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El CEBAS-CSIC, paradigma nacional de la excelencia científica

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

JOSE MARÍA EGEA SÁNCHEZ / FOTOGRAFÍAS: MIGUEL A. VALERO

En nuestro país, el principal agente de ejecución del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación es el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Su misión es la de la generación de conocimiento a través de la investigación científica y técnica y, especialmente interesante, la transferencia de los resultados de la investigación con especial atención al impulso y creación de empresas de base tecnológica.

En nuestro territorio, como centro destacado de esta institución, contamos con el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS) que persigue generar los conocimientos necesarios que permitan desarrollar estrategias para conseguir la sostenibilidad de los frágiles recursos existentes en zonas semiáridas, gestionándolos correctamente y haciendo posible en ese entorno, el desarrollo de una agricultura de calidad y la obtención de alimentos vegetales saludables y seguros.

Entre sus líneas de investigación, sus departamentos abordan estrategias de riego deficitario y gestión eficiente del riego, conservación de suelos y manejo de residuos orgánicos, nutrición vegetal, estreses abióticos y patología vegetal, mejora vegetal y ciencia y tecnología de los alimentos. 

El CEBAS-CSIC, paradigma nacional de la excelencia científica

Su principal signo de identidad es su carácter multidisciplinar pues aborda tanto ciencias agrarias como ciencia y tecnología de los alimentos y a su vez, una gestión sostenible de los recursos naturales propios de esta región del sureste español. 

El CEBAS también cuenta con un servicio de dinamización de la investigación y apoyo a la transferencia de conocimiento con el que se pretende facilitar el acceso de los investigadores del CEBAS-CSIC a los programas de investigación y colaboración a la vez que apoya la transferencia del conocimiento para resolver los problemas de las empresas.

Desde 2012, Juan José Alarcón Cabañero es el director del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, licenciado en Biología (1988) y  doctor (1992) por la Universidad de Murcia, ha sido en el CEBAS donde ha desarrollado la mayor parte de su actividad investigadora basada fundamentalmente en el conocimiento de las relaciones hídricas de las plantas bajo condiciones de estreses ambientales propias del área mediterránea y la optimización del uso del agua en la agricultura.

Hoy acompaña a EL Noroeste por el centro para mostrarnos algunas de sus instalaciones así como para conocer algunas líneas de investigación y los científicos que las llevan a cabo.

En relación con esa parte importante en cuanto a la trasferencia de los conocimientos generados a la sociedad, “el CEBAS cuenta con proyectos de convocatorias como reto-colaboración con empresas o los últimos de transición ecológica y digital en los que probablemente seamos de los centros a nivel nacional con mayor éxito y nos parece fundamental el poder transferir los resultados de las investigaciones al sector aunque bien es cierto que siempre hay que intentar tener un cierto equilibrio porque no podemos olvidar que estamos dentro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y nuestra tarea primera es la de generar conocimiento, eso pasa por hacer investigación de excelencia y no podemos simplemente convertirnos en una especie de servicio de apoyo tecnológico” según nos comenta su director.

Este contexto de una investigación eminentemente aplicada ha dado lugar a la aparición de algunas empresas o spin-off que tienen su base científica y tecnológica en el centro y han sido capaces de generar un producto comercializable en el mercado. Es el caso de Aquaporins&Ingredients, una spin-off fundada por cuatro investigadores del Cebas-CSIC, con capital privado, que fue galardonada en 2012 en los IV Premios de Innovación Empresarial del Instituto de Fomento de la Región de Murcia. A través de esta empresa, facilitan las relaciones entre el CEBAS-CSIC y la sociedad, trasladando a ésta los resultados de la investigación y creando empleo.

La actividad principal de la empresa es el desarrollo de productos de origen vegetal (principalmente derivados del bróculi), con dos líneas de trabajo diferenciadas: línea de agroalimentación y línea de cosmecéutica en las que comercializan brotes y germinados hasta 15 veces más ricos en compuestos bioactivos anticancerígenos.

En nuestro recorrido con su director por las entrañas del centro nos encontramos con Isabel Egea, investigadora que sido recientemente poseedora de su plaza como científico titular y que pertenece al grupo de Estrés Abiótico, Producción y Calidad en el departamento de Biología del estrés y patología vegetal. Hablando de su línea de investigación nos cuenta que  ésta “atiende a un reto fundamental de la sociedad actual como es el hecho de que la agricultura se enfrenta hoy, probablemente, al mayor desafío agroalimentario de su historia, como consecuencia del cambio climático y del aumento de la población. Las altas temperaturas, la sequía y la salinidad son cada vez más frecuentes, estando España dentro de los países de mayor vulnerabilidad al cambio climático. Estos cambios ambientales amenazan gravemente a la productividad y a la calidad de los cultivos y nuestra labor investigadora es conseguir que éstos sean capaces de tolerar esos cambios manteniendo una calidad óptima”.

