José Blanc | En una noche cargada de expectativas, la compañía Finalis Terra no defraudó, presentó el pasado viernes en el teatro Thuillier de Caravaca de la Cruz su estreno en España de ‘Juicio’, una obra escrita y dirigida por Reyes Aznar, representada por primera vez en Chile en 2013, con extraordinaria acogida de público. Esta pieza, que combina elementos del drama clásico y el teatro contemporáneo, sumerge al espectador en un impacto de emociones que aúnan, al fin, una propuesta reflexiva sobre las aspiraciones humanas.
El guion de la obra de Reyes Aznar, artista conocida por su talentosa aportación en el drama y en la interpretación musical, destaca en ‘Juicio’ por explorar distintas pretensiones del ser humano que se muestran al espectador a través del despliegue de un repertorio de emociones que le interpelan. La dirección se enriquece con un equipo creativo excepcional, al frente del cual se encuentra el guitarrista Ramón Vergara.
La puesta en escena es, sin lugar a dudas, uno de los aspectos destacados de ‘Juicio’. La escenografía nos transporta con maestría al año 1033, cuando el cambio de milenio auguraba la llegada del fin del mundo. El tratamiento musical, con coros de gran calidad, la iluminación y el vestuario elegido, avivan el derroche emocional que dicta el libreto, y logran una simbiosis perfecta con la acción en el escenario.
La actriz Ana Morcillo y la propia Reyes Aznar, que encarnan, respectivamente, a Leonora y Paulina, echan el resto en una interpretación regia, equilibrada en los papeles que desempeñan, mostrando lo más profundo de la naturaleza humana, para bien y para mal. Dos personajes que quedan atrapados en sus propios anhelos, bajo la amenaza de la exacerbada religiosidad del momento y el augurio fantasmagórico de las sibilas. Las dos actrices ofrecen en ‘Juicio’ una actuación sólida y conmovedora que permite al público identificarse con los personajes y sus historias.
Leonora y Paulina, la dupla que encarnan Ana Morcillo y Reyes Aznar en ‘Juicio’, recuerdan, salvado el componente temporal y argumental, a parejas significativas de la historia del teatro moderno, como son Vladimir y Estragon en ‘Esperando a Godot’, del irlandés Samuel Beckett. Una interpretación, en ‘Juicio’, que, en ocasiones, parece responder al desdoblamiento de un solo personaje en dos actrices distintas, tal es el mimetismo emocional que consiguen transmitir al espectador.
En resumen, ‘Juicio’ es una obra que cautiva y emociona, que interpela acerca de los sentimientos humanos, con un mensaje que el espectador no recibe como una amonestación incómoda, sino como lo que es, una oportunidad de conocerse a sí mismo a través del arte. Y la obra de teatro ‘Juicio’ destila arte por los cuatro costados. Una oportunidad, sin duda, y un privilegio tener a la compañía Finalis Terra tan cerca.
