CRISTINA SOBRADO/FOTOGRAFÍA: JESÚS RODRÍGUEZ
Nacidas en el seno de una familia de raigambre moratallera y plenamente dedicada a la equitación en diferentes facetas, las hermanas López García, María José, Mariola e Isabel, comparten una misma pasión, el deporte en la montaña. Son tres mujeres, con distintas vivencias personales, que han sabido combinar las exigencias de la vida actual, (familia, estudios, trabajo, hijos) con la práctica deportiva federada y habitual. Y su ejemplo ya tiene frutos en los benjamines de la familia.
-Para empezar, cuéntennos qué deporte/s practica cada una.
La verdad es que casi nunca hemos dado exclusividad a un único deporte, a las tres nos encanta el Trail running, pero también una buena caminata de montañismo; coger unos bastones y hacer marcha nórdica, o la bicicleta de montaña sin olvidarnos de la equitación que nos viene de familia.
-María José, ¿cómo llega el deporte a su vida, y en qué momento decide que sea para usted una práctica habitual?
El deporte llega buscando tener un espacio dedicado para mí, al margen de la rutina diaria y adaptado al entorno que mayor satisfacción me da que es la montaña, me hace sentir cada vez mejor y lo que eran caminatas junto a mis hermanas, pasa a querer exigirme un poco más cada día, practicando marcha nórdica, Trail, y algún paseo con la bici.
-Como madre y trabajadora ¿Cuáles han sido los mayores obstáculos que ha tenido que salvar?
La verdad que mi situación laboral me ha permitido contar con unas horas a diario, que antepongo a mi descanso, para salir a la montaña.
Como madre he contado con la ayuda incondicional de mi familia, que han cuidado y cuidan de mis hijos cuando salgo a entrenar o decido hacer alguna carrera.
-Mariola, desde su experiencia deportiva, ¿Piensa que mujeres y hombres tienen las mismas oportunidades de practicar y elegir uno o varios deportes desde la infancia?
Detrás de una larga lucha, cada día son más las mujeres que tienen acceso a la práctica deportiva, pero todavía queda mucho por hacer para visibilizar e impulsar el deporte femenino y, creo que todos podemos aportar nuestro granito de arena, empezando por educar en igualdad y considerar los beneficios que aporta para la salud física y mental.
– ¿Cómo ve el presente y el futuro del deporte femenino en Moratalla?
Hay un claro aumento de la representación femenina en Moratalla, aunque podría fomentarse mejorando instalaciones para hacerlo más atractivo y realizando o apoyando eventos que animen a la práctica deportiva ya que tenemos un entorno envidiable para ello.
–Isabel, usted ha ligado su vida profesional al deporte en la montaña desde dos aspectos diferentes. ¿Qué opinión tiene sobre las posibilidades laborales reales que puede ofrecer? ¿Son suficientes, e inclusivas para el ámbito femenino?
En ocasiones puedo ligar mi profesión como fotógrafa al deporte, fotografiando en carreras de montaña a los corredores, así que a veces estoy en un lado como corredora, y en otras ocasiones en otro como fotógrafa. Los eventos deportivos han ido en auge en estos últimos años y son muchos los organizadores que quieren tener no sólo una buena foto para su corredor, si no una imagen como escaparate y publicidad de su prueba. En este aspecto, a pesar de que son más los hombres que se dedican a esto, ha sido inclusivo para el ámbito femenino pues se valora un trabajo final y nunca he sentido rechazo por ser mujer.
-Desde su experiencia como deportista, ¿ha encontrado algún tipo de traba o negativa sólo por el hecho de ser mujer?
Personalmente no, como deportista amateur que soy. Pero todavía se puede ver en ámbitos profesionales como sólo son transmitidos en las cadenas principales eventos masculinos y no femeninos como la vuelta ciclista a España o el fútbol. Tener menor repercusión mediática en general, supone que a los sponsors les cueste más patrocinar a una mujer, lo que le hace más difícil poder dedicarse a esto.
-Esta semana se conmemora el Día de la Mujer ¿Qué mujeres las han marcado? En cualquier aspecto.
Yo creo que a todas las mujeres nos marcó Katherine Switzer, primera mujer en correr una maratón cuando todavía los hombres pensaban que no eran capaces de correr más de una milla y media. Otra mujer que actualmente compite como élite del Trail, Azara García, que lucha con la falta de visibilidad de la mujer en las carreras por montaña creando el movimiento #nosomosinvisibles, apuntando la dificultad para que sea reconocido un logro (una medalla, un récord), conseguir patrocinadores, o ser titular en los medios de comunicación, aquí la balanza siempre se inclina por el género masculino. Azara afirma “No es que los hombres no se lo merezcan, sino que las mujeres se lo merecen en la misma medida”
Y por supuesto nuestra madre, mujer luchadora que nos ha hecho libres y capaces para alcanzar cualquier meta que nos propongamos.
