Ya en la calle el nº 1040

Ya no somos el enfermo de Europa

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

LUIS FERNANDO RUIZ/Presidente de Nuevas Generaciones en la Región de Murcia

Como es tradición, estas son fechas de recuerdos, encuentros, de aprovechar para juntarnos alrededor de una mesa a comer o cenar con nuestras familias o con nuestros amigos. Son fechas también de nostalgia, de añoranza quizás, en rLuis Fernando Ruizesumen, de pararnos un poquito, parar un segundo el tren de la vida y sentarnos al lado de la vía para ver qué nos ha pasado durante este año que termina, para saber de dónde venimos, y hacer planes para el 2015 que entra imparable, para saber hacia dónde vamos. Y yo, querido lector, como lo he hecho, hoy lo comparto con usted.
Y uno de estos días pasados recordaba cuando aún estaba en la Educación Secundaria, y para qué mentirle, con algo de nostalgia, pero también con la satisfacción de las metas superadas. Recordaba concretamente aquellas lecturas navideñas que en aquel momento eran obligadas, pero que me enseñaron a leer todos los libros que pudiera en mi vida, pues no hay lectura inservible. Y una de esas lecturas a las que la obligación docente me empujó fue “El enfermo imaginario” de Molière. En ella el célebre autor francés nos enseña las andanzas de un enfermo que no lo estaba y llega incluso a fingir su muerte, entre los amores y desamores de su familia.
Traigo a colación el título para ilustrar qué es lo que nos está pasando a los españoles. Porque a veces entre los mensajes confusos que nos envían y que nuestro juicio se ven enturbiado con las situaciones dramáticas que nos rodean creemos que nuestra historia reciente, la de superación de la adversidad, no es más que la historia de un “enfermo imaginario” o la del “enfermo de Europa” como llamaron al último rey de la España de los austrias. Pues ni éramos el enfermo imaginario hace tres años, ni somos ahora el enfermo de Europa.
Nuestros males hace tres años eran más que ciertos, tanto como lo es hoy la recuperación, una recuperación que no todos somos capaces de vislumbrar, pero que pronto, muy pronto veremos materializada y de la que ya se empiezan a ver destellos. No se fingían entonces el estado comatoso en que se encontraba España, como tampoco se finge ahora una recuperación que ha sido posible gracias al esfuerzo de todos los españoles, y al compromiso de un gobierno, el del Partido Popular, en volver a hacer de España un país de prosperidad y oportunidades.
Hay quienes con cantos de sirena, y soluciones populistas nos quieren hacer creer una realidad que no es verdad, ya no somos el enfermo de Europa, el enfermo está al otro lado del Mediterráneo y es donde ha triunfado la inestabilidad, la falta de un plan, la improvisación y sobretodo el populismo, que tanto enferma a las sociedades.
Y hay quienes además de hacernos creer que España era el enfermo imaginario, las medicinas que entre todos les hemos dado no han servido. Pues, querido lector, el tiempo no todo lo cura, sino que a veces lo empeora si no se afronta el problema de frente y se aplica la medicina adecuada como ha hecho Mariano Rajoy, con la ayuda de todos nosotros. Las medicinas han surtido efecto, y ahora mejoramos, muy lentamente sí, pero mejoramos.
Mariano Rajoy ha traído la estabilidad, el compromiso con todos nosotros y las condiciones necesarias para los españoles podamos volver a crear empleo. En este año 2014 que ha terminado, 97 jóvenes han salido cada día de las listas del paro. Ya estamos creando empleo, ha sido el año de inflexión en la recuperación económica, en España y en la Región de Murcia.
Aún no sabemos que nos depara el 2015, pero yo sí sé lo que pido al nuevo año que entra. Le pido estabilidad y que los embaucadores de soluciones milagrosas no triunfen porque ya sabemos todos que sólo con esfuerzo y trabajo se sale adelante. Le pido que siga trayendo a todas las casa trabajo y salud.
Es cierto que a pesar de todo, tenemos que seguir mejorando. En este año tenemos entre todos que alejar toda sombra de corrupción de nuestro sistema, pero sin caer en el error de condenar a un inocente, pues no lo merece ni el sistema ni las personas. Y lo vamos a hacer avanzan en transparencia, en el buen gobierno y en la participación ciudadana para que todos seamos partícipes de la solución y no parte del problema.
Tenemos la obligación de seguir reduciendo la burocracia administrativa para que todo aquel que lo desee pueda llevar a cabo su proyecto empresarial sin ninguna traba, pues sólo las empresas crean riqueza y se ha demostrado que cuando es el sector público el que lo intenta todo fracasa.
Tenemos la responsabilidad de hacer de nuestro sistema educativo el mejor sistema, para que nuestro futuro esté asegurado, como es el compromiso del gobierno regional.
Esos son querido lector, mis propósitos de año nuevo, todos construidos sobre la base de la mejora económica que ya se ve, ya tiene leves destellos, y no lo digo yo, me lo dicen ustedes cuando paseo por la calle y me paran, y hablamos y les escucho.
Cuando miramos atrás tenemos también de sentirnos orgullosos de lo que con los esfuerzos de todos nosotros hemos conseguido, y no dejar que trunquen todos nuestros éxitos, que se rompa el marco de convivencia y estabilidad que entre todos hemos construido. Feliz año nuevo.

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