Juan Pelegrín Sánchez Marín (Caravaca de la Cruz, 1988) es Licenciado en Biología con intensificación en Biotecnología y Biología Sanitaria, facultativo especialista de Área en Bioquímica Clínica por el Hospital Universitario “Miguel Servet” de Zaragoza y doctorando en Ciencias Biomédicas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza. Ha llevado a cabo numerosas comunicaciones y publicaciones en revistas especializadas y es también miembro y colaborador en distintos proyectos de investigación. Además de su trabajo en la Sanidad Pública después de terminar su etapa como Biólogo Interno Residente (BIR), sus inquietudes profesionales actuales se desarrollan y canalizan dentro del campo de la Genética Clínica y ha publicado los libros “Biología molecular y genética humana”, “Diagnóstico genético preimplantacional y anomalías cromosómicas” y “Genética prenatal: Del diagnóstico al asesoramiento”.
Como miembro activo de HUMAN COOP, una ONG médica de voluntarios comprometidos en mejorar la vida de personas en zonas desfavorecidas y olvidadas del planeta, en lugares donde nadie más actúa, ha tenido la oportunidad de intervenir en una misión sanitaria de apoyo en la zona Norte de Mauritania próxima al Sáhara Occidental, concretamente en Bir Mogrein.
Durante el tiempo que ha durado esta experiencia ha conocido y visitado Nuakchot, ciudad que le ha impresionado por su cosmopolitismo exótico y capital del país y otras ciudades muy interesantes del interior. Para ello ha tenido que realizar un viaje fascinante de más de mil cien kilómetros de Sur a Norte del desierto del Sáhara, en una zona en que la única carretera es la misma arena del desierto. Él mismo nos confiesa que esta experiencia ha sido apasionante y que le ha ayudado personalmente a darse cuenta de cómo en nuestros países europeos vivimos dentro de una burbuja de bienestar que a duras penas sabemos valorar. También nos comenta que ha podido observar cómo las personas de allí son bastante más felices tal vez que en países desarrollados, sobre todo los niños, que disfrutan del don de la vida con una simple cuerda o una pelota de trapo. Concluye con una reflexión final que, tanto para él como para todo el equipo, ésta ha sido una de las mayores experiencias de sus vidas, gracias al trato humano recibido por toda la gente de la zona a pesar de las barreras culturales.
Y lo que más destaca de esta experiencia profesional es haber podido formar parte de la gran familia de HUMAN COOP, ONG “cuya filosofía de trabajo aborda la salud comunitaria desde la estrategia de la Organización Mundial de la Salud: One Health (Una sola salud), según la cual se busca equilibrar y optimizar de manera sostenible la salud de las personas, los animales y los ecosistemas” y en cuyos proyectos trabajan y colaboran voluntarios de distintos ámbitos profesionales: Médicos, pediatras, ginecólogos, dentistas, bioquímicos, oftalmólogos, ingenieros, docentes, abogados… formando un gran equipo implicado de manera altruista y generosa en luchar contra las desigualdades que sufren poblaciones desfavorecidas en zonas que quedan fuera de la acción humanitaria convencional por su aislamiento geográfico o por sus duras condiciones de vida.
