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Guillermo Rubio: «En España se forman músicos con un nivel excepcional»

Guillermo Rubio, vecino de Cehegín, recibe el Premio extraordinario de enseñanzas artísticas profesionales

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Guillermo Rubio García, ceheginero, reside en Ámsterdam donde está estudiando oboe en el conservatorio superior, cursa el primer año de Bachelor. Guillermo ha recibido el Premio Extraordinario de Enseñanzas Artísticas Profesionales.

Guillermo decidió estudiar música por influencia familiar ya que veía a su hermana dentro del mundo de la música y sus padres le animaron para seguir con el legado que dejó su abuelo, clarinetista y compositor. Comenzó a estudiar música cuando tenía seis años.

Eligió el oboe porque quería un instrumento que no tocara mucha gente y comenta que le llamó la atención un día que sus profesores del conservatorio, en las clases para niños, enseñaron diversos instrumentos. “Creo que lo que me hizo elegirlo fue el sonido tan característico que tiene”, afirma.

Entre las asignaturas que estudió en su paso por el conservatorio de Caravaca destaca orquesta, “el poder aportar tu grano de arena en un grupo tan grande donde todos queremos construir una obra de arte me parece una de las mejores sensaciones que te da la música clásica”. Aunque reconoce que no puede olvidar otras asignaturas como música de cámara o piano.

Guillermo recuerda a su profesor Juan Carlos, que le enseñó desde los 7 años hasta que terminó sus estudios en el conservatorio, destaca que fue una figura relevante que siempre le apoyó y le transmitió su pasión para que su formación fuera de la mejor forma posible. “Aunque hay muchos otros a los que podría mencionar, como Rafa, profesor de trompeta y director de la orquesta. Su forma de ser y de trabajar han cambiado sin duda mi forma de ver la música”, añade.

Describe su experiencia en el conservatorio Leandro Martínez Romero como increíble. Comenta que la educación que se recibe ahí es de gran calidad porque tiene una buena plantilla de profesores. “También hay que mencionar el ambiente en el que estudias, siempre rodeado de personas geniales que comparten tu gusto por la música”, agrega. Reconoce que en su paso por el conservatorio ha hecho buenos amigos, para él es lo más importante de su etapa como estudiante del conservatorio de Caravaca.

Guillermo se encontraba indeciso entre estudiar oboe o medicina, porque de las dos formas creía que podía desarrollarse personalmente. Su último año de bachillerato y de grado medio en el conservatorio se preparó para que ambas opciones fueran posibles. Sin embargo, la opción de medicina quedó descartada cuando le aceptaron para estudiar en Ámsterdam.

Guillermo relata que preparó las pruebas con disciplina y esfuerzo. “Venir a Ámsterdam, aunque fuera a hacer los exámenes de acceso, me lo tomé como unos días de descanso para soltar el estrés que me supuso prepararme la prueba a la vez”, cree que esto benefició a su prueba de acceso.

Guillermo Rubio: «En España se forman músicos con un nivel excepcional»
Guillermo Rubio: «En España se forman músicos con un nivel excepcional»

Guillermo no considera que la decisión de irse fuera a estudiar haya sido complicada porque no es fácil rechazar una oportunidad así. “Siempre he pensado que, tarde o temprano, hay que dar el paso de ir al extranjero aunque sea por un periodo corto de tiempo, para ganar experiencia personal”, añade.

Guillermo define Ámsterdam como una ciudad peculiar pero bonita, con gente de diversos lugares del mundo aunque también muchos españoles. “El nivel de aquí es muy alto, probablemente porque muchos profesores pertenecen a la Royal Concertgebouw Orchestra, una de las mejores del mundo. Pero, por la cantidad de españoles que hay aquí, uno puede decir que en España se forman músicos con un nivel excepcional”, añade.

Pese a que la música es un oficio sacrificado, Guillermo comenta que lo lleva bien aunque sean muchas las horas de estudio disfruta de ese proceso porque le apasiona y no lo ve como un esfuerzo. “Es verdad que, como en todo, hay veces que no tienes la concentración necesaria para dedicarle todo el tiempo que te gustaría o necesitas un día menos intenso”, puntualiza. Explica que también es un proceso de escucha personal para ver qué es lo que uno necesita en cada momento.

Guillermo habla de la música como el pilar principal de su vida, como algo que le ha acompañado a lo largo del tiempo desde pequeño en todos sus momentos vitales. una disciplina que le ha enseñado el amor por lo que uno hace, pero también la responsabilidad y la constancia.

Después de sus estudios Guillermo se visualiza en una orquesta incluso siendo profesor de conservatorio, o combinando ambas opciones. Aunque reconoce que nunca le ha gustado pensar tan a largo plazo.

Entre sus referentes se encuentran François Leleux, Albrecht Mayer, y los españoles Cristina Gómez Godoy y Ramón Ortega.

Si se le pregunta por recibir el Premio extraordinario de enseñanzas artísticas profesionales reconoce su alegría tanto por él como por su amigo Daniel Mañogil. Afirma que es bueno que se hagan este tipo de reconocimientos para fomentar el estudio de este tipo de disciplinas. “Ver que tu esfuerzo es reconocido y da sus frutos siempre aporta un plus de motivación que a veces necesitamos los estudiantes para continuar con nuestra formación”, concluye.

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