Ya en la calle el nº 1041

Juan López del Toro “Mi mensaje va para que la gente intente conocer el arte rupestre, porque todo aquello que no se conoce no existe”

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Juan López del Toro, en el año 87 comienza sus estudios en historia antigua y arqueología, desde entonces ha sentido una gran fascinación por las Prehistoria, y en especial por la pintura rupestre. Este autor autodidacta y miembro del Colectivo de Artistas Plásticos de Cehegín expone en el Museo Arqueológico de su localidad. La exposición El arte en las cuevas fue inaugurada el pasado sábado y podrá visitarse hasta el 31 de mayo.

Con esta iniciativa pretende concienciar acerca de la necesidad de conservar el rico Patrimonio rupestre (en la Región de Murcia se cuentan más de 181 registros con pinturas rupestres) y darlo a conocer al gran público. El Arte Rupestre ha sufrido múltiples ataques haciendo desaparecer escenas de arte naturalista irrepetibles. En la exposición se muestran reproducciones, realizadas con la técnica de la arqueología experimental. De este modo, las personas que no pueden acceder a las estaciones rupestres pueden disfrutar de este rico Patrimonio.

¿En qué momento de tu carrera surge la idea de representar el arte rupestre?

Pues fue cuando estaba intentando reunir datos para una posible tesis, haciendo fichas, viendo abrigos y fotografiándolos. Entonces, nos dimos cuenta de que ciertas personas de movilidad reducida no podían acceder a esos abrigos o cuevas. Así nace la idea de hacer reproducciones para que todo el mundo pueda tener acceso a este arte y disfrutar de su Patrimonio.

¿Qué estudios realizaste para saber qué tipo de materiales o pigmentos utilizar?

Al principio costó mucho, ya que el óxido de hierro es de color rojo y hay muchos abrigos en los que el rojo desaparece, se tiñe de marrón. Hablé con un amigo geólogo, que me puso en contacto con la Facultad de Granada y a través del laboratorio investigamos la forma de convertir el rojo en otro tipo de colores. Esto llevó mucho tiempo porque había que someter el óxido de hierro a altas temperaturas y tiempos. Fue mucho trabajo, pero al final lo conseguimos.

¿Cómo confeccionas las pinturas para que queden con el acabado esperado? ¿Y qué tipo de soportes empleas?

En principio confecciono el cuadro con pastas moldeables. Todos son materiales de la naturaleza, óxidos naturales y aglutinantes que creemos se utilizaban en la Prehistoria, según los estudios realizados por los investigadores. Así conseguí que el cuadro refleje al máximo posible lo que es la pared da la cueva. Intentamos darle la apariencia de un trozo de pared, como si se hubiera arrancado. Para el soporte hago un bastidor, moldeo con las pastas y las tierras naturales y así se consigue ese efecto similar al de la pared de la cueva.

¿Te has basado en un Patrimonio rupestre en particular para llevar a cabo tus representaciones?

Todo el arte rupestre del arco Mediterráneo, el Paleolítico en Altamira y en el norte de Cantabria, en Vizcaya. Me interesaba que todos los estilos estuvieran representados, el Paleolítico, el esquemático, el macroesquemático o el naturalista. En definitiva, todo lo que se ha hecho según los investigadores.

¿En qué consiste la disciplina de la arqueología experimental?

En este caso, consiste básicamente en comprender y reproducir el arte rupestre o lo que entendemos que ellos hacían, a partir del ensayo y el error. El óxido de hierro es muy complicado de trabajar porque según el diluyente que emplees puede no teñir. Hasta llegar a dar con el aglutinante adecuado y que no se despegue fue complicado. A mí me llevó muchas horas de trabajo y dinero invertido para llevar a cabo múltiples pruebas. He contado con la ayuda de muchos arqueólogos que me han ayudado aportando sus conocimientos, ósea que es un trabajo multidisciplinar importante y además apasionante.

¿Realmente qué mensaje quieres hacer llegar al espectador a través de tu obra?

El mensaje es que la gente intente conocer el arte rupestre, porque todo aquello que no se conoce no existe. Y a través de ese conocimiento que la gente lo respete, ya que se han hecho auténticas barbaridades, hay abrigos completamente picados por personas que solo consiguen hacer daño. Si se arrancan las obras de la pared la pintura se desprende y la piedra se rompe. Y la idea principal es la empatía, conseguir que la gente (a pesar de tener problemas físicos), pueda ver el arte rupestre en una sala de exposiciones o en un museo, e incluso los estudiantes de arqueología. Porque este tipo de reflejo cultural no existe en las universidades.

¿Cómo fue recibida la inauguración de la exposición El arte en las cuevas?

Pues en principio muy bien. La inauguración estuvo muy bien y según me ha dicho el director del museo esta mañana han pasado cuarenta personas a verla. Lo que hace falta es que la gente se interese y se enamore de la Prehistoria porque es una época fascinante. De hecho, se les está dando cita a todos los colegios de Cehegín para que puedan visitar la exposición y empiecen a entender el arte rupestre. Porque si lo entienden lo van a respetar.

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