Ya en la calle el nº 1041

Belleza secreta

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp

Añade aquí tu texto de cabecera

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Belleza secreta
Belleza secreta

Nunca me gustó demasiado el tipismo de Moratalla, ni el de Moratalla ni el de ningún otro pueblo, acaso porque se trata de lo más superficial de una tierra y de un sitio y, por lo tanto de lo más falso, la verdad suele encontrarse mejor escondida y no siempre es fácil hallarla, como sucede con las auténticas virtudes de una persona, uno descubre primero su belleza exterior, lo que se parece al modelo estándar que acostumbramos a vislumbrar por ahí, pero las verdaderas maravillas no se dejan atisbar pronto, se ocultan a la primera vista y es preciso ir ganándoselas poco a poco, como el amor verdadero y el oro de la verdad, tal vez este sea al genuino secreto de nuestro pueblo, la dificultad que presenta para ser descubierto del todo y justo ahí reside su grandeza, en la parte inhóspita de su tesoro, en el corazón interior de su profundidad, y para ello no necesitamos más que mirar su paisaje y su orografía urbana, contemplar con detenimiento su misterio evidente, que no siempre está en los lugares donde nos lo presentan, por eso yo he acompañado muchas veces a mis amigos a dar un paseo por Moratalla para mostrarles sus encantos, pero por aquellas calles que poseen el verdadero enigma de su identidad, alejadas de las nuevas construcciones y poseedoras de un sabor auténtico, hemos echado por el Empedrado desde la Plaza de la Iglesia y hemos descendido hasta la Calle de Abajo o bien, hemos torcido por la Calle de la Soledad, uno de mis parajes predilectos, porque desemboca en el Patio del Relojero, que era mi abuelo y por donde he corrido y he jugado de niño en infinidad de ocasiones, justo enfrente del patio se halla el cementerio municipal pero en la cañada, deberíamos subir entonces por la cuesta de las Torres hasta el Castillo y desde allí contemplar la magnífica estampa de un paisaje único, la sierra noble y altiva de donde procede la fuerza natural de este pueblo único, que como los grandes esconde su belleza expresa pero nos permite entrar a descubrir sus secretos más recónditos, como sucede en el corazón de los montes que es su paisaje, en la Sierra del Buitre o en el Peñón del Cuervo hasta donde solíamos ir de excursión muchos fines de semana mi amigo Diego y yo y a mitad de cuyo recorrido nos sorprendió en una ocasión una violenta tormenta de granizo, agua abundante y relámpagos y truenos, lo recordamos como uno de los espectáculos naturales más hermosos que hemos vivido nunca, porque una tormenta así no basta con contemplarla, hay que vivirla dentro, nos refugiamos en las arquillas de la Cuesta Jemeco donde apenas cabíamos los dos juntos, pasamos un rato tenso en silencio mientras se encendía al frente el cielo de relámpagos y se rompía de truenos casi de un modo literal, fue tan grandioso que no se me ha olvidado nunca.

Pues bien, una ruta así, por las calles estrechas y tortuosas del pueblo, al albur de un frío negro que raja como un cuchillo bien afilado, apostados (o mejor empentados en un viejo ventanillo de la Calle Mayor frente a una caña bien tirada y a una torta de bacalao caliente y esponjosa) es la ruta perfecta para Moratalla.

¡Suscríbete!

Recibe cada viernes las noticias más destacadas de la semana

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.