Ya en la calle el nº 1041

La vieja pasión por las colecciones

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp

Añade aquí tu texto de cabecera

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

La vieja pasión por las colecciones
La vieja pasión por las colecciones

Hay un momento en nuestra vida en que debemos empezar a soltar lastre, a deshacernos de todo aquello que va ocupando un lugar en nuestra casa y a lo que no encontramos hoy ninguna utilidad, esas cosas que una vez llenaron nuestras horas de ilusión y ahora solo sirven para facilitarnos unos minutos de nostalgia. Es cierto que la nostalgia hay veces que hiere, pero también es necesaria, da sentido a nuestra vida, a lo que hemos sido y somos hoy.

Yo nací y me crie en una casa espaciosa, una casa que me permitía guardar muchas cosas en rincones que casi llegamos a olvidar que existían. Y hoy vivo en otra casa también espaciosa a la que he llevado muchas de esas cosas en apariencia inservibles que he acabado metiendo en cajas sin saber muy bien por qué ni para qué. De vez en cuando, la necesidad de “hacer limpieza” me lleva a abrir esas cajas para comprobar su contenido y llevarlo finalmente a un contenedor, a un “punto limpio”, o directamente al fuego. Mientras voy desterrando todas esas viejas cosas de su encierro me asaltan las imágenes vinculadas a ellas, algunas muy antiguas y borrosas ya. Entre esos objetos que poco a poco voy desechando, encontré hace unos días un álbum que Sor María Covadonga, del Colegio del Sagrado Corazón, regaló a mi hermano Rufino en 1971 como final del curso de párvulos y que mi hermano Juan Carlos y yo intentamos completar sin éxito; se trata del álbum Maga, un cuaderno de 252 cromos sobre América y sus habitantes. Es una cosa más de las muchas que nos invitaban a iniciar o continuar una colección que casi nunca podíamos concluir, pues siempre había algún cromo que se resistía a aparecer en los sobres y que te mantenía atado al reto de terminar la colección. Así ocurría con este álbum, como con aquella otra colección de estampas de actores de cine, cantantes y personajes famosos de la época (hoy definitivamente perdida) que también intenté finalizar sin conseguirlo, y con tantas y tantas colecciones cuya consecución tanto pudo llegar a apasionarnos en nuestra infancia y adolescencia. Es cierto que todo esto es ahora puramente anecdótico, que las cosas son solo cosas y el pragmatismo de la edad nos lleva a deshacernos de ellas por considerarlas inútiles; sin embargo, todas esas cosas formaron un día parte de nosotros, de nuestras ilusiones y, por tanto, de nuestra vida, esos tramos de nuestra existencia que, de cuando en cuando, es tan importante recordar, los que forman parte de nuestra identidad, pues somos, al fin y al cabo, el producto de nuestro pasado proyectado al futuro, tratando de entender que ni pasado ni futuro existen, sino solo presente, un presente que, por cierto, va siendo pasado a medida que lo vivimos.

La vieja pasión por las colecciones

Las cosas son cosas y, como tales, carecen prácticamente de importancia. Pero en medio de esta pequeña reflexión de la que tampoco estoy totalmente seguro, entiendo que hay cosas que pueden salvarnos por el significado que tuvieron alguna vez en nuestra vida. Me acuerdo muchas veces de aquel artículo que leí a mediados de los ochenta que hablaba de una persona desesperada y de cuyo texto solo conservo en la memoria las palabras finales: <<Por unas zapatillas rosas, no me arrojé al mar>>, concluía aquel artículo. Por eso, algunas cosas, aunque no tengan importancia alguna, la pasión que un día pudieron despertar en nosotros, pueden ser hoy un motivo que dé sentido a nuestra vida.

¡Suscríbete!

Recibe cada viernes las noticias más destacadas de la semana

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.