JOSÉ ANTONIO MELGARES GUERERRO/HIJO PREDILECTO DE CARAVACA DE LA CRUZ
Durante el Pleno Ordinario del Excmo. Ayuntamiento, celebrado el pasado 27 de febrero, nuestros representantes legales en los grupos municipales que lo componen, generosamente decidieron, por unanimidad de todos ellos, tenerme en adelante como uno de los hijos predilectos de nuestro Municipio, título que coronará para siempre mi virtual escudo de armas, que podría orlarse con la frase “Nací para serviros”. Gracias de corazón a todos y cada uno de vosotros. Los que apoyasteis con vuestra firma el proyecto municipal, y quienes no lo hicisteis por desconocimiento, olvido, descuido, o porque no lo estimasteis oportuno. Unos y otros habéis fortalecido mi espíritu.
A solas conmigo mismo pienso que es mucho, muchísimo más lo que Caravaca y sus gentes habéis hecho por mi, que lo que yo haya podido y pueda hacer en adelante por la ciudad y por cada uno de vosotros.
Desde niño me enseñasteis con vuestro ejemplo a valorar el lugar donde nacimos o al que llegasteis por razones diversas. Me enseñasteis a apreciar el sonido de las campanas de nuestras torres y espadañas y a contemplar cada mañana la mirada descarada del “Cerro Gordo” a la “Peña Rubia” hasta hacerla enrojecer. Cuidasteis de mi mientras crecía a la sombra del Castillo y de la Santísima Cruz, inculcándome, aunque no lo percibierais a través de los sentidos, a valorar la imaginación y el tesón de nuestras gentes (pasadas y presentes) en la consecución de cosas grandes que hicieron y hacen de nuestra ciudad un lugar de referencia, en el que tantos se fijan con admiración y respeto.
Invertisteis en mi formación humana e intelectual con vuestro ejemplo, y lo hicisteis señalando con el dedo del recuerdo a los hombres y mujeres que nos han dado ejemplo a lo largo de los tiempos, cuyos nombres figuran en el nomenclátor de nuestro callejero.
Aprendí de nuestros antepasados a escuchar las tácitas enseñanzas del gigante Todmir, desde su silueta montañosa en el horizonte caravaqueño. A valorar una puesta de sol por Mairena o el discurrir del agua de “Las Fuentes” por el “Camino del Huerto”, en dirección al “Templete”, con su eterna canción de amores.
Todo ello lo conservo como patrimonio exclusivamente del alma. No lo aprendí en ningún libro. Me lo habéis enseñado los miembros de la sociedad caravaqueña y todos y cada uno de vosotros a quienes mirándoos a los ojos hoy os digo una vez más: gracias. Muchas gracias por lo que invertisteis en mí y también por lo que hoy me ofrecéis a través de la voluntad y la voz de nuestros representantes legales, democráticamente elegidos por todos nosotros.
No quiero terminar sin agradeceros otros dos momentos decisivos en mi vida, que llevo grabados a sangre y fuego en el alma. Cuando en 1981, durante los primeros años de la Democracia, me elegisteis vuestro Cronista Oficial, a través también de los representantes municipales en el Ayuntamiento que a la sazón presidía Pedro García-Esteller Guerrero. Y cuando en 1986 me elegisteis en Cabildo General, por aclamación, como Hermano Mayor de la Cofradía de la Vera Cruz, gracias a la propuesta de nuestro Alfonso “el Caíllo”, dándome la oportunidad de vaciarme, en todos los sentidos, en la atención a Caravaca y a la Santísima Cruz.
Ha sido para mí todo un honor y una inmensa satisfacción el hacer el último tramo del camino administrativo hasta la celebración del Pleno Municipal del pasado 27 de febrero, junto a otros hombres cuya compañía me prestigia: Alfonso Navarro López, Mariano García-Esteller Guerrero y Teodoro García Trabardero (conocido popular y cariñosamente por todos nosotros como “el Tedi”).
Finalmente he de agradecer a los amigos que decidieron iniciar primero, e impulsar en adelante, la tramitación del expediente administrativo municipal que concluyó con la declaración como Hijo Predilecto de Caravaca a mi favor: Juan Manuel Robles Oñate y Alfonso Pozo Martínez. Y como homenaje de recuerdo y agradecimiento mencionar los nombres de José Antonio López Navarro (nuestro querido “Jata”) y José Luís Mendoza López, ambos recientemente fallecidos. Aquel por ser uno de los primeros firmantes del documento de solicitud, y éste (Presidente de la UCAM) porque, con mano ya temblorosa, firmo como último escrito de su vida, ese mismo documento.
