MARINA MARTÍNEZ
Cuando me pidieron que escribiese este artículo sobre Pilar López López como Cristiana del año 23-24, dándole un enfoque personal, aunque mi primera respuesta fue un rápido sí, sé que me enfrento a un reto difícil de cómo expresar lo que es Pilar en unas palabras. No porque no sepa que Pilar es una persona increíble, buena, trabajadora y con capacidad de superación, aunque en ocasiones hay que recordarle esa fortaleza que vemos todos los que estamos a su alrededor, si no por el miedo de no llegar a reflejar todas esas características.
Muchas de las personas que la conocemos no dudamos en proponerla cuando, en Junta, el Presidente del Bando nos pidió posibles candidatos para este galardón, siendo elegida por varios representantes como primera opción, al igual que otros muchos que no la conocían personalmente y, al leer su carta de nominación, apoyaron la misma.
Pilar López nos ha enseñado que ser cristiano, al igual que moro o caballista, en Caravaca es un sentimiento, en este caso a ella le dio el empujón necesario para tomar las riendas de su vida y no dejar que la adversidad fuese un hándicap que la condicionara.
Desde hace más de veinte años desfila con las Damas de San Juan y, en la única ocasión que no lo hizo, no dejó de ser cristiana, colaborando con su Bando en la organización de desfiles, pero ver a sus compañeras y amigas desfilar y no estar con ellas le dio la fuerza y el ímpetu para tomar medidas, y al año siguiente volvió a participar de forma activa, con más ilusión si es posible.
Como ella misma dijo en la Gala Festera, su corazón es de ocho puntas, sanjuanista y cristiana hasta la médula, querida por aquellos que la conocen, es una mujer que deja huella, con una gran risa contagiosa, famosa en las Cenas Medievales de San Juan.
Ella nunca ha sido persona de reconocimientos, es discreta, ya que siempre ha querido pasar desapercibida. Sus primeras reacciones al comunicarle esta elección fueron de incredulidad y de asombro, que después, según iba asumiendo lo que le había ocurrido, pasaron a ser de alegría y agradecimiento a todos aquellos que pensaron en ella.
Personalmente quisiera dar las gracias por el apoyo y acogimiento a Pilar por parte de los Bandos Cristiano, Moro y de los Caballos del Vino, así como felicitar al resto de representantes de estas fiestas por sus cargos, y pedirles que disfruten, y espero sea un año inolvidable para todos.
También quisiera aprovechar estas líneas para agradecer a toda la gente de ASOCIDE, donde nuestra cristiana del año forma parte de su Junta Directiva, y al equipo de la Fundación ONCE por el trabajo que realizan, un trabajo que cambia vidas.
