Ya en la calle el nº 1041

El papel de la actividad física en el envejecimiento

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Juan Martínez Piñero/Fisioterapeuta del Centro de Día Mayrena/Asociación APCOM
El envejecimiento es parte integrante y natural de la vida. La forma en que envejecemos y vivimos este proceso, nuestra salud y nuestra capacidad funcional depende de lo que hemos hecho durante nuestra vida. El envejecimiento es, por tanto, un proceso lento pero dinámico que depende de muchas influencias internas y externas, incluidas la programación genética y los entornos físicos y sociales. Durante este proceso, podemos incidir sobre las características externas con el fin de mejorarlo. Para conseguirlo, tenemos que ser conscientes de que el envejecimiento empieza con nuestro nacimiento y que en gran parte (todos aquellos factores no genéticos), depende de nosotros.


Con el continuo crecimiento de las poblaciones de la tercera edad en las sociedades modernas, la búsqueda de formas de conservar y mejorar las habilidades funcionales de las personas al envejecer, ayudarles a manejarse independientemente en la comunidad y, fundamentalmente, mejorar la calidad de sus vidas, se ha convertido en un asunto cada vez más urgente. La negación de posibilidades en la tercera edad se debe a nuestros mitos y creencias socioculturales, los cuales en ese sentido pueden causar mucho daño. La capacidad funcional de las personas mayores es crucial con respecto a la forma en que pueden llevar a cabo y soportar las actividades de la vida diaria, que a su vez afecta a su calidad de vida. El estado funcional puede definirse como la capacidad de una persona para llevar a cabo las actividades necesarias para lograr el bienestar en tres campos fundamentales como son el biológico, el psicológico y el social.
Realizar las funciones de la vida diaria es una parte integral para medir la salud funcional. Uno de los indicadores más evidentes de deterioro de la salud funcional es la sensación de fatiga. Los investigadores han recalcado la importancia de tomarse en serio esta sensación y actuar en consecuencia. Las personas afectadas deberían hablar con el personal de asistencia sanitaria sobre la fatiga, especialmente si persiste sin explicación, pues puede ser la señal de que hay una enfermedad o puede suponer el comienzo del deterioro de la salud funcional.
Otro mito acerca de la vejez que puede dificultar el envejecimiento saludable es que se supone que los ancianos deben estar exentos de actividades y responsabilidades. Pero es todo lo contrario, porque hacer cosas les hace sentirse útiles, y eso los ayuda a vivir y es una forma también de salud: la motivación de servir para algo o para alguien es un motor muy grande para seguir adelante.
Llegados a este punto, podemos pensar en el papel de la Actividad Física y cómo puede ayudarnos a “envejecer jóvenes” y así poder desterrar una serie de ideas muy extendidas en la sociedad sobre los mayores.
Hay un consenso internacional respecto a la actividad física, que identifica seis áreas afectadas por el esfuerzo fisiológico y el deterioro natural del cuerpo que son: la forma del cuerpo, la fuerza de los huesos, la fuerza muscular, la flexibilidad del esqueleto, la forma física del motor y la forma física del metabolismo. Todas estas áreas, además de otras como la función cognitiva, la salud mental y la adaptación social se benefician de la práctica habitual de una actividad física.
Si conseguimos empezar a realizar ejercicio físico a edades tempranas, tendemos a seguir haciéndolo más adelante. Así, lo que una persona hace con su tiempo de ocio parece dar forma al ocio en sí y al desarrollo de éste.  En 1995, un grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud subrayó los efectos positivos del ejercicio físico sobre la salud al decir que la inactividad física es un desperdicio innecesario de recursos humanos. El grupo de expertos señaló que se sabe que un estilo de vida pasivo, básicamente sedentario, es un importante factor de riesgo de tener una mala salud y una capacidad funcional reducida.
A medida que aumenta la edad, la reducción de la actividad física y el creciente número de enfermedades crónicas que surgen frecuentemente en consecuencia, crean a menudo un círculo vicioso: las enfermedades y las discapacidades consiguientes reducen el nivel de actividad física, que a su vez tiene efectos adversos sobre la capacidad funcional y agrava las discapacidades producidas por las enfermedades. Un mayor grado de actividad física puede ayudar a prevenir muchos de los efectos negativos que tiene el envejecimiento sobre la capacidad funcional y la salud. La actividad física es, además, la mejor manera de romper el círculo vicioso y tomar el camino de una mejoría progresiva.
Los resultados de las investigaciones indican que además de aumentar la capacidad muscular, la actividad física puede ayudar a mejorar la resistencia, el equilibrio, la movilidad de las articulaciones, la flexibilidad, la agilidad, la velocidad con la que se anda y la coordinación física en su conjunto. Asimismo, la actividad física tiene efectos favorables sobre el metabolismo, la regulación de la presión sanguínea, y la prevención de un aumento excesivo de peso. Es más, existen datos epidemiológicos que demuestran que un ejercicio enérgico y regular está relacionado con un menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, diabetes y algunos tipos de cáncer.
La respuesta de las personas mayores ante los esfuerzos físicos es similar a la de los jóvenes, lo que hace de la actividad física una buena herramienta para combatir los efectos del sedentarismo y la regulación de ciertas patologías típicas de la vejez.
Por todos estos motivos, y puesto que en nuestro centro trabajamos con personas con discapacidad intelectual que van a envejecer de manera prematura, para los que el envejecimiento puede suponer una “doble discapacidad”, en APCOM desarrollamos una serie de actividades encaminadas al mantenimiento físico y al deporte con las que queremos que nuestros usuarios envejezcan siempre jóvenes y tengan unas rutinas que los alejen de una vida excesivamente sedentaria.

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