Pedro Antonio Hurtado García
Siempre está de moda, pero, estos días, con mayor intensidad. El pasado viernes, día 18 de noviembre, se puso a la venta su último disco que, por si no es suficiente dato, supone el número 84 de su carrera como artista. Se ha apoyado, habitualmente, para sus composiciones brillantes, bellas y sentidas, además de hechas a su medida, en el insuperable Manuel Alejandro, quien, en ocasiones, se ayudaba de su recientemente fallecida esposa, Purificación Casas, quien firmaba sus creaciones como Ana Magdalena. Pero también ha incorporado a su reportorio temas de numerosos y muy acreditados compositores.
Disco de uranio.- Les hablamos de Miguel Rafael Martos Sánchez (05-05-1943, Linares-Jaén), artísticamente conocido como Raphael, también apodado el “Rey de la balada romántica”, como impulsor y pionero en nuestro país de este conocido género musical. Único en España en ostentar la posesión de un disco de uranio, con categoría superior al de diamante. Se creó este galardón gracias a la iniciativa de la discográfica española Hispavox, estableciéndose unas astronómicas cifras para lograr lo que, hasta ahora, solamente han alcanzado los artistas que mencionamos seguidamente. La primera entrega de esa distinción fue para nuestro artista español, Raphael, quien lo consiguió en 1982, gracias a su disco titulado “Hoy y siempre”. Y, luego, llegaron las millonarias ventas de “AC/DC”, “Queen”, Michael Jackson, con dos unidades de este meritorio galardón, y “Pink Floyd”, cuyas cifras se lograron en 1973, siete años antes de que se instaurara este reconocimiento, lo que dejó en el ambiente la duda sobre si recibieron, o no, esta distinción. Pero nadie más ha coronado esta meta. Y fue un español el primero en conseguirlo, lo que nos congratula sobremanera.
Pablo López, el compositor.- Pues bien, en base a la importancia de lo anterior, hemos creído oportuno traer a nuestras páginas su disco número 84, que el artista ha querido titular “Victoria” y cuyo trabajo encargó, íntegramente, a un compositor que crece como la espuma y que toma asiento en primera fila del panorama musical español, Pablo López, un joven surgido de la sexta edición del programa concurso de televisión “Operación Triunfo”, razón por la que nadie pensaba que su crecimiento artístico pudiera ser tan fulgurante, sólido, comprometido y respetado. Pero es que este Pablo es artista por vocación y podríamos decir que hasta de nacimiento. Toca el piano de maravilla, canta canciones que dejan huella y, siempre atrevido nuestro Raphael, se ha empleado en él para que le componga todas las canciones del disco sin excepción, material que se puso a la venta el pasado viernes. Y sabe muy bien el de Linares lo que hace, porque, además, el encargo se lo trasladó con título condicionado, porque con “Victoria” ha querido rendir homenaje a sus hijos, al éxito o victoria de darles salidas dignas a todos ellos, al triunfo de encontrar una mujer como Natalia Figueroa, su esposa, a la gloria de pisar miles y miles de escenarios, en los cinco continentes, y contar con el respeto de sus claramente fieles seguidores, sin ningún reparo. Y, así, sigue el artista mencionando las muchas situaciones que, para él, representa esa “Victoria”, como sus amigos, sus compositores, los músicos que le han arropado y las muchas personas que gozan de un trocito de su éxito, a lo largo y ancho de estos más de 60 años viajando.
Seis décadas de escenario.- Precisamente, con motivo de esas seis décadas de triunfos, inició una gira denominada “Raphael 6.0”, para la que, previamente, grabó un disco acompañado de grandes artistas de plena actualidad, entre los que se encuentra el propio Pablo López. Luego, ese mismo disco, con semejantes canciones, lo grabó en directo en la gira y, ahora, nunca conforme y siempre activo, a sus 79 años, se embarca en este nuevo disco con once nuevas canciones que titula así: “Desde el principio”, “De tanta gente”, “Bueno”, “Por si acaso”, “Mariposa”, “Para seguir en pie”, “Victoria”, “A punto de besarte”, “Lo saben mis zapatos”, “A las cinco, como siempre” y “Onze”, escrito así, con “z”. Es un disco en pura línea Raphael, en el que el compositor no podría haber atinado mejor, ni el intérprete imaginaría, seguro, que las canciones, como las de Manuel Alejandro, estarían hechas a su medida.
Más de mil canciones.- Con esta trayectoria, Raphael sale a disco y medio por año, de media, o, lo que es lo mimo, a tres discos cada dos años. Si damos por bueno que, habitualmente, sus lanzamientos gozan de una media de 15/20 canciones, aunque el último se haya quedado en once y pese a que en algunos lanzamientos haya repetido canciones por generación de nuevas versiones, podemos certificar que su repertorio ya supera, ampliamente, el millar de canciones, pues calculando una media de 15 temas por disco y multiplicando por 84 trabajos publicados, estaríamos hablando, mínimamente, de 1.260 composiciones de las que dice recordar la letra, de todas, de memoria. Y, si se le presiona en tal sentido, remata, con su habitual simpatía, diciendo que “si no me acuerdo, me la invento”. Sus conciertos siguen durando entre dos horas y media y, a veces, hasta una hora más. No se cansa del escenario, se siente cómodo sobre esas plataformas, viene a Murcia todos los años, nos hace disfrutar, se siente comprometido con los lugares donde sus seguidores llenan plazas de toros y grandes recintos y es, sin duda alguna, un fenómeno artístico que interpreta como nadie, canta como pocos y que su principal y único instrumento, la voz, le sigue acompañando y no le ha fallado nunca, a pesar de sus problemas de salud de hace años, holgadamente superados, lo que le hace el hombre más optimista del mundo y una auténtica leyenda viva de la música española.
Animado a afrontar muchos años más.- “Victoria” lo hemos escuchado en varias ocasiones, como hay que tratar los discos para poder valorarlos, y estamos en condiciones de decir que es “más Raphael en estado puro”. Un “plástico” que alcanzará la gloria, a pesar de que, ahora, las plataformas y la piratería se ocupen de entorpecer las ventas, pero algunos, por si se agota, ya lo hemos incorporado a nuestra discoteca desde el primer día. Y lo disfrutamos con la voz de quien puede proclamar como nadie aquello de “Yo soy aquel”, un tema que sus seguidores no le permiten dejar de cantar en sus actuaciones, la canción con la que nos representó en el “Festival de Eurovisión”, en Luxemburgo, en 1966, bajo la dirección orquestal del maestro Rafael Ibarbia, donde logró el séptimo puesto clasificatorio, cuando demostró, nuestro “Niño de Linares”, como también se le conoce, que España fabrica artistas con talla, nivel, éxito y brillo, como él ha demostrado continuamente, sin fisuras de ningún tipo. Y parece que, lejos de rendirse, se proclama en activo por muchos años más. Y no acabamos sin recordar que ha grabado con las más codiciadas estrellas internacionales, pero, ahora, como buena persona, humilde y ejemplar artista que es, se presta a grabar, ayudar e impulsar a las jóvenes promesas, como él también lo fue y no lo olvida. Y es que Raphael solamente hay uno que se distingue, entre otros muchos valores, por el factor “ph”, tan suyo y tan identificado, con él, internacionalmente. Buenos días.
