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Ayudas técnicas: una forma de mejorar la autonomía

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Rocio López Usero. Terapeuta ocupacional. Centro de día y Residencia EL COPO. APCOM
Los productos de apoyo (también conocidos como ayudas técnicas), son instrumentos que permiten y facilitan la realización de determinadas tareas cuando un usuario tiene dificultades para realizarlo por sí solo. APCOM
Estas ayudas técnicas, abarcan un amplio espectro que va desde, por ejemplo, utensilios tan simples como el engrosamiento del mango para un cubierto, al más sofisticado sistema de acceso al ordenador. La aparición de nuevos productos y prestaciones avanza en paralelo al desarrollo tecnológico. 
El objetivo para utilizar un producto de apoyo es realizar la tarea, de forma autónoma o con ayuda de un asistente, con eficacia, seguridad y comodidad. Otras razones para utilizar productos de apoyo serían, como prevención en un proceso degenerativo; rebajar el esfuerzo que requiere la actividad; evitar o reducir el riesgo de lesiones o accidentes; y disminuir o evitar el dolor. 
Según la Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y Situaciones de Dependencia (EDAD) del año 2008, el 74% de las personas con discapacidad, de seis o más años, afirman tener dificultades para la realización  de las actividades básicas de la vida diaria a pesar de que en la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de Naciones Unidas, quedó señalada el importante papel que la Accesibilidad, las Tecnologías y los Productos de Apoyo tienen para que las personas con discapacidad mantengan o incrementen su autonomía e independencia, incluida la toma de decisiones.
A continuación veremos dos ejemplos de actividades de la vida diaria, que pueden ser de ayuda a familias que tengas personas con discapacidad en casa:
-Soluciones  para fomentar la autonomía a la hora de llevar la comida a la boca. 
La tarea requiere el movimiento coordinado de cada una de las articulaciones de los brazos, además de agarre y coordinación mano-boca.
En función de que el alimento sea sólido o líquido y se coja con la mano o la cuchara, requerirá mayor o menor precisión en la ejecución de la tarea. En cualquier caso, la estabilización de la muñeca es esencial para conseguir el objetivo. 
Las limitaciones articulares, las deformidades en manos y dedos, la fuerza o la coordinación, condicionan el modo de agarre. Por ello, debe elegirse el cubierto adecuado o adaptado a cada situación.
Existen cubiertos con mangos de diferente grosor, peso, forma, angulación, longitud, para diestros o zurdos, antideslizantes y cubiertos a los que se pueden acoplar diferentes mangos. 
En caso de hipersensibilidad a materiales duros o fríos o reflejo de mordida, existen cucharas blandas, de plástico o de silicona, o metálicas recubiertas de material blando.
Si no hay posibilidad de agarre, se puede utilizar una sujeción palmar donde se introduce el mango del cubierto o una sujeción al muñon de antebrazo si se trata de una persona con amputación de mano.
Si existe dificultad para coger el alimento, cuando se tiene una sola mano funcional o problemas visuales, se puede adaptar al plato un reborde que impida salir el alimento, o utilizar platos con el fondo inclinado o con bordes verticales. 
-Soluciones para fomentar la autonomía enreconocer y alcanzar la ropa y el calzado. 
Para realizar esta actividad se precisa coherencia e iniciativa para seleccionar las prendas de acuerdo con las condiciones climáticas, las condiciones sociales y las condiciones de salud en la persona. Requiere identificar las prendas (color, derecho y revés y orientación de las mismas), movilidad articular y fuerza suficiente en brazos y piernas, alcance, agarre y capacidad de decisión y coordinación.
Si existe deficiencia visual se puede recurrir a detectores de color parlantes para reconocer la ropa. También se pueden utilizar etiquetas en braille que ayuden a diferenciar las prendas y su color.
Para identificar y emparejar los calcetines, existen clasificadores por parejas que se pueden introducir incluso en la lavadora y tender.
Cuando existen limitaciones para identificar el zapato que corresponde a cada pie, se pueden adherir pegatinas en forma de pie en el interior de los zapatos para señalar a qué pie corresponde cada uno de ellos.
Si la dificultad está en reconocer lo que hay dentro de las puertas y cajones, pueden colocarse etiquetas en braille o en relieve, dibujos o pictogramas  en la parte exterior que informen  de las prendas que contienen.
Si hay dificultad para alcanzar la ropa colgada en el armario (personas de talla baja, en silla de ruedas, con limitaciones articulares…) se pueden utilizar perchas con un mango largo que permitan agarrarlas o alargadores con un gancho para alcanzar las perchas.
Quien quiera más más información  puede visitar www.ceapat.es Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas. 

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