable o fibra óptica, ¿qué sentido tiene dañar a toda la infancia? Nada debería prevalecer sobre la salud.

La escuela podría convertirse en una cantera de EHS (por efecto acumulativo de radiación) y ocasionar graves daños biológicos. Pero ya directamente se manifiestan alteraciones psicopedagógicas, según informes clínicos: pensamiento perturbado, hiperactividad, falta de concentración, ansiedad, irritabilidad, desorientación, distracción, trastorno del sueño, dolores de cabeza…

¿Cómo “defendernos”?

Reducir todo lo posible la radiación en cualquier ámbito. Adoptar usos responsables (recuperar el teléfono de cable frente al inalámbrico, reducir wifi y conectar cable o fibra, reducir al máximo el uso del móvil y su carga de información…). Concienciar del problema. Proteger grupos sensibles. Exigir leyes proteccionistas. Comprometerse con movimientos reivindicativos (PECCEM, EQSDS, PECCEM-RM)…

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