Ya en la calle el nº 1041

El alcalde Pepe Gómez

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

José Antonio Melgares Guerrero/Cronista Oficial de Caravaca y de la Vera Cruz.

El 20 de junio de 1973, dimitía pública y solemnemente de su cargo como alcalde de Caravaca José Luís Gómez Martínez, tras ocho años al frente del Ayuntamiento local en los que, con los medios a su alcance, gran derroche de imaginación y muchas ganas de servir a sus gentes, en el marco temporal en que le tocó vivir, su trabajo no fue estéril ni su mandato pasó desapercibido en la historia local reciente.

Decano de los Hermanos Mayores
Decano de los Hermanos Mayores

Pepe Gómez, como popular y cariñosamente fue conocido por sus contemporáneos, vino al mundo en enero de 1911, en el seno del matrimonio integrado por José María Gómez y Teresa Martínez, quienes engendraron, también, otra hija, a quien pusieron de nombre María Teresa, estableciendo el domicilio familiar en la C. Mayor, frente a La Compañía, donde trascurrió toda la vida de ambos.

Cursó su formación primaria en el colegio de Los frailes Carmelitas de la Glorieta, y la secundaria en el Instituto que hasta después de la Guerra Civil vino funcionando en la Carretera de Moratalla donde luego se instaló el Colegio Cervantes y actualmente se ubica, con el mismo nombre, uno de los centros locales de Primaria.

Afiliado a la Falange Joseantonianasufrió las persecuciones de que esta formación política fue objeto durante la II República y la Guerra Civil, situándose en el bando de los vencedores  tras la contienda.

Se incorporó al mundo laboral en la industria familiar de hilados de esparto ubicada en el paraje de Las Cantarerías y fue el primer secretario del juzgado militar instalado en Caravaca a partir de 1939, compatibilizando esta actividad con la de juez de paz y jefe de los sindicatos verticales.

La crisis de la industria alpargatera también afectó a la producción y manufactura de las materias primas, iniciándose en el ejercicio de la procuraduría para lo que hubo de hacer el preceptivo examen en la entonces Audiencia Territorial de Albacete, donde obtuvo el título de Procurador de los Tribunales, heredando la clientela que hasta su jubilación había tenido D. Emilio Sáez. La nueva profesión la simultaneó con representaciones comerciales como la de la casa SACA, fabricante de tractores y maquinaria agrícola, abriendo exposición y venta en la Gran Vía, donde más tarde se instaló el Bar Las Vegas.

En 1941 contrajo matrimonio con Fuensanta Robles Sánchez, en ceremonia religiosa que tuvo lugar en casa de la novia, en la Cuesta de las Herrerías, fijando el domicilio familiar en el entonces edificio de Correos y Teléfonos propiedad de Elías Robles, en el complejo arquitectónico de La Compañía, donde llagaron al mundo sus dos hijos Pepe y Gracita. Allí vivió la familia hasta 1964 en que, casados los hijos, trasladó la residencia a la Gran Vía 16.

Fue el primer Hermano Mayor de la Cofradía de la Cruz entre 1940 y 1944, gestionando, junto al obispo Miguel de los Santos la consecución en Roma del Lignum Crucisy, junto a la Michelena la fabricación del relicario de la Patrona en la casa Beldarraín de San Sebastián.

También fue alcalde, entre 1941 y 1942, durante los inicios del régimen del general Franco, sucediendo como tal a Luís Martínez-Carrasco Blanc, y dando paso, en febrero del último año mencionado, a Antonio Guerrero Martínez. Durante aquel mandato apenas se pudo hacer otra cosa que administrar la indigencia e intentar poner orden según la incipiente estructura del nuevo régimen político.

Por su discurso de despedida del Ayuntamiento, el 20 de junio de 1973, que él mismo se ocupó de publicar, sabemos que tomó posesión como alcalde, en su segundo mandato, el 5 de abril de 1965, con los concejales Ángel Álvarez, Juan Godínez Gil de Tejada, Pedro Vélez, Pedro José López Soriano, Francisco Martínez Mirete, José López Abad, Telesforo Baquero, Emilio Tudela, Feliciano Morenilla, Joaquín López Battú y Pedro Angosto Luís.

