“Las Fiestas de la Vera Cruz en Mayo. (Fundamentos históricos y antropológicos. Conmemoración y rito. Moros y Cristianos. Caballos del Vino. Declaradas de Interés Turístico Internacional)”.
Este es el título de la obra que el fallecido Pedro Ballester Lorca, capellán del Santuario de la Santísima y Vera Cruz, dejó incompleta y que ha finalizado el historiador Juan Antonio Sánchez Giménez, a quien entrevistamos sobre qué encontrará el lector en este libro, editado por Gollarín, y que se encontrará en las librerías caravaqueñas a partir del 1 de julio.
Para los jóvenes caravaqueños, ¿quién era Don Pedro Ballester?
Don Pedro Ballester Lorca fue capellán del santuario de la Santísima y Vera Cruz desde 1973 hasta 2013 y profesor del IES San Juan de la Cruz desde 1970 hasta 2003, pero sobre todo fue un referente y un carismático personaje de elevadísima altura intelectual que contribuyó como nadie a la difusión y conocimiento de la Vera Cruz de Caravaca y sus fiestas. Constituye para mí todo un honor que la Cofradía haya contado conmigo para terminar su obra.
¿Qué importancia tiene su obra sobre Caravaca?
Don Pedro dedicó buena parte de su trabajo académico a la Vera Cruz y los festejos que se realizan en su honor. El gran mérito es que logra compilar e hilvanar de manera coherente en sus diversas obras gran cantidad de información mediante infinidad de fuentes orales (sobre todo de los Caballos del Vino) y escritas la rica historia de las fiestas de la Vera Cruz. Todo expresado con su personal e inolvidable estilo, acuñando epítetos de gran éxito como la definición de “festejo insólito y pasional” a los Caballos del Vino.
¿Qué va a encontrar el lector en “Las Fiestas de la Vera Cruz en mayo”?
La obra trata desde los orígenes de las fiestas hasta la actualidad. Para ello se bucea en los aspectos geográficos e históricos, religiosos y antropológicos que han configurado a Caravaca y sus gentes, ya que como cualquier fiesta, no se pueden separar para explicar sus raíces y evolución. Para completar el trabajo también me he apoyado en otros grandes referentes de la historiografía caravaqueña como Gregorio Sánchez Romero o Francisco Fernández García entre otros.
¿A qué tipo de lector va dirigido?
A todos los públicos. Desde el profano que empiece a indagar sobre el tema, las personas ya versadas o los jóvenes que tengan curiosidad sobre el significado de lo que se representa en los primeros días de mayo, sean participantes de la fiesta o no. Mucha gente desconoce el significado de la bandeja de flores, por qué hay moros y cristianos en la mañana del dos de mayo, lo que es el Baño del vino o el origen de los armaos, entre otras cuestiones básicas. El objetivo principal de la obra es este; fomentar el conocimiento e interés del inmenso legado histórico, religioso, cultural y antropológico de nuestras fiestas, porque de no hacerlo corre el serio riesgo de diluirse o corromperse, como ya está́ pasando en algunas facetas. Don Pedro ya advertía de ello hace años y por desgracia vamos dando poco a poco como aceptables algunas deformaciones grotescas de la fiesta por desidia o desconocimiento que solo hace dos décadas eran impensables.
¿Cuál ha sido su función como coautor del libro?
La primera tarea fue ordenar las partes, ya que los documentos que recibí estaban totalmente mezclados y están escritos desde inicios de los años ochenta del siglo pasado. Hubo también que quitar partes que se repetían, actualizar datos, completar y escribir algunos capítulos desde cero para tocar todos los aspectos de las fiestas. He procurado establecer una serie de hechos de la propia localidad y otros relacionados con la Historia de España, que de manera paralela influyen en la configuración de las fiestas. También la obra cuenta con bibliografía para saber más y numerosas notas a pie de página para dar luz sobre algunos datos y hechos concretos al lector.
Tras este libro, ¿qué quedaría por investigar sobre el festejo de Caravaca, sus fundamentos y razón histórica?
Creo que sería muy interesante y productivo investigar más sobre Moros y Cristianos durante el periodo que abarca la segunda mitad del siglo XIX hasta los años veinte del siglo siguiente. Se ha prestado mucha atención a la fecha icónica de 1959, sin duda de importancia capital, pero desfiles y procesiones tuvieron periodos de gran auge durante esta etapa (la primera mención es el diccionario de Madoz, de 1850, que ya los nombra como costumbre), mucho más que los años previos a la renovación debido a las consecuencias catastróficas de la Guerra Civil. Por ejemplo, en 1910 participaron 700 hombres y dos bandas de música. Se conservan también algunos programas, noticias y anécdotas en la prensa de la época que son auténticas delicias.
