Ya en la calle el nº 1041

Pascual García: “Cuando tenga la certeza de que ya lo he dicho todo, dejaré de escribir´´

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

EVA MARTÍNEZ

El escritor murciano nació el 29 de mayo de 1962 en Moratalla, Murcia. Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Murcia, donde ahora imparte clase, además de en el Instituto Alfonso X el Sabio de Murcia.

Contacté con Pascual a través de su perfil de Facebook, le comenté la posibilidad de que le realizara una entrevista y aceptó encantado. Me facilitó su número de teléfono y concretamos la cita. Quedamos en Chambi, una heladería de la avenida Alfonso X el Sabio, de la que me dijo es como su segunda casa.
Una vez hechas las presentaciones, pues aunque somos del mismo pueblo no nos conocíamos, ya que él reside actualmente en Murcia, nos sentamos en la terraza de la heladería, a degustar los helados de los que tan bien me había hablado. Me preguntó qué estudiaba, y yo le dije que Periodismo, a lo que él me preguntó por los profesores que tenía y resulta que esamigo de algunos de ellos. También hablamos de la zona de Moratalla en la que vivo y él vivía cuando residía allí y sobre quiénes son nuestras familias.
Antes de comenzar la entrevista, le concreté exactamente la temática para realizarla y nos trasladamos a una mesa alejada del bullicio de la gente para que hubiera más tranquilidad. En esta entrevista quería centrarme en su vida profesional, así que comencé preguntándole por su etapa de estudiante en la Universidad. Pascual me contó que decidió estudiar Filología Hispánica porque le gusta todo lo relacionado con las letras, la cultura, las humanidades y la literatura y pensaba que estudiar Filología era una forma de acercarse a la literatura y a aprender a escribir, lo cual fue “una idea muy ingenua,, porque cursar una carrera o ser profesor no te garantiza saber escribir´´. En esa época, estudiar era una manera de tener un buen futuro, así que los estudiantes no podían permitirse el lujo de pensar que se habían equivocado de carrera, y más si procedían de una familia humilde como Pascual, de manera que él no fue la excepción. Tenía que acabar sus estudios, aprobar las oposiciones y convertirse en alguien de provecho, ésa era su única obligación.
Los cambios en la vida siempre cuestan
Pasar de estar en tu casa y de que tu madre te lo haga todo a tener que hacerte tú la comida y las tareas del hogar y si además tienes que trabajar, es algo a lo que todo de estudiante, de antes y de ahora, tiene que acostumbrarse. Pascual cuenta que la vida de estudiante era igual de aburrida que ahora, que ni siquiera había televisores en los pisos porque ellos tenían que estudiar, y estaba mal visto que los hubiera, pero que en aquella época, más allá de la vida universitaria, estaba el cine club universitario, los grupos de teatro, las conferencias… lo que ahora son las tascas, “Al trasladarte a vivir a Murcia, consigues una libertad que no tiene precio, y a mí la libertad siempre me ha gustado mucho´´, una vida completamente distinta de la que se vive en los pueblos.
Decisiones claras
Pascual, siempre pensó que escribiría un libro, que “es un poco un mandato que uno recibe y que en mi caso he tenido más suerte en cumplirlo.´´. Acabó sus estudios, aprobó las oposiciones, finalizó la mili, y empezó a trabajar, y con ello también empezó a escribir, porque ahí ya tenía más tiempo para dedicarse a la escritura. La parte más difícil de la escritura es la concepción de la obra,, y luego están los mecanismos para editarlo. En el caso de Pascual, su primer libro obtuvo una Beca-Premio del Ministerio de Cultura, pues en esa época, existían unas becas que se otorgaban a los creadores de ámbito nacional, un reconocimiento que le vino muy bien. Las editoriales no prestan mucha atención a los escritores que no tienen nombre, así que a pesar del premio que obtuvo su primer libro, le costó bastante esfuerzo publicarlo, pero finalmente lo logró con una editorial catalana. El intruso, es ese primer libro de Pascual que en un principio escribió como una colección de cuentos y más tarde publicaría en la misma weditorial la novela Nunca olvidaré tu nombre y otra colección de cuentos, El secreto de las noches. Los escritores, parten de ciertas imágenes les obsesionan y que posteriormente desarrollan, “ es como si quisieses saber cómo termina una historia que no sabes cómo va a acabar´´.
Siempre he pensado que los escritores tienen predilección por alguna de sus obras, pero Pascual, considera que cada una de sus obras, forman un puzle de lo que a él le interesa, de sus vivencias, obsesiones y su idea sobre el mundo o sobre noticias, gente que te cuenta cosas; porque cuando un escritor escribe sobre algo, en cada historia hay una parte de él, “ lo que dice forma parte de una gran mentira, que al mismo tiempo es una gran verdad, con las mentiras se cuentan muchas verdades´´.
Una faceta más personal de Pascual
Indagando un poco más, me intereso por conocer detalles más personales de su vida, pero relacionados con el mundo de la escritura. “Si de algo me siento orgulloso, es de lo que he leído, más que de lo que he escrito´´ Pascual me cita a Borges para explicarme que tiene algunos referentes literarios, Cervantes por ejemplo, pero que ha leído a escritores de diversos países y de muchas épocas, y todavía le quedan muchos libros por leer. Respecto a su primera vez como premiado, dice que se sintió muy bien, y que cuando alguien no cercano a ti, al que no tiene por qué gustarle lo que haces, destaca tan positivamente lo que escribes, sientes que has acertado y que vas por el camino adecuado.
Pascual también se dedica al mundo de la enseñanza, algo que escogió para poder sobrevivir y que además le gusta. Confiesa que a pesar de no ser tan apasionante como la escritura y que podía haberse dedicado a otra cosa como periodista o político, le encanta encerrarse en una clase con veinte o treinta alumnos y dar clase. Escribir requiere disponer de tiempo libre, así que nuestro escritor en sus inicios pensó ser cartero, trabajar por la mañana y tener toda la tarde libre, pero finalmente se decantó por su segunda opción, profesor, otra forma de disponer de las tardes para dar rienda suelta a la imaginación. Pero independientemente del trabajo al que uno se dedique o del tiempo del que disponga, cuando algo nos interesa realmente siempre encontramos la manera de desarrollarlo. Es por ello que asegura firmemente que “estoy diciendo lo que tengo que decir, seguiré diciéndolo durante un tiempo y cuando tenga la certeza de que ya lo he dicho casi todo, dejaré de escribir´´.
Hay gente que en la vida busca el reconocimiento social y el dinero, y buscan los caminos para obtenerlo. Pascual considera que publicar un libro es compartir con los demás lo que uno está haciendo, lo que piensa y lo que siente… por ello, con sus libros no busca ese reconocimiento social, sino escribir con libertad, sin que nadie diga qué debe hacer o cómo debe hacerlo. Aunque escribir por encargo no es nada denigrante, es igual que cuando se escribe para un periódico, una revista… “Pero la literatura es un proceso de búsqueda, sigues una imagen que ha aparecido en tu mente y quieres saber cómo acaba, pero no lo vas a saber hasta que no acabes el libro, y en esa búsqueda está la gracia de escribir y ésa es la pasión que te anima a hacerlo´´.

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