Ya en la calle el nº 1041

Los muleños recuperan su castillo

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Los muleños recuperan su castillo

Juan Gutiérrez García / Plataforma Mula por su castillo

Casi seis siglos después, los muleños recuperan por fin su Castillo. Han hecho falta 594 años, numerosos pleitos y tres rebeliones (a la tercera ha ido la vencida), para que el castillo pase de nuevo a titularidad de la villa de Mula. Todo comenzó un aciago 12 de septiembre de 1430, cuándo el rey Juan II concede el señorío de Mula a Alfonso Yáñez Fajardo II, como recompensa por su destacado papel al frente de las huestes murcianas en «la guerra que hizo en el marquesado de Villena, a don Enrique, Infante de Aragón, pues lo redujo a la corona Real», dice el Libro Becerro de la Casa de los Vélez. El 29 del mismo mes, Yañez Fajardo II, el más aguerrido de la estirpe, auténtico prohombre medieval nacido para el campo de batalla y ávido de poder y gloria, hace posesión de su señorío en la iglesia de San Miguel de Mula. Conocedores de la beligerancia del adelantado, nadie osó poner ningún pero al documento presentado por su paisano; Yañéz Fajardo era natural de Mula. Su muerte acaecida en 1444, fue aprovechada por la oligarquía muleña para poner en cuestión el documento de donación del señorío, abriendo un periodo de enfrentamiento entre el concejo de Mula y la familia Fajardo, con rebeliones y pleitos durante muchos siglos.

Los muleños recuperan su castillo
Los muleños recuperan su castillo

Muerto Alfonso Yáñez Fajardo II, su hijo Pedro Fajardo Quesada, de catorce años, hereda el Adelantamiento del Reino, cosa que enconó a su primo, Alonso Fajardo El Bravo, por considerarse con más derecho que él. Alonso Fajardo ya era un veterano y afamado guerrero y alcaide del castillo de Lorca. Al poco de morir su tío, El Bravo comienza la guerra contra su primo y ciudades partidarias de Pedro Fajardo, enfrentamiento que duraría muchos años con altibajos. Aprovechando esta rivalidad, en 1453, el concejo de Mula se levanta en armas y con la complicidad de Alonso Fajardo, se apoderan de la villa y su fortaleza expulsando a los partidarios del adelantado Pedro Fajardo Quesada. «La villa no la he conquistado para sí, sino para devolverla a la corona real», dijo El Bravo entonces. Cuatro años duró esta rebelión hasta que el asedio de las tropas del adelantado junto con los refuerzos enviados por el rey Enrique IV, rindieron a los amotinados y se hicieron con el control de la villa y su fortaleza, volviendo al señorío de Pedro Fajardo Quesada.

Los muleños recuperan su castillo
Los muleños recuperan su castillo

La segunda rebelión fue en julio de 1520 a semejanza de la anterior. Aprovechando la rebelión de las Comunidades en Castilla contra el rey Carlos I, de nuevo los muleños se alzan en armas y se apoderan del control de la villa y su castillo, expulsando a los partidarios de Pedro Fajardo Chacón, primer marqués de los Vélez. Enterado de lo ocurrido en su villa de Mula, el marqués pone rumbo a ella para poner orden, pero se encontró con la resistencia muleña impidiéndole su entrada si no aceptaba los capítulos recogidos en una escritura pública de concordia. En un altar improvisado en la puerta de Yéchar (Placeta del Puntarrón), Pedro Fajardo, mano en pecho y delante de una cruz, jura por el hábito del Señor Santiago respetar los usos y costumbres de los muleños, así como los privilegios que la villa tenía desde tiempo inmemorial. A cambio, los alcaldes de Mula juran reconocerle como señor de la villa y rendirle vasallaje y pleitesía.

Los muleños recuperan su castillo
Los muleños recuperan su castillo

Este estatus de concordia duró tan solo cuatro años. El marqués no estaba dispuesto a doblegarse ante sus vasallos, tampoco podía romper un juramento público de tanta solemnidad. Pero la figura del marqués era muy alargada, demasiado. Pedro Fajardo se había criado en la Corte Real, por tanto, tenía muchos amigos con poder en dicha Corte. Tirando de influencias, en 1524 el marqués consigue que el Consejo de Castilla anule los acuerdos firmados, acusando a la villa de Mula de sublevación en favor de las Comunidades y que se había visto obligado a firmar los capítulos para frenar el alzamiento. Todo lo contrario, la historia nos dice que lo de Mula fue un levantamiento antiseñorial, mientras que el marqués fue uno aliado de los comuneros. A partir de aquí, comenzaron los pleitos por el señorío que culminaron en 1555 en la sala de las Mil Quinientas Doblas, con una sentencia salomónica que no contentó a nadie. Desde entonces y durante siglos, cualquier desencuentro entre las dos partes terminaba en pleito.

