José María López Guirao
En los algo más de 26 años de vida del periódico el Noroeste han sucedido infinidad de cosas en el mundo taurino de nuestro ámbito geográfico. Al día de hoy contamos con 2 toreros en activo; el ceheginero Antonio Puerta y el calasparreño Filiberto. También contamos con dos toreros de plata; el también calasparreño Pascual Mellinas y el gaditano afincado en Cehegín Carlos Pacheco.
También hemos visto truncadas las aspiraciones de los toreros David Fernández de Cehegín y del caravaqueño Antonio José López “El Rubio” cuyas respectivas alternativas tuvieron lugar en el coso ceheginero de Don Pepe Navarro. Dos ejemplos de honestidad y humildad que han sabido reconducir sus vidas a otros terrenos profesionales.
El torero más importante en este periodo ha sido, sin duda alguna, Pepín Liria. El de Cehegín se despidió de los ruedos el día del Pilar de 2008 en la plaza de toros de La Condomina; el mismo escenario donde se doctoró como matador de toros. Aunque también fuimos testigos de una breve reaparición para celebrar su 25 aniversario de alternativa.
Y hemos sido testigos de como se cerraban las puertas de centenaria plaza de Calasparra, la coqueta Caverina, y fue sustituida por los hierros y la madera de una portátil. Como también sufrimos el olvido de la plaza de toros de Caravaca de la Cruz recuperada fugazmente el pasado 2022 para celebrar el día de la Región con una corrida de toros. Ardua tarea la de recuperar a la afición caravaqueña
Cehegín aguanta este periodo de incertidumbre taurina donde el animalismo y lo antitaurino cada día ganan más adictos. La ciudad de los “peros” ha institucionalizado la llamada “corrida de los claveles” allá por primavera y que se suma a la tradicional de su feria septembrina. Olvidadas ya las ferias de San Zenón y sus encierros que nunca terminaron de cuajar en una imposición de unas artificiales tradiciones.
Han cambiado los públicos que hoy asisten a las corridas de toros. ¿Dónde están aquellos que sin ser grandes aficionados, llenaban las gradas con sus viandas y botas de vino? ¿Dónde están las peñas? Me imagino que han encontrado otros espacios de ocio y diversión lejos del “señalamiento” en una sociedad contagiada de un animalismo de bisoñé aderezada con la “humanización” absurda de los animales.
Por las tres plazas de la comarca han pasado infinidad de empresas taurinas. Y curiosamente ha sido la del ceheginero Pepe Muñoz con Tauromagia y Eventos SL la que está apostando por lo local y dando festejos en Cehegín y Caravaca de la Cruz.
Pero siempre nos quedará Calasparra. La apuesta por los encierros y novilladas fue un gran reto en el que se implicaron en cuerpo y alma sus alcaldes; primero Jesús Navarro, luego Pepe Vélez y ahora su actual alcaldesa, Teresa García, que sigue la estela de los anteriores.
La “Ciudad del Arroz” es un ejemplo de cómo se deben hacer las cosas. Hace algunos años, y a través de un concurso público que la empresa Chipé Producciones con Pedro Pérez “Chicote” desembarcó en Calasparra. Empresa, Ayuntamiento y las dos asociaciones taurinas de la localidad, El Quite y el Club Taurino, conforman la llamada “Mesa de trabajo” donde nadie invade terrenos ajenos y que todos luchan por sus legítimos intereses a través de la seriedad en los festejos. De tal manera que para la festividad de los santos San Abdón y San Senén se pone en juego el certamen “espiga de plata” para novilleros sin picadores. Y ya en los primeros días de septiembre, Calasparra se convierte en el centro de la tauromaquia regional y en uno de los epicentros taurinos de la novillería a nivel mundial. Todos los ojos del mundo del toro están puestos en esta ciudad y en sus encierros que se han convertido en visita obligada por corredores de toda España.
Seis novilladas donde está en juego la “espiga de oro”; uno de los galardones más importantes de la tauromaquia mundial donde se dan cita los novilleros mas importantes del momento. Y capítulo aparte merece reseñar el conjunto de ganaderías que se dan cita: una variedad de encastes que hacen de este serial una verdadera feria donde el principal protagonista es el animal.
Y por último, recordar a la gente del toro que ya no está entre nosotros. El primero en nombrar es el último en irse; el ganadero afincado en Calasparra Pascual Rodríguez que fue embestido por una de sus reses.
También debemos recordar a los cronistas taurinos José Antonio Moya de Calasparra y al ceheginero, decano de los críticos taurinos de la Región de Murcia, Felipe de Paco “Calañés”. Este último ha dejado un gran legado a través de varios libros donde glosa la carrera de Pepín Liria y de los más de cien años de historia de la plaza de Cehegín.
Dicen que la fiesta de los toros se acabará y seguramente llevan razón esos profetas, pero también se acabará este mundo. La gran duda es saber cuándo.