Ya en la calle el nº 1041

19 de Febrero de 1903: Designación del Coliseo Municipal con el nombre de Teatro Thuillier (final)

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Francisco Fernández García/Archivo Municipal de Caravaca de la Cruz

En la primera parte de este artículo recordamos las mejoras realizadas en el Teatro de Caravaca a finales de 1902 y principios de 1903, incluyendo la novedad de la instalación de luz eléctrica, y como para su reapertura fue contratada la Compañía dramática dirigida por Emilio Thuillier, presentándose con gran éxito el 13 de febrero de 1903; reseñando igualmente su ofrecimiento de realizar una función a beneficio de los pobres de Caravaca, motivo por el cual el Ayuntamiento aprobó por unanimidad llamar al Teatro con su nombre, agradeciendo en acto público el altruista acto del actor malagueño.

Fotografía de la actriz Ana Ferri dedicada al matrimonio Martínez-Iglesias en 1903
Fotografía de la actriz Ana Ferri dedicada al matrimonio Martínez-Iglesias en 1903

La función benéfica tuvo lugar el sábado 20, disponiéndose asimismo el acto protocolario de agradecimiento público en el propio teatro al finalizar la representación. El programa elegido fue la repetición del ofrecido el segundo día, consistiendo en “el hermoso drama <<Fedora>>, original del insigne Sardou, y en él hicieron gala una vez mas de sus excelentes dotes la señora Ferri y el señor Thuillier, quienes fueron muy aplaudidos y llamados a escena infinidad de veces”. El diario “El Liberal de Murcia” nos ofrece una detallada descripción del acto: “Al concluir la representación de la referida obra, fue entregado en el palco escénico al señor Thuillier, certificación del acuerdo que el Ayuntamiento de esta ciudad adoptó en sesión del 19 que cursa y una cartulina primorosamente escrita por el calígrafo don Mariano Martínez, que ha merecido generales elogios de personas peritas en esta clase de trabajos. A petición del público, profundamente conmovido y entrecortada su voz por la emoción que sentía, dio el señor Thuillier lectura al acuerdo entre una estruendosa ovación del público”. La recaudación íntegra ascendió a la nada desdeñable cantidad de 882 pesetas y 14 céntimos, siendo entregadas por el actor al alcalde y al párroco para su distribución entre los necesitados. La generosa actitud de Thuillier fue elogiada por la prensa local y regional: “El nombre de Thuillier quedará perpetuamente aquí para siempre, como corresponde a su inagotable caridad, a sus ruidosos triunfos y a la predilección que siente por el pueblo de Caravaca”. No le faltaba razón al anónimo corresponsal, ya que desde entonces ha conservado la denominación, siendo además el único que recuerda al actor, excepción hecha de la calle que lleva su nombre en su ciudad natal.

Inicialmente se había ajustado la permanencia de la compañía en Caravaca hasta el lunes 23, estando prevista su marcha a Murcia al día siguiente, pero el hecho de añadir la función benéfica hizo que se prolongará un día más, de modo que la despedida se trasladó al martes 24, quedando el sábado 21 para la función a beneficio del señor Thuillier y el domingo 22 para el de la primera actriz, Ana Ferri. Conviene aquí aclarar que en esta época existía la costumbre de realizar algunas funciones (generalmente los últimos días) a beneficio del actor o actores principales, reservándose para ellos un porcentaje de la taquilla obtenida ese día y recibiendo regalos, tanto por parte de la empresa como de los espectadores.

La función a beneficio de Emilio Thuillier se verificó el sábado 21, poniéndose en escena “el magnífico drama de D. Joaquín Dicenta <<El Señor Feudal>>y la comedia francesa arreglada a la escena española titulada <<Tortosa y Soler>>”. Un nuevo éxito para la compañía, sobresaliendo “todos los actores y especialmente el beneficiado, que cosechó muchos y merecidos aplausos, en pago al realce que supo dar a sus respectivos papeles. Al final de las obras, todos los actores fueron llamados a escena ante una lluvia de aplausos, y e4l Sr. Thuillier recibió muchos y valiosos regalos de sus admiradores y amigos”.

