Ya en la calle el nº 1041

La vuelta al cole desde el punto de vista pedagógico

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

JAIME PARRA

Noemí García Marín, pedagoga y orientadora escolar. Máster de especialización en Psicología Educativa, nos da unas pautas para el comienzo de un curso escolar atípico.

  • ¿Cómo debemos preparar a los niños para el comienzo del curso escolar?

En unos días será la ‘vuelta al cole’ más atípica de las últimas décadas para docentes, familias y estudiantes. Para los padres, este nuevo curso escolar es un mar de incógnitas sobre cómo orientar a sus hijos ante la nueva normalidad. No hay unas pautas concretas sobre cómo afrontarla, pero podemos contar con algunas ideas clave.

En primer lugar, es importante comunicarse con los niños, explicando bien la situación y las medidas de higiene y protección en el cole, transmitiéndolo mediante un lenguaje adecuado a la edad del niño o adolescente (si son pequeños a través de cuentos y metáforas). Es transcendental centrarse en el presente, intentando no preocuparnos por lo que pasaría en el caso de un nuevo confinamiento, un posible contagio en el colegio, etc… pues solo fomentará la aparición de preocupaciones y ansiedad. Nuestra perspectiva y nuestro apoyo es esencial para encauzar el nuevo año escolar. Si nuestro comportamiento en general es negativo y no somos capaces de afrontar el nuevo periodo con satisfacción e ilusión, estas sensaciones serán fácilmente transmitidas a los pequeños.  Ante estas preocupaciones, es sustancial motivar en positivo, para que no aparezcan temores o actitudes negativas hacia el colegio. Es normal que al principio los niños se encuentren reticentes, de ahí la importancia de transmitirles la positividad del reencuentro con sus compañeros, las ganas de trabajar y la motivación por comenzar algo nuevo.

  • ¿Cambia algo el hecho de que estemos en plena pandemia?

Por supuesto. Tras un periodo vacacional, el reajuste de rutinas, exigencias y obligaciones ya puede crear efectos psicológicos en los más pequeños. A este nuevo curso se suma, además, la pérdida del último trimestre académico, la disminución de competencias educativas, el miedo ante un posible contagio, o la incertidumbre de cómo va a ser el día a día en el aula.

Por ello, convendría que los centros educativos fomenten la flexibilidad de horarios, tiempos, espacios y recursos. El profesorado por su parte, debería favorecer a todo el alumnado, y sobre todo a los niños con necesidades (académicas, tecnológicas, emocionales, de conciliación familiar…).  Como factor importante destacaría el aprendizaje combinado (sin sobrecargar a los docentes o alumnos con trabajos y deberes online, aprovechando las clases presenciales y tutorías para promover la comunicación y el diálogo, priorizado además en las tareas más difícil de hacer en casa).

Será esencial apostar por metodologías activas y acompañar a familias y estudiantes en el proceso educativo.

  • Estamos preocupados por el desfase curricular, ¿es tan importante?

En la mayoría de casos, posiblemente los alumnnos olvidarán lo aprendido hasta el mes de marzo, produciéndose una brecha educativa en la mayoría de alumnos (retraso en la lectoescritura, capacidad de estudio, pérdida de atención y concentración, desinterés por lo académico en general.). El principal problema es que este impacto será heterogéneo, produciendo un mayor efecto negativo en alumnos de entornos desfavorecidos o rezagados (por falta de apoyo académico o familiar y escasez de recursos tecnológicos, entre otros). Aumentando de esta forma las desigualdades educativas y el rendimiento escolar, pudiendo producir un desfase curricular importante. No obstante, para no excluir a ningún tipo de alumnado, es tarea de los centros educativos entender y comprender la situación tan complicada que estamos viviendo, adaptándose a las nuevas dificultades y necesidades familiares.

  • ¿A quién podemos acudir si detectamos en los niños o adolescentes necesidades específicas de apoyo educativo o de aprendizaje?