Durante su mandato como alcalde, que coincidió con los de Antonio Luís Soler Bans, Alfonso Izarra Rodríguez y Enrique Oltra Moltó como gobernadores civiles, y con los de Ramón Luís Pascual de Riquelme y Gaspar de la Peña Abellán como presidentes de la Diputación Provincial, se mejoró la Biblioteca Municipal, se instaló el teléfono en Archivel y Barranda. Se instaló el alumbrado público en varias pedanías del campo. Se dotó de agua corriente domiciliaria a otras. Se construyó el lavadero público de Los Royos. Se construyeron dos grupos escolares en Caravaca. Escuelas unitarias en Navares, Caneja, Casicas y Noguericas de Archivel y Pinilla. Se construyó el nuevo matadero municipal. Se dotó a la ciudad del suministro de agua de los Canales del Taibilla. Se hizo el proyecto (por fortuna no ejecutado) para instalar un albergue de turismo en el Castillo y quedaron pendientes, en fase de proyecto, la casa de Correos y Telégrafos, el nuevo Cuartel de la Guardia Civil y el ambulatorio de la Seguridad Social (que se iba a edificar en el viejo Matadero de la C. Ángel Blanc). También durante su mandato se inauguró la Sección Delegada del Instituto de Enseñanza Media, y la Escuela de Maestría Industrial (hoy Instituto Pérez Chirinos), entre otras muchas cosas

En 1971, un Rl. Decreto fechado el 7 de febrero reorganizó la composición de los ayuntamientos, quedando conformado el de Caravaca por los siguientes concejales con Pepe Gómez a la cabeza como alcalde: Juan Álvarez Moreno, Pedro Beltrán, Mario Moreno Godínez, Francisco Fuentes García y Juan Pedro Álvarez Robles por la representación familiar.  Manuel Guerrero Sánchez, Martín Robles Sánchez, Matías Albarracín Crespo, Juan González García y Manuel Campos Marín, en representación sindical. Y Ramón García Álvarez, Luís Jiménez Jaén, Maravillas Marín Fuentes, Luís Sáez Sánchez y Pascual Álvarez Sánchez, por las entidades culturales.

Junto a la alcaldía ostentó la Jefatura local del Movimiento y como tal abrió el Círculo Medina de la Sección Femenina en la Plaza del Arco, teleclubs en Archivel y Singla y se proyectó tirar el entonces ruinoso teatro Thuillier para construir en su solar la Casa del Movimiento. También fue Diputado Provincial por la circunscripción de El Noroeste.

Aumentó la subvención a las Fiestas de la Cruz, de 40.000 a 425.000 pts. Se cedieron a los festeros los beneficios de las tribunas instaladas en la Gran Vía y se subvencionó al bando de los Caballos del Vino con 10.000 pts que más tarde se aumentó hasta 25.000. Finalmente se dotó la Semana de la Oveja Segureña  con 100.000 pts.

Heredó el cargo de Amancio Marsilla Marín y lo dejó en manos de Mariano Rigabert Girón, quien condujo a Caravaca hasta el final del régimen del General Franco.

Muy deteriorado por la diabetes, se jubiló profesionalmente en 1974, dedicándose desde entonces a la familia y a los amigos hasta que el agravamiento de la enfermedad le impidió hacerlo, falleciendo el 18 de octubre de 1984.

Pepe Gómez fue objeto de diversas condecoraciones y tanto en su actividad política como en la Cofradía de la Vera Cruz, donde ocupó todos los cargos de su antiguo organigrama, fue un hombre coherente con sus ideas, honesto y leal al momento histórico en que le tocó vivir. Su recuerdo, aunque vinculado a otros tiempos, forma parte de la historia local, en la que sin duda ocupa un lugar destacado por su continuada actitud de servicio a Caravaca y a sus gentes.

 

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