¿Qué se siente al saberse ganadora de Albacara?
Usted se lo puede imaginar, una alegría muy grande. Es algo por lo que he luchado muchísimo, llevo mucho tiempo escribiendo y es como si me hubiera tocado la lotería, aunque sea un tercer premio.
No es la primera vez que gana un Premio Albacara
Así es, lo gané con 17 años.
¿Qué ha cambiado desde entonces?
Ha cambiado mucho. Lo primero que el certamen era más local, participábamos los institutos y colegios de la localidad. A lo mejor algunos de Cehegín y alrededores pero principalmente era un certamen local. Yo me enteré del certamen porque iba mucho a la biblioteca, siempre estaba allí. Fue allí donde Piqueras me habló sobre Albacara pero no tenía como presentarme, los trabajos se presentaban a maquina y no tenía. Y la casualidad que Asunción, la esposa de Piqueras me hizo el favor de transcribirme a máquina mi trabajo. Siempre lo he dicho, le estoy muy agradecida a esa mujer. Lo presenté y gané el premio.
¿Entonces empezó a escribir desde bien pequeña?
Sí, cuando iba a la escuela participé en concursos. Siempre me ha gustado leer y escribir también.
¿De qué va el relato ganador?
Es una historia es un poco autobiográfica. La que cuenta la historia soy yo y a la vez soy también un poco protagonista. Cuento mi vivencia de cuando era pequeña en una sociedad donde había muchas carencias, había mucha falta. Hablo de mi abuela, la describo tal como era, cómo vivía, dónde vivía. Está muy documentado porque son mis vivencias. Construyendo una historia ficticia alrededor de mis propias vivencias.
¿Cómo era el trabajo con el que ganó con diecisiete años?
Era una serie de relatos, más extenso. Eran unos cuantos relatos cortos que formaba un conjunto muy bueno.
¿Ha cambiado su estilo literario desde entonces?
Claro. Con diecisiete estás en una edad un poco tonta, estás pensando otras cosas y escribes muy sentimental. Ahora no, ahora todo lo contrario. Ahora soy más realista, ya tengo mis años vividos, soy más realista y plasmo más bien mis vivencias. Es totalmente diferente.
¿Cómo se lo ha tomado la familia?
Imagínate. Ahora soy la famosa de la familia. (risas) Algunos de mis hermanos no sabían ni qué escribía. Se han encontrado con una sorpresa, porque claro, yo tampoco voy diciendo por ahí “oye, que yo escribo”. Lo hago para mí y no tengo por qué estar hablando de mis cosas.
Una de sus hijas también es ganadora de Albacara. ¿Cierto?
Si, mi hija lo ha ganado tres veces. Parece que es hereditario esto. Ella participó cuando estaba en la escuela, después en secundaria y luego en bachillerato. Se ha llevado las tres categorías.
¿El año que viene volverás a presentarte?
Según las bases creo que no puedo presentarme en la misma categoría.
Otra categoría es la poesía ¿Cómo se te da?
La poesía se me da regular. Yo yo soy más de narrativa lo que más me gusta leer son novelas. La poesía en su momento me gustó, ahora no es que me disguste pero no es algo que lea todas las noches. Ahora prefiero leer una buena novela, por ejemplo, de Carlos Ruiz Zafón, de Matilde Asensi, de Gonzalo Giner.
Alguna recomendación de cara a las compras navideñas? ¿Algún libro que te hayas leído últimamente que te haya gustado?
Pues mira, el último que me he leído es de la persona que me entregó el premio, Luis Leante. Solo había leído antes un libro suyo, lo conocía porque es un autor reconocido y de prestigio pero no lo había leído mucho y resulta que fue él quién me llamó para comunicarme el premio. El libro es “Huye sin mirar atrás”, estaba en casa porque era el libro de lectura del instituto de mi hija y me encantó. Me gustó tanto que ahora me estoy leyendo “Cárceles imaginarias” que también me está gustando mucho. Recomendaría a Luis Leante, más que un libro en concreto a Luis como autor.
