Jesús López López. Moratalla.
En el mes de enero Jesús López Álvarez, “El Chules”, nos ha abandonó, rendido a la desigual batalla que desde hacía meses mantenía contra una cruel enfermedad.
Jesús era un hombre bueno, honesto, cercano, cariñoso, siempre con la palabra oportuna, el comentario medido y con el chascarrillo gracioso cuando recordaba cualquiera de las mil anécdotas de su vida. Era de esa clase de personas que desprenden cariño y se hacen querer por cuantos los tratan, siendo un ejemplo de vitalidad y de ganas de disfrutar la vida.
Fue un hombre plenamente identificado con su pueblo y con sus tradiciones. Especial devoción sentía hacia el tambor, fiesta que desde niño amo y por la que perdía el sentido. El redoble en la lejanía de un tambor transformaba la cara de Chules, haciéndole olvidar lo que tuviera entre manos, y despertando de manera desaforada su grandioso instinto nazareno.
Esta desmedida pasión por la fiesta del tambor fue reconocida y premiada por el pueblo de Moratalla, con el otorgamiento del título de Nazareno de Oro, la más alta distinción que puede otorgarse a un tamborista.
Se ha ido un hombre generoso, que derrochaba amor y cariño por donde pasaba. Se ha ido un luchador. Se ha ido un enamorado de la vida, un hombre que siempre veía el lado positivo de las cosas.
Pero te has ido, chacho Chules, dichoso, porque has finalizado tu vida rodeado de las atenciones, cuidados y cariño de toda tu familia. Y en especial, de tu esposa, Fina, la mujer de tu vida, tu compañera de viaje, a la que quisiste con autentico fervor, y a la que dedicaste tus últimas palabras.
Redobla en Paz.