Ya en la calle el nº 1039

Una docena de años sin Mari Trini, la caravaqueña cantautora de Singla

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Pedro Antonio Hurtado García

Tener una calle con su nombre en el pueblo en el que vio su luz primera, Caravaca de la Cruz, aunque concretamente nació en la pedía de Singla, calle que se le otorgó tras su fallecimiento, o haber sido nombrada, a título póstumo, hija predilecta de Murcia, en 2019, son valores entrañables, dignos de agradecer y de tener en cuenta, pero no recogen en su totalidad, ni mucho menos, los méritos artísticos, la brillante trayectoria como cantautora, la sencillez, la murcianía y la calidad interpretativa y musical que nos brindó Mari Trini.

Excelente repertorio.- Hemos querido traerle a las páginas del semanario de su comarca, con sede en su pueblo, para recordar, en este aniversario, los muchos valores, extraordinarias canciones, numerosas galas e incontables teatros, recintos que abarrotó Mari Trini con sus excelentes canciones que nunca olvidamos y que, pasado el tiempo, seguimos tarareando con enorme frecuencia: “Amores”, “Yo confieso”, “Una estrella en mi jardín”, “Yo no soy esa”, “Ne me quitte pas”, “Te amaré, te amo y te querré”, “Mañana”, “Un hombre marchó”, “Soy un caso perdido”, “Cuando me acaricias”, “Vals de otoño”, “Ayúdala” o “Escúchame”, temas de composición personal, en su mayoría, o las colaboraciones, entre otras, con el mexicano trío “Los Panchos” para interpretar boleros como “Noche de ronda”, “La media vuelta”, “Contigo aprendí”, “Cuando vuelva a tu lado”, “Se te olvida” y otros muchos. Autora e intérprete de baladas que han pasado a incorporarse, como imprescindibles, en el cancionero español, pero también dejó clara huella por sus interpretaciones en francés, especialmente la magnífica versión que hacía del legendario y citado “Ne me quitte pas”, de Jacques Brel. Pues le traemos, esta semana, como decíamos, al cumplirse la primera docena de años de su madrugador fallecimiento, ya que se nos fue con 61 años y a causa de un traidor cáncer de pulmón.

María Trinidad Pérez de Miravete-Mille y Pascual del Riquelme (12-07-1947, Singla-Caravaca de la Cruz-Murcia-España/06-04-2009, Murcia-España), artísticamente conocida como Mari Trini, gozó de éxito reiterado, especialmente en Francia, donde residió varios años, y en España, pero, igualmente, en numerosos países que reconocieron su valía y le abrieron el corazón. Disfrutó de reconocimiento, de fama, de cariño popular y del afecto del público, ya que, en sus canciones, se encierran mensajes tan profundos como intensos, mensajes que muchos jóvenes no conocen y a los que recomendamos su recuperación, porque son incomparables clases de poesía, de métrica, de contenidos y de auténtica sensibilidad.

Aventura de valientes.- Se trasladó a Madrid siendo jovencísima, acompañada de su familia, en la que no existían registros musicales ni precedentes artísticos. Alumna de un religioso colegio que tuvo una infancia marcada por una enfermedad que le obligaba a guardar cama desde los siete a los catorce años, periodo que le posibilitó el interesarse por la música, llegando a aprender a tocar la guitarra, lo que le ayudó a componer sus primeras canciones. Esta vocación, así como las desavenencias familiares, especialmente con su madre, motivaron que se marchase de casa a la caza de nuevos horizontes y un claro espacio de libertad. Su mayor época de éxito discurrió en las décadas de los años ’70 y ’80, cuando vendió más de diez millones discos que le proporcionaron hasta un disco multidiamante, que recibió en 2005, año en el que, por añadidura, fue homenajeada por la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) como reconocimiento a su dilatada y exitosa trayectoria artística. Defendía a ultranza el feminismo en sus letras y se convirtió en figura clave y esencial, de la música española, en los complejos años de la transición social y política. Sus preferencias musicales y su formación le otorgaron la vitola de cosmopolita. Y llegó el momento más importa de su vida artística, que no fue otro que cuando le descubrió, para el mundo, y en plena adolescencia de la caravaqueña, el cineasta Nicholas Ray, quien le animó a forjarse musicalmente en Londres, a lo que sucedió su época instalada en la vecina Francia. Un año estuvo Mari Trini estudiando con Peter Ustinov y haciendo programas de radio que le aportaron relación con Paul McCartney, Roman Polanski, Marlene Dietrich o James Mason. Se trasladó a París y grabó sus primeras canciones en francés, idioma que dominó perfectamente. Fueron 12 temas lanzados en un trío de álbumes de corta duración, los conocidos como “E.P’s.”.

Un éxito tras otro.- Sería con “RCA” con la compañía que grabara su primer disco en español, cuando cantaba temas de otros compositores como Patxi Andión o Luis Eduardo Aute. El espaldarazo le llegó con “Amores”, lanzado en 1970 y grabado en “Hispavox”, disco con el que ya se consagra como cantautora de mucho prestigio. Y, luego, fueron viniendo otros discos con las canciones que hemos reseñado al principio, discos que no eran más que un éxito tras otro y la consolidación de una carrera tan ascendente como respetada y valorada en los más altos ambientes musicales. De todos ellos, podíamos ofrecer un comentario particular, pero el espacio no nos permite hacerlo. Le acompañaba en sus actuaciones, con mucha frecuencia, al piano y teclados, su amiga Mariní Callejo, excelente compositora, arreglista, productora e intérprete madrileña, nacida en 1945, descubridora de “Los Brincos”, “Fórmula V” y otros muchos artistas. Para Mari Trini era un lujo que le acompañara en el mismo escenario, porque Mariní daba seguridad y ofrecía una impecable profesionalidad. También se supo apoyada por los grandes “maestros” Rafael Trabucchelli y Waldo de los Ríos, quienes eran conscientes de que estaban apostando por una estrella brillante.

Puertas abiertas.- Actuaciones en directo, los mejores recintos de la época, puertas abiertas en todas las discográficas, legión de partidarios y otros muchos valores otorgaron el éxito y el respeto internacional a esta paisana que nos abandonó muy joven, de la que debemos sentirnos muy orgullosos y que los últimos años de su vida los pasó en su casa de la urbanización molinense de Altorreal. Transitaba por Molina de Segura como una vecina más, sin importarle la fama, tanto es así que visitaba el mercadillo semanal de los sábados, hacía sus gestiones en el ayuntamiento y exhibía su sencillez como una de sus principales cualidades y virtudes. Supo imponerse, con su innegable valentía, y marcar territorio para que las mujeres pudieran gritar la demanda y reclamación de su libertad, tanto para ser como para actuar, sin que les atenazaran las dictadas normas, así como no claudicar a las imposiciones de deseos y expectativas de los hombres.

Finalizamos, el espacio nos cierra el paso. Descansa en paz, artista. No te olvidaremos nunca. Gracias por tus ejemplos de equilibrio humano. Buenos días.

 

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