Ya en la calle el nº 1041

La escuela de mi pueblo…

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

HABLANDO DE EDUCACIÓN – 07

JOSÉ CLEMENTE RUBIO GARCÍA

Albudeite pueblo pequeño, junta al río Mula, con algo más de mil habitantes. Está enclavado alrededor y en las faldas de lo que fuera un castillo medieval, en un terreno semiárido, con un colorido espectacular basado en las tonalidades marrones que vemos en el paisaje que nos rodea, con sus cauces de ríos, ramblas, ramblizos…, con sus palmeras, antiguos huertos de limoneros… y sus estrechas calles zigzagueantes y empinadas en su casco antiguo, contrastando con la parte nueva con explanada junto al río. También hay que señalar que fue de los primeros municipios de la Comarca que decidió montar un parque industrial junto a la autopista, como forma de encontrar trabajo para sus convecinos y poder, de alguna forma, asentar a su población.

Nos reciben dos personas, una nacida en el pueblo, que fue escolar allí, luego se hizo maestro y pronto volvió a ejercer su profesión en esa escuela que, prácticamente, le vio crecer y sigue en la misma tras 40 años de experiencia docente.Hablamos de Joaquín Martínez García.

La otra persona es José Francisco Beltrán Abellán, que trabaja en el Ayuntamiento como Agente de Desarrollo Local. José Francisco es una persona joven, entusiasmado con su trabajo, pero que, aunque no vive aquí, le encanta Albudeite. Está entregado a su trabajo y, creo que puede aportar mucho a esta conversación sobre Educación.

El contar con Joaquín es una suerte. Es la primera vez, en esta serie de reportajes, que hablamos con una persona que en el mismo Colegio (actualmente es un centro de nueva construcción) fue alumno cuando niño, luego maestro, siendo bastantes años director del mismo y, actualmente, sigue como maestro. Además, Joaquín, durante 16 años estuvo como alcalde en su pueblo.Es un lujo, porque podemos hablar con fundamento de lo que se siente de la Escuela de su pueblo, de su evolución, del papel que realizaba y que realiza en la actualidad, del sentimiento de ser parte de ella y propiedad de cualquier albuitero.

¿Qué se puede sentir cuando se recuerda la escuela, mi escuela, con la perspectiva de una persona mayor y en la que, prácticamente, ha estado conectado desde los primeros años de su vida hasta el día de hoy?

Joaquín recuerda aquella escuela a la que iba con más de cuarenta compañeros y la compara con las actuales que no superan los quince. Las clases estaban separadas por sexos, los niños con los niños y las niñas con las niñas. El respeto que se les tenían a los maestros era absoluto, casi con miedo, cosa que también pasaba a nivel familiar con los padres. Muchas veces, ya con trece o catorce años, cuando veíamos a Don Juan, que era el director, e íbamos con un cigarrillo en la mano, cosa muy normal por aquel entonces, rápidamente lo escondíamos o lo tirábamos.

El Colegio era el sitio donde estábamos la mayor parte del día, desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde, prácticamente toda la semana. Por aquellos años recibíamos sobrealimentación, con la leche y queso procedente de la “ayuda” americana.Allí nos vacunaban y nos hacían reconocimientos médicos, etc. Era el lugar donde estaba el saber académico, donde muchas veces, el vecindario venía a solucionar ciertos temas burocráticos y administrativos.

El tiempo va pasando y tras terminar esos cuarenta años oscuros de dictadura y, como no podía ser de otra forma, con la entrada de la democracia la educación va cambiando y los centros escolares también. Cosas tan naturales como es que los niños y niñas compartan aulas, que las familias puedan participar en la elección del director del Centro y en el funcionamiento de los colegios a través de los Consejos Escolares, etc. y el cambio en la sociedad es evidente.

Ese cambio es una realidad y en estos pequeños pueblos también lo es, pero vemos como el despoblamiento es cada vez mayor. Los servicios han mejorado en general, como así incide José Francisco, pero hay un factor que afecta a todas estas localidades y es que no se ha asentado la población y para conseguirlo es necesario el crear trabajo, es el crear empleo, base para que cualquier familia pueda vivir aquí.

Años atrás, el trabajo era por lo general de subsistencia familiar, donde se tenía uma pequeña huerta, criaban sus animales, hacían su propio pan y, sobre todo, que se gastaba poco y con poco que tuvieran era suficiente. Todo ese tipo de economía ya no existe, ha cambiado totalmente y de ahí que ahora se necesita mucho más dinero para poder vivir. Hace bastantes años se instalaron fabricas de conservas, pero eso ya fracasó, se dedicaban a a las obras con tajos que todos los días salían a trabajar fuera, otros a la recolección de frutas, de cítricos, pero esa labor también prácticamente ha desaparecido y así podríamos seguir.

Estos pueblos cambiaron muchísimo desde los ochenta del siglo pasado, mejoraron escuelas, centros médicos, carreteras, caminos, infraestructuras municipales, pero vemos, hoy día, que siguen despoblándose y es por ese cambio socioeconómico que antes hemos señalado.

Últimamente y, sobre todo en la última decena de años, se han perdido muchos servicios y se convierte en mancomunados.

Muy pronto los niños y las niñas abandonan su colegio, su pueblo, y son llevados a Centros de Secundaria de otros municipios cercano, con las dificultades que eso lleva consigo. Ya no pueden tener ese cariño a su colegio. Antes estos pueblos tenían su Centro de Adultos, ahora es casi testimonial. Los bancos desaparecen, las tiendas que hay “resisten”…., y la población envejece y camina hacia su desaparición, si no se le buscan soluciones.

Muchos servicios deben de ser mancomunados, pero hay que facilitar la comunicación a través de medios de transporte y carreteras en condiciones de circular con cierta seguridad, porque, por ejemplo, ¿cómo pueden mantener los padres un continuo contacto con los profesores de sus hijos o hijas si su centro escolar está a bastantes kilómetros y no hay un medio de transporte adecuado?

Es necesario crear políticas adecuadas para el mantenimiento de estos pequeños pueblos y no nos valen fórmulas urbanitas, si no que tienen que ser ideadas para que la población sea feliz en el lugar donde decide vivir, pero todos esos servicios, no nos valen si no están basados principalmente en la creación de nuevos puestos de trabajo y no se puede recurrir a los tópico, típicos, atípicos de la “vida bucólica” de la familia campesina, porque eso ya no es válido. El envejecimiento de la población  es claro y viven de una pensión, pero eso tiene sus días contados, por propia ley de vida.

La educación, la formación de la población es esencial. El camino que se lleva no es el más adecuado. Es necesario una formación actualizada de la niñez y una oferta amplia para la juventud y con vistas claras a crear jóvenes formados para poder trabajar en lo que más les pueda interesar y sin olvidar los que decidan seguir otros estudios superiores.

Estos pequeños pueblos están en peligro de extinción y quedan, en muchos de los casos, para los fines de semana y vacaciones y con unos servicios mínimos y esto sería una lástima. No deberíamos consentirlo.

Gracias Joaquín, gracias José Francisco por compartir conmigo están buena charla que hemos mantenido.

 

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