Los muleños recuperan su castillo
Los muleños recuperan su castillo

Mientras tanto, el castillo había perdido su función principal, siendo destinado por la Casa Fajardo como archivo. Con la desaparición de la línea directa de los Fajardo a finales del siglo XVII, el castillo entra en un declive progresivo. Archivo, artillería y demás pertrechos son retirados de la fortaleza y abandonada definitivamente en el siglo XVIII, siendo saqueada y vandalizada en numerosas ocasiones destruyendo puertas y puentes que se iban reparando de tiempo en tiempo. A mediados del siglo XIX, el castillo es amputado del marquesado de los Vélez para terminar en manos de Alfonso Chico de Guzmán a finales del mismo.

Casi cinco siglos después, otra rebelión, en esta ocasión pacífica, consigue levantar a los moradores de la villa de Mula para recuperar su castillo que se encuentra en un estado de abandono y ruina deplorable. Hartos de falsas promesas y medidas incumplidas, el 23 de julio de 2015 los muleños se constituyen en una plataforma ciudadana: Mula por su Castillo. Esta plataforma se crea como último recurso de presión para frenar el grave deterioro de la fortaleza y devolverle la dignidad perdida desde que el Tribunal Supremo fallara en enero de 1999 a favor de la familia Bertrán de Lis y Pidal. Desde entonces, el castillo se encuentra en estado de abandono y ruina progresiva. La misión de la plataforma, según reza en su manifiesto, es presionar a propietarios y gobernantes para que se cumplan los artículos 8 y 9 de la Ley 4/2007 del Patrimonio de la Región de Murcia. En dicho manifiesto se recogen las inquietudes de un pueblo que ve como su castillo, uno de los monumentos más emblemáticos del viejo Reino de Murcia, se arruina sin que las autoridades pongan freno a esta aberración monumental.

Pronto consigue la plataforma el apoyo de toda la corporación municipal y muleños en general. Este mismo año convoca una manifestación pacífica, la cual llaman: Asalto al Castillo. Más de un millar de personas se concentran en la Plaza del Ayuntamiento y comienza una marcha hasta la fortaleza dónde se da lectura a los puntos más importantes del manifiesto. No se le tomó en serio a la plataforma por parte de los dueños y autoridades regionales, pensaban que esto era una noche de verano. Pero no. La plataforma continúa su presión y animada por los muleños y apoyada por el Ayuntamiento, comienza un periplo de entrevistas al más alto nivel con autoridades y partidos políticos de ámbito regional, incluso algún ministro.

La cosa no avanzaba mucho y al año siguiente la plataforma convoca otra manifestación, en esta ocasión la llamó: Abrazo al Castillo. De nuevo, más de un millar de vecinos se dieron cita para dar un abrazo simbólico al castillo, rodeando la ladera que corona y mandando un mensaje contundente a navegantes: los muleños no se rinden y quieren su castillo. Este abrazo fue el detonante de la reconquista de la fortaleza que ha durado nueve años de “asedio”. “Asedio” a las autoridades regionales, presidente, consejeros, directores generales… “Asedio” a los grupos políticos representados en la Asamblea Regional. Reuniones con las autoridades locales y grupos políticos. Un sinfín de viajes a Murcia y Cartagena, entrevistas en todos los medios de comunicación regionales e intensas reuniones para acordar la estrategia a seguir. Ha merecido la pena. Naturalmente, el trabajo de la plataforma Mula por su Castillo no habría llegado a buen puerto sin la colaboración del alcalde y todos los miembros de la corporación municipal, sin el gran trabajo de los técnicos dedicados al castillo y sin el apoyo incondicional de los muleños. «Acta de Ocupación. En el Castillo de Mula, a 7 de marzo de 2024». Este es un día histórico para Mula grabado a sangre y fuego en los anales de su historia. Un homenaje para todos aquellos antepasados que lucharon por su castillo. Un hito que jalona la rica historia de la villa de Mula y su gente. MULA POR SU CASTILLO.

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