JOSÉ PELÁEZ
En numerosos casos ocurre que la autoría de un invento o descubrimiento se atribuye a una sola persona pero son numerosos los científicos que se consideran herederos de un precioso legado esculpido y compartido por miles de investigadores, cada uno aportando conocimiento a un espacio común.
Cuando James Watt, recogió este testigo y presentó al mundo lo que hoy conocemos como la máquina de vapor moderna, sería prácticamente imposible que pudiera intuir la repercusión y la serie de acontecimientos en cadena que supondría para la sociedad su aportación, comenzaba la revolución industrial y una serie de cambios no todos ellos constructivos, acontecieron de forma veloz sobre gran parte de la sociedad. Una gran parte de la población atraída por las posibilidades de desarrollo que ofrecían las ciudades abandona las zonas rurales y emigran hacia las grandes urbes, así pues el crecimiento descontrolado de los nuevos asentamientos, las largas jornadas laborales, el hacinamiento en los barrios trabajadores y todo un abanico de problemas derivados del desarraigo de las antiguas costumbres y modos de vida, dan como fruto una problemática, “la cuestión social” que empieza a llamar la atención de numerosos pensadores de la época. Es por esto que surge la sociología para estudiar y resolver los conflictos ocasionados por las nuevas formas de organización, aplicando el método científico que tan bien estaba funcionando en la época; Saint Simon, Augusto Comte, Emilio Durkheim , K. Marx y Max Weber son sus padres fundadores.
JOSÉ PELÁEZ
En numerosos casos ocurre que la autoría de un invento o descubrimiento se atribuye a una sola persona pero son numerosos los científicos que se consideran herederos de un precioso legado esculpido y compartido por miles de investigadores, cada uno aportando conocimiento a un espacio común.
Cuando James Watt, recogió este testigo y presentó al mundo lo que hoy conocemos como la máquina de vapor moderna, sería prácticamente imposible que pudiera intuir la repercusión y la serie de acontecimientos en cadena que supondría para la sociedad su aportación, comenzaba la revolución industrial y una serie de cambios no todos ellos constructivos, acontecieron de forma veloz sobre gran parte de la sociedad. Una gran parte de la población atraída por las posibilidades de desarrollo que ofrecían las ciudades abandona las zonas rurales y emigran hacia las grandes urbes, así pues el crecimiento descontrolado de los nuevos asentamientos, las largas jornadas laborales, el hacinamiento en los barrios trabajadores y todo un abanico de problemas derivados del desarraigo de las antiguas costumbres y modos de vida, dan como fruto una problemática, “la cuestión social” que empieza a llamar la atención de numerosos pensadores de la época. Es por esto que surge la sociología para estudiar y resolver los conflictos ocasionados por las nuevas formas de organización, aplicando el método científico que tan bien estaba funcionando en la época; Saint Simon, Augusto Comte, Emilio Durkheim , K. Marx y Max Weber son sus padres fundadores.
Así pues tenemos una ciencia con algo más de doscientos años de edad pero que a día de hoy sigue siendo una gran desconocida para la mayoría de la población, ¿Qué es la sociología?, ¿Qué hace un sociólogo?
Básicamente la sociología estudia todos los fenómenos derivados de la interacción de las personas y debido a que estos son numerosos el nivel de especialización que se exige a los sociólogos y las distintas parcelas de estudio de esta ciencia son tan amplias como complejas.
¿Por qué las mujeres cobran un menor salario que los hombres en España? ¿Quiénes son los responsables del desempleo juvenil? ¿Está el sistema educativo en sintonía con las demandas del mercado laboral? ¿Son los costes de los servicios públicos los responsables de la crisis económica? ¿Verdaderamente protegen las leyes a todos por igual? Estas son algunas de las múltiples preguntas que la sociología intenta dar respuesta y lo hace con estudios, con datos, con investigación, argumentando y aplicando el método científico y sustituyendo un “me parece” por datos y exposiciones que hablan por sí solos.
Por este motivo son muchos los sociólogos que argumentan que el espíritu de la sociología es desenmascarar y aunque el filósofo expresa que la verdad absoluta no existe, parece ser que en este planeta, tiene dos caras. He aquí la base de la sociología.
A los sociólogo se nos acusa de muchas cosas, de utilizar nuestros conocimientos para mantener o derribar el status quo, de camuflar las carencias de nuestra ciencia con datos y teorías que nadie pueda entender,de expresar en nuestros informes conclusiones que son obvias y por todos conocidas y sobre todo de formar parte de un colectivo que nadie sabe a qué se dedica.
Así pues creo que los sociólogos no hemos sabido comunicar a la sociedad cual es nuestro cometido y es por esto que he comenzado una labor de difusión para dar a conocer al mayor número de personas cual es nuestra labor y el trabajo beneficioso que podemos aportar al resto de la sociedad, cuando existen conflictos, desordenes, preguntas, proyectos, dudas, existe una ciencia multidisciplinar que puede ayudar en este cometido, pero cuidado, no somos ni gurús, ni futurólogos, solamente científicos de la sociedad con las limitaciones que en el momento actual toda ciencia conlleva; sociología, la ciencia de la sociedad.
