MARÍA GARCÍA
Maravillas Martínez Martínez regenta el restaurante y pensión El Nevazo, en la pedanía de El Sabinar en Moratalla. El bar es un negocio familiar, lo abrieron los padres de Maravillas, Pedro Martínez García y Juana Martínez García hace 50 años. Maravillas ha dedicado su vida al trabajo y al cuidado de familiares, tanto de sus hijos, como de sus padres.
Cómo aprendiste a trabajar en la hostelería.
Aprendí a trabajar porque se abrió el bar hace 50 años y poco a poco he ido aprendiendo sobre la marcha, según he ido trabajando. Según han pasado los años he ido aprendiendo.
Cómo de importante es un bar como este en un pueblo pequeño.
Creo que es muy importante, es el bar de referencia para todo de esta zona. Donde los vecinos se juntan o para pedir cualquier cosa que les haga falta. De toda la vida, donde más se reúnen los vecinos, siempre han venido aquí y ya nos conocen.
Es un negocio familiar ¿cómo empezó?
Hace muchísimos años, empecemos a trabajar hace 50 años. Mi padre puso el bar porque por aquel entonces aquí no había nada. Además, lo montó para que la gente de mi casa tuviera dónde trabajar. Entonces hace 50 años mi padre comenzó con esto y aquí seguimos.
¿Crees que va a haber continuidad en las próximas generaciones?
Pues eso no te lo puedo decir, yo creo que las próximas generaciones no van a querer trabajar en el bar. Un hijo mío sí trabaja aquí, pero el otro no. Trabajar con él bien pero me ha dicho que el día que yo me vaya él no se queda aquí.
¿Eres de la primera generación de mujeres de tu familia que trabaja?
Mi madre sí trabajó con mi padre la primera. Y luego ya hemos seguido nosotros. Mi madre trabajó toda la vida, cuando ella no podía seguimos nosotros.
Qué es lo que más te gusta de tu trabajo.
Si te digo la verdad, gustarme lo que es gustarme, no me gusta nada. Lo que pasa es que como es algo nuestro, algo de la casa, me gusta todo. Hasta que sigamos aquí trabajando pues tengo que hacer todo lo que pueda bien.
¿Cuál es la parte más difícil de tener un restaurante?
Todo es difícil en sí, ¿sabes? Todo es difícil porque aquí se trabaja mucho, son muchas horas y siempre trabajando con el público. Que esa parte es buena pero tiene siempre sus cosas.
Qué crees que es lo más importante para que un restaurante sea un buen restaurante.
Lo primero, lo más importante, es que hay que ser responsables y luego portarte bien con la gente. Que lo que hagas esté bien hecho. Porque si alguien viene solo un día que no se vaya descontento, porque si se va descontento no vuelve más.
¿Cómo es la comida que dais?
Hacemos todos los días menú, de lunes a domingo. La gente del pueblo o gente que trabaja viene a comer al restaurante a diario porque saben que hay un menú para todos los días, entonces vienen.
Cuál es la temporada en la que más clientela tenéis.
Este es un bar en el que siempre hay gente, aunque hay temporadas en las que hay más gente que en otras. Normalmente gente hay siempre. por ejemplo, en invierno viene más gente por la nieve, la gente no va a la playa y sube para arriba a la montaña a hacer rutas, a pasar el fin de semana.
Cómo ha sido compaginar la crianza de tus hijos con tu trabajo.
Pues lo he llevado con muchísimo trabajo. He trabajado todos los días y con ellos siendo muy pequeños. Ha sido difícil. Me he ido organizando como podía, en ratos que ellos estaban acostados hacía algo y cuando se levantaban tenía que atenderlos y atender a la gente. Todo un poco a la vez. No he tenido ayuda porque hemos estado todos trabajando aquí. Ahora cuido también de mi padre. Cuidar a él, a la gente y a todo. Una vida dedicada al trabajo y a cuidar a la gente que ha venido al bar, y cuidar a los míos.
¿Me podrías decir qué platos del restaurante son tus favoritos?
Hacemos gazpacho manchego, hacemos migas. Las migas en invierno son muy solicitadas. También hacemos guisos, hacemos arroces, ajo de harina, hacemos un poco de todo. Cada día se hace algo diferente para que no sea lo mismo siempre.