El domingo 22 fue el turno para el beneficio de la primera actriz Ana Ferri, representándose el drama de D. José Echegaray “Mancha que limpia”; “A la terminación de la obra, la Sra. Ferri fue obsequiada con flores, palomas y valiosos regalos por la empresa y abonados”. La actriz causó gran impresión en el publico, especialmente el masculino, apareciendo en el “El Siglo Nuevo” de 1 de marzo un apasionado artículo firmado por uno de sus mas fervientes admiradores, Manuel Sánchez Nogueras: “Yo le diría a V. que es reina de la hermosura y bella entre las bellas, que V. no necesita mas aureola de gloria que los ensortijados negros cabellos que su tersa frente coronan; diría a V. que las estrellas del cielo, envidian el fulgor de sus hermosos ojos, que sus mejillas son pétalos de rosa y sus labios granates y sus dientes perlas y su cuello nieve; yo diría a V. que envidio las gasas de su vestido que, cual vaporosa neblina, envuelven y velan sus correctas formas de escultura griega…”. Prendado de la actriz, Nogueras marchó a Murcia para ver sus actuaciones en el Romea, de lo que dejó constancia el periódico local.

Los programas de las últimas jornadas se modificaron, de modo que el lunes 23 escenificaron “el grandioso drama escrito expresamente por su autor para el Sr. Thuillier y estrenado por este en el Teatro de la Comedia de Madrid” titulado “Juan José” escrito por D. Joaquín Dicenta y “El sueño dorado” “juguete cómico en un acto y en prosa, original de D. Vital Aza” mientras que el martes 24 “se puso en escena como función de despedida, el drama en tres actos <<El Angelus>>, inspirada en la obra del ilustre periodistaEusebio Blasco y la pieza en un acto<<La cuerda floja>>, producción del malogrado vate Estremera, en donde abundan chistes ingeniosos y de verdadera vis cómica”. Las funciones ofrecidas por Thuilier y su compañía fueron un verdadero acontecimiento en la sencilla existencia de nuestra ciudad, “en todos los espectáculos las muestras de aclamación se han sucedido sin descanso como expresando un deseo ardiente generalmente sentido de que no pase mucho tiempo sin que vuelva a visitarnos la excelente compañía del señor Thuillier, cual digno remate de una serie de funciones en las que como siempre el aplauso condicional y fervoroso se rinde a los méritos de todos los artistas. En las representaciones aquí verificadas en honor de la señora Ferri y del señor Thuillier, la empresa del teatro que aquí ya lleva el nombre de este distinguido actor, los abonados a palcos y plateas y muchos de sus admiradores entusiastas, ofrecierónles regalos de gran valía, coronas, profusión de flores y palomas, convirtiendo el palco escénico en un soberbio museo”. Al día siguiente emprendieron viaje a Murcia, debutando en el Teatro Romea el 26 de febrero.

A principios de marzo, anunciaron una visita a Caravaca para “pasar algunas horas con su amigos”, tras finalizar en Murcia y antes de marchar a Cartagena, aunque poco después se tuvo “noticia por carta que D. Emilio Thuillier escribió a su amigo, el alcalde presidente de este Ayuntamiento D. Julian M. Iglesias, que dicho actor y la Sra. Dª. Ana M. Ferri, habían suspendido su proyectado viaje a esta ciudad, por hallarse la última enferma”. Desconozco si visitó en alguna otra ocasión nuestra ciudad, aunque la relación con sus amigos continuó, lo que se demuestra por varias fotos de Thuillier y Ana Ferri dedicadas al matrimonio Martínez-Iglesias posteriores a su estancia en Caravaca y algunas cartas dirigidas a otros caravaqueños, dos de las cuales, dirigidas a D. Eduardo de Mata publica J. M. Melgares de Aguilar en un artículo dedicado a este actor incluido en la Revista de Fiestas de 1987. En una de ellas, fechada en 1911, Thuillier le agradece la información aparecida en el periódico “La Luz de la Comarca”, de la que Mata era director, sobre el accidente que sufrió cuando viajaba a Bilbao en compañía del actor de origen caravaqueño D. Fernando Díaz de Mendoza y su esposa Dª. María Guerrero, en la que evoca su estancia en Caravaca: “Todo lo que venga  de esa ciudad, que recuerdo siempre con todo el amor de mi alma, me conmueve profundamente. En ella he pasado acaso los mejores días de mi vida, en ella tengo amigos que considero como mis mas queridos parientes y a ella va siempre mi pensamiento. Al comunicarle que todos estamos en franca mejoría le ruego haga llegar a todos mi inmensa gratitud y les dé la seguridad de que nunca les olvido soñando siempre con volver por allá”.

Una última curiosidad, el ejemplo de Caravaca estimuló a otras poblaciones, apareciendo en “El Siglo Nuevo” de 8 de marzo de 1903 un artículo firmado por D. Juan García Porcel reclamando un teatro en Cehegín: “idea que hace tiempo se agita en mi cerebro y que se ha agigantado merced al triunfo logrado por los caravaqueños en los últimos días, al inaugurar su elegante coliseo con la notable compañía dramática que dirige D. Emilio Thuillier”.

 

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