Ya en la calle el nº 1041

Se atribuye a las drogas la muerte de Justin Townes Earle, hijo de Steve Earle

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

PEDRO ANTONIO HURTADO GARCÍA

Justin Townes Earle (04-01-1982, Nashville-EE.UU./23-08-2020, en el mismo lugar de nacimiento), cantautor y músico considerado y apodado como “El artesano del rock americano”. Hijo del también artista virginiano Steve Earle, cantante y compositor de música country y rock, quien ejerce, de vez en cuando y adicionalmente, como activista político y escritor. Cuenta con 65 años de edad y sufre el duro trance de ver a su hijo fallecido con solamente 38. El finado, adquirió como denominación artística su propio nombre de nacimiento, atendiendo las ventajas que defendió, en tal sentido, el cantante tejano, amigo de su padre, Townes Van Zandt, por quien lucía el “Townes” que figura en su registro oficial. ​

El “pago” del apellido.- Las causas del óbito no se han dado a conocer. Se sospecha de los problemas adictivos que, como su padre, mantuvo con los estupefacientes, lo que podría haberle llevado al fatal desenlace. Es el tributo que parecen “obligados” a pagar, así como la condena que deben cumplir de por vida, soportando su existencia bajo la alargada sombra “pecadora” de sus progenitores, asumiendo una comparación constante y hasta eterna con los triunfos y fracasos de quienes les dejaron prestado el apellido. En el caso del desaparecido artista, su punto de equilibrio residió en su marcado control de la música americana de raíz, dibujando esa imperceptible línea que surca el mapa estadounidense, en paralelo a la ruta 66, donde se dan la mano folk, blues y country.

Valorada discografía.- Precoz su talento, así como sus problemas con las drogas desde su adolescencia, el artista deja ocho discos con letras consistentes, audaces, melancólicas y de las que llegan a lo más profundo de cualquier ser humano. Su infancia fue la propia del vástago de una estrella errante del rock y el country rock, pese a que vivió con su madre la mayor parte del tiempo, desde los dos añitos, hallándose de gira su padre con reiterada frecuencia o sometido a procesos de rehabilitación hasta su plena desintoxicación, en 1994.

Con “The Dukes”.- Le interesó la música mucho más que los estudios, se integró en importantes bandas con diferentes géneros e hizo del pentagrama el gran horizonte de su vida. Tan manifiesta era su calidad como teclista y guitarrista que hasta su padre le embarcó en varias de sus giras con “The Dukes”. Sufrió cinco sobredosis antes de cumplir los 21 años. El propio Justin, en declaraciones a la prestigiosa revista musical “Rolling Stone”, respecto a las comparaciones con su padre, afirmó: “Él, era un yonki, yo soy un gángster”. Con “Yuma”, destapó el melón de la creatividad. Y relanzó carrera con el díptico “Single mothers/Absent fathers”.

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