Pascual García
Frescura y naturalidad es lo que rezuma la última obra poética de Vega Cerezo: “Cuando el amor era nuestro,/ y también el odio que crece a su espalda/ fuimos invictos.” La poeta murciana funda un ámbito literario absolutamente personal y va trazando los límites, las fronteras, los espacios, las ciudades y los mares, y ese país es ella y sus emociones, el amor a raudales y la ternura, la lúcida inocencia de quien se sitúa al principio de todo y nombra las cosas como si las extrajera de la nada: “Todo eso soy, y soy, me nombro, un país”.
Aunque el lector posee datos suficientes para adivinar referencias autobiográficas, en realidad, la escritora parte de la invención, del fingimiento, al que se refería Pessoa, y erige un territorio particular, un mapa de los sentimientos y de las vivencias al que va dando forma a lo largo del poemario, como un cartógrafo de la palabra: “Te inventaré una ciudad donde todos te conocerán/ por el nombre que inventé para ti.”
Entre otras cosas, éste es un libro de amor, impregnado de la sensibilidad y de la fragilidad de una autora que concita la inteligencia, las lecturas y la vida para dar forma al complejo universo de los sentimientos con una sencillez de orfebre diestro: “Sacudo. Escribo. Arrecio. Amago. Y a veces/ -solo a veces-/ llega el verso.”
Vega Cerezo sabe como nadie que el enigma de la poesía no se entrega a cualquiera, por mucho que lo busque, que es un estado de gracia y privilegio que pertenece desde el principio al poeta, y Vega posee ese don de deslumbrarnos y de construir para nosotros una geografía sentimental exclusiva en la que cabemos todos, pero que es, sin embargo, absoluta y radicalmente suya.
El trabajo de la escritora ha consistido en construir con palabras, con destellos líricos y conceptos bien avenidos ese país del título que es ella y somos todos: “Mañana quizás levantemos de nuevo/ esta maravillosa ciudad llamada Lo nuestro”
Me gusta la novedad y el brío de obras como ésta, la sutileza y la capacidad de nombrar de escritoras como Vega, porque leer sus versos es tan ameno y sorprendente como reparar en cada pequeño detalle de la existencia que solo un escritor atento distingue del resto: “Somos la historia de todas las ciudades en las que inventamos nuestro amor.”
Ese carácter lúdico, renovado e imaginativo procede de un compromiso literario único y muy humano, el de una escritora que ya posee su espacio lírico, su aroma personal, la estela de un camino que va atravesando con fortuna y con acierto en cada entrega.
Hoy recibimos este país insólito como se recibe un regalo y a mí solo me queda invitar a los lectores para que entren con gusto en esta nueva nación de la palabra, en este libro que reserva secretos admirables y que augura un futuro seguro y satisfactorio a su autora. ¡Enhorabuena!
Título: Yo soy un país
Autora: Vega Cerezo