Mayordomía de la Fundación Santuario de Nuestra Señora de la Esperanza de Calasparra: un gozo enorme y una profunda responsabilidad
La Mayordomía de la Fundación Santuario de Nuestra Señora de la Esperanza la forman nueve personas elegidas por el pueblo de Calasparra (el alcalde, alcaldesa en este caso, y el párroco de la iglesia de San Pedro son mayordomos por derecho).
Una Fundación, presidida en la actualidad por Fulgen Sánchez, para quien “la Virgen de la Esperanza es el mayor tesoro de los calasparreños, creyentes y no creyentes. Ubicada en un paraje excepcional donde confluyen la belleza del paisaje y la espiritualidad del lugar”.
Las nueve personas que nombra el pueblo cristiano de Calasparra cada cuatro años se organizan en distintos cargos y áreas para gestionar todo lo que tiene que ver con el Santuario y el culto a la Virgen.
Como si fuera una empresa, debe encargarse de que todo el engranaje funcione a la perfección (jardinería, tienda, iluminación, restaurante…), pero “toda esa locura te la compensa el ratico que puedes pasar con la Virgen cuando se producen los cambios de ropa, que es el momento más íntimo en el que la camarera viste y desviste a las imágenes en los momentos de romería. O abrir el camarín los domingos; ese gesto tan sencillo marca a los que venimos, a los que empezamos, para siempre. Porque ahí es donde ves la devoción que la gente le tiene a la Virgen”.
La Mayordomía, como bien nos explica el teniente alcalde del Ayuntamiento Antonio Merino, “es la responsable de administrar, cuidar y atender a la joya más preciada que existe en Calasparra, el Santuario de Nuestra Señora de la Esperanza. Con buen acierto, Fulgen Sánchez preside esta Mayordomía que vela por la administración de los recursos del Santuario, el cuidado del entorno, de las instalaciones, atienden a los peregrinos y por supuesto, velan por la imagen de la patrona de Calasparra, la Virgen de la Esperanza. Todos los mayordomos que están y los que han pasado por esta función tan bonita y altruista a la vez, quieren lo mejor para su pueblo y cuidar de nuestra Patrona y su Santuario es una responsabilidad que asumen con agrado y devoción. Peregrinos llegados desde todas las partes del mundo se acercan a la Virgen de la Esperanza para hacerle partícipe de sus alegrías y problemas”.
En Calasparra hay un lazo muy fuerte con la Virgen y y con el peregrino en sí, como señala Antonio Merino y corrobora Fulgen Sánchez, para quien este vínculo tan profundo entre peregrino y la Virgen no se dan en otras advocaciones marianas.
“Peregrinos llegados desde todas las partes del mundo se acercan a la Virgen de la Esperanza para hacerle partícipe de sus alegrías y problemas”
Antonio Merino
Una relación que se mantiene inquebrantable desde hace más de cuatrocientos años (se celebró el cuarto centenario en 2017), como muestran los escritos. Eran los peregrinos quienes se acercaban a la Virgen, que permanecía en su Santuario salvo epidemia, sequía o alguna situación similar.
“Ahora, la Virgen baja a Calasparra en el mes de mayo, el día 1 de mayo, y vuelve el primer domingo de junio. Siempre y cuando ese primer domingo no coincida con la festividad del Corpus. Si coincide, pues permanece en Calasparra una semana más. Eso se estableció en torno a los años 50 del pasado siglo”.
Además de su bajada a Calasparra, se celebra una Romería tan afamada como diferente al ser nocturna y sin que la Virgen se mueva del Santuario: “somos los romeros, de Calasparra, pero también de otros pueblos de los alrededores, quienes el 7 de septiembre peregrinamos al Santuario y participamos en todos los actos que se organizan en torno a la Virgen”.
El Santuario es la casa de todos y está abierto para todos, concluye Fulgen Sánchez, quien ha recibido la felicitación por el galardón que le entrega este medio de comunicación
Felicitación como la del Presidente de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario: “En el año del Tercer Centenario de la proclamación de Nuestra Señora del Rosario como Patrona de Bullas, la Cofradía que lleva su nombre saluda y felicita a la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza por el reconocimiento otorgado por el semanario de El Noroeste, y se une al gozo de la Cofradía y del pueblo de Calasparra, todo él protegido bajo el Manto y bendecido por su Patrona, la Virgen de la Esperanza. Unidos en la fe, Calasparra y Bullas”.
O la del Presidente de la Hermandad de la Virgen de las Maravillas: “María, Esperanza de los pueblos. Nuestros mayores deseos y felicitaciones a nuestros amigos y compañeros de la Hermandad de la Virgen de las Esperanza por este merecido galardón. Enhorabuena”.
Porque si algo se ha demostrado a lo largo de la historia es la amistad y colaboración que mantienen las distintas cofradías, hermandades, mayordomías… religiosas del Noroeste y Río Mula, preservando, acrecentando y propagando un tesoro, que es espiritual para los cristianos y cultural para los no religiosos. Pero tanto unos como otros valoran este patrimonio único en el mundo. Como lo es en este caso la Virgen de la Esperanza y su Santuario, parte de las señas de identidad de los calasparreños y motivo de asombro y júbilo para los peregrinos y visitantes. Y es la Mayordomía que preside Fulgen Sánchez la guardiana de las esencias.
