Pudo más la paciencia y la lluvia no impidió que se produjera el esperado y tradicional encuentro entre el Ecce-Homo y la virgen Dolorosa tras la llegada del primero desde su ermita este Domingo de Ramos. El Cabildo Superior de Cofradías y las cofradías del Ecce-Homo y la Real Cofradía de San Juan Evangelista y la Dolorosa, decidían esperar hasta que cesara la lluvia para iniciar la procesión. Aunque se temía que el agua y la humedad pudieran afectar a la imagen del Ecce-Homo, recientemente restaurada, la talla pudo procesionar sin ningún inconveniente hasta San Pedro, donde la Dolorosa aguardaba su llegada. Allí, un importante número de calasparreños se reunían, ansiosos por ver una de las imágenes más entrañables y emotivas de su Semana Santa, el encuentro entre madre e hijo que, finalmente, se produjo en la placeta del templo.