En este aspecto, la ayuda del pedagogo es fundamental (ya sea el que encontramos en un centro educativo o uno externo), pues es la persona encargada de planificar, ejecutar y evaluar los contenidos y proyectos educativos. Entre sus funciones principales está la del acompañamiento, apoyo, asesoramiento, formación y orientación de las familias, el alumno y el equipo docente, siendo un puente de unión entre los miembros de la comunidad educativa. Además, es el encargado de adaptar los programas educativos según las necesidades de enseñanza y aprendizaje, seleccionando los recursos y el material didáctico adaptado a la necesidad de cada alumno.

Nosotros como pedagogos, ofrecemos apoyo y refuerzo educativo desde a niños y adolescentes que simplemente necesitan una guía, organización y orientación académica (trabajando las funciones ejecutivas y técnicas de estudio), como a aquellos con dificultades específicas de aprendizaje (dislexia, disgrafía, disortografía, discalculia, o problemas de lectoescritura, entre otros), con necesidades específicas de apoyo educativo (trastorno por déficit de atención e hiperactividad, altas capacidades intelectuales, incorporación tardía al colegio o desfase curricular), así como la atención personalizada de niños con necesidades educativas especiales (discapacidad o trastornos específicos).

  • ¿Qué consejos darías para los primeros días de clase?

Es imprescindible preparar gradualmente los cambios en el horario y las rutinas, tales como la hora de dormir o despertarse, las comidas y cenas, la organización de actividades educativas (incluso si son clases online) o de ocio.

En cuanto a la asignación de tareas, los padres podrían ofrecer más responsabilidad y participación de sus hijos en actividades ya conocidas (como preparar la ropa, los libros, los deberes, la agenda…) así como otras nuevas como crear su propio “kit de higiene personal” con mascarilla homologada (que debe cambiar cada día), gel higienizante y material personalizado con su nombre. Todo ello sin forzarlos, sino incorporándolas días antes de forma paulatina.

En referencia a las tecnologías, debemos controlar y cuidar el tiempo y el contenido, pues ahora no solo se usan para el ocio, sino para las clases o trabajos online, pudiendo desencadenar un uso excesivo de pantallas, por lo que debemos establecer un horario para prevenir problemas de adicción o ansiedad.

Otro apartado de vital importancia para un correcto desarrollo físico y metal es reservar un tiempo para el ejercicio físico, pues puede ocurrir que se cancelen o se limiten actividades deportivas y extraescolares.

Es aconsejable tener todo organizado antes del primer día de colegio, transmitiendo calma, paciencia y actitud positiva para reducir los miedos y preocupaciones de los niños.

  • Para el buen desarrollo de un niño, ¿es necesaria su presencia en las aulas con otros niños?

Un gran afectado por esta crisis sanitaria ha sido la educación, dejando al descubierto los problemas de formación en tecnología de la información y la comunicación, así como las grandes carencias del sistema educativo. Ésta nueva forma de impartir clases, por primera vez de forma digital, ha resultado bastante insatisfactoria e insuficiente (tanto para alumnos, como para profesores y padres). Si algo hemos sacado en claro, es la importancia del centro educativo como agente de enseñanza-aprendizaje, siendo un espacio físico que motiva y ayuda a cada niño teniendo en cuenta las necesidades individuales. Se hace necesaria tanto para las familias como para los niños una vuelta al colegio, por ser un nivelador social, educativo y emocional imprescindible. Es momento. Sin embargo, para un cambio de paradigma, creando una escuela adaptada a las nuevas necesidades.

Además, es tarea conjunta del centro y las familias la de educar al alumnado en la importancia de mantener las distancias y los hábitos de higiene correspondientes.

  • ¿Algún mensaje para los padres?

En esta situación tan complicada nos toca sacar nuestra actitud más positiva, transmitiendo a través del juego las normas de distancia social y de higiene, inculcando la prudencia desde su parte más divertida y no desde el miedo. Positividad ante la vuelta a la escuela, ante los nuevos retos y nuevos aprendizajes.

 

 

 

 

Noemí García Marín, pedagoga y orientadora escolar.

Máster de especialización en Psicología Educativa.

 

 

 

 

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