El CEBAS-CSIC, paradigma nacional de la excelencia científica

Después de un enriquecedor paseo entre batas blancas, cámaras de germinación, tubos de ensayo y Eppendorf, nos sentamos a charlar con su director en su despacho, en el que Juan José Alarcón nos comenta y repasa con nosotros algunas de las inquietudes que le planteamos.

¿Existe una “cantera” prometedora de investigadores en nuestro país o podemos asistir a una, cada vez mayor, “fuga de cerebros”? 

El apoyo económico y de estabilidad a través de becas o contratos a los jóvenes científicos es sin una un limitación que tiene el sistema de investigación español en general. La carrera científica no está especialmente bien modulada ni dirigida y los apoyos son relativos. Hoy en día, aunque sea triste decirlo, apostar por ser científico es una apuesta a muy largo plazo y llena de incertidumbre, en contra yo creo que es una carrera muy bonita llena de satisfacciones, hay ciertas ayudas, pero lo cierto es que no es fácil y es en ocasiones muy competitivo.

¿Cómo valoras el apoyo institucional, nacional y regional? ¿Tienes alguna reivindicación?

Yo creo que el centro está muy bien apoyado institucionalmente, tanto a nivel nacional como a nivel regional, en este ámbito regional también nos sentimos un organismo más aunque no dependemos del gobierno regional pero sí que participamos de la ayudas de éste y a nivel institucional no me puedo quejar. El problema yo creo que trasciende a las instituciones y llega hasta la propia sociedad y es ésta la que debe entender la importancia de una actividad científica saludable a la que se debe apoyar y dedicar financiación.

¿Crees que la sociedad murciana conoce el CEBAS?

Yo creo que sí, los medios locales hacen referencia de manera recurrente a nuestra labor, reportajes como el vuestro nos ayudan a estar más cerca de los ciudadanos, recibimos visitas de institutos, universidades, lo que podríamos plantearnos es si la sociedad valora y le da la importancia necesaria a tener una investigación fuerte. Situaciones como la vivida con la pandemia y la respuesta de la ciencia nos ayudan a tener cada vez más esa percepción por la sociedad a cerca de la importancia de la misma.

A veces la sociedad cree que la ciencia tiene como finalidad la resolución de problemas reales e inmediatos, cuando en la práctica, para solventar estos problemas primero tiene que haber una base de conocimientos. La ciencia tiene como objetivo plantar esas bases de conocimientos. Hay veces que la gente nos plantea “bueno y eso ¿para qué sirve?” pues sirve para asentar ese conocimiento sobre el cual luego dar las soluciones a problemas concretos que puedan aparecer.

¿Es compatible el desarrollo agroalimentario actual con la buena gestión de los recursos naturales?

Yo creo que es posible un desarrollo industrial fuerte que vaya de la mano del respeto a los recursos naturales, y creo que es posible porque tenemos un desarrollo tecnológico que nos lo permite, evidentemente siempre surgen los conflictos en este equilibrio y ahí es donde precisamente nosotros podemos aportar las soluciones.

En una línea temporal ¿cuáles crees que han sido los principales hitos o logros científicos relacionados y cuáles los próximos retos en la investigación?

En el pasado destacaría en el avance en la importancia que hemos otorgado a la conservación y el manejo sostenible de los recursos. La importancia del suelo y su microbiología, la importancia de una gestión adecuada del agua, a través de tecnología de precisión. También el avance en la economía circular y el aprovechamiento de desechos para volver a integrarlos en la cadena productiva. En los próximos años creo que debemos ir avanzando en este sentido pero a buen seguro con nuevas tecnologías como las que nos permiten los avances en la biología molecular, así como todo lo que tiene que ver con la digitalización y la agricultura de precisión y la inteligencia artificial; todo ello en un centro como el nuestro centrado en la sostenibilidad.

¿Crees que nos encontramos ante una situación de emergencia agroclimática?

Yo no soy tan catastrofista, creo que la sociedad y los avances tecnológicos conseguirán paliar las consecuencias del cambio climático. Creo que existen soluciones y que se van a cavar aplicando.

¿Qué opinas de la irrupción de la agricultura intensiva de regadío en una comarca como la del Noroeste?

Yo creo que es natural que todas las regiones tengan una lógica aspiración de crecimiento, pero este crecimiento no siempre tiene que ir acompañado de una agricultura intensiva, hay otras fórmulas de crecer y bueno, sin denostar que puntualmente se pueda convertir algún área concreta a una agricultura más intensiva, yo creo que la esencia del noroeste debe permanecer sin por ello quedarnos anclados. Se deben buscar fórmulas nuevas enfocadas más al respeto de esa esencia como pueden ser el ecoturismo o la agroecología. Cometeríamos un error si todo el Noroeste se convierte ahora en un campo de lechugas.

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