Pedro Antonio Hurtado García
No poseemos un permiso de circulación para conducir en Sevilla y otro, diferente, para hacerlo en Valencia, por ejemplo. Además, no parece razonable que practiquemos la conducción de múltiples maneras. Lo más sencillo es aplicar un reglamento colectivo a nivel nacional e, incluso, mundial, salvo los países que, todavía, circulan por la izquierda posicional.
Al final, y en ese mismo sentido, todo el mundo quiere, los responsables aparentan interesarse en el tema, pero nadie termina de resolver nada sobre el patinete eléctrico que, imparablemente, va en aumento, como medio de movilidad ágil, cómodo y diminuto para disfrutar, de él, en los desplazamientos por las ciudades.
Pero, ¡claro!, como cuando el problema de los taxis, que se delegó a las Comunidades Autónomas, ahora, esta cuestión ha quedado, de momento, en manos de los ayuntamientos, cuando el reglamento debería ser nacional y, si posible fuere, hasta mundial. Nada más sencillo que homogeneizar y establecer normas de alcance internacional en un mundo globalizado. El reglamento de la DGT, no obstante, señala: “Es cada ayuntamiento el que debe establecer las normas. Por tanto, decidir dónde deben circular, la velocidad máxima que pueden usar, etc.”
Abren informativos con atropellos a viandantes, huídas, faltas de asistencia a peatones perjudicados y, en definitiva, delincuencia establecida por falta de reglamento, ya que, en la mayoría de los lugares, nadie sabe a qué atenerse a nivel normativo. ¿“Pecador”, como siempre, el sacrificado usuario que quiere instalarse en la legalidad o quienes deberían legislar resolviendo?.
Auténtica pena que, en pleno siglo XXI, funcionemos de una forma tan inadecuada, generando enorme descontento, en unos y en otros. Menos patetismo intencional y más reglas definidas y definitivas, por favor. Buenos días.