Ya en la calle el nº 1037

Un día desperté, me miré en sus ojos y sobraron las palabras…

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Ángeles del Toro y Rocío López Usero

Todo comenzó cuando los chicos sintieron  la necesidad de ser MAS participes en su propia vida, se dirigieron a hablar conmigo (Rocío, la Terapeuta Ocupacional) yo me encargo de que sean lo más independientes en sus Actividades de la Vida Diaria: Que se puedan vestir solos, ducharse, lavarse las manos, y un largo etc., dentro el programa de Autonomía en el hogar en el que se sigue una metodología centrada en la persona, esta iniciativa por parte de ellos fue maravillosa. Así que estuvimos hablando durante varios días sugiriendo todo lo que querían hacer y por dónde íbamos a empezar.

Un día desperté, me miré en sus ojos y sobraron las palabras…
Un día desperté, me miré en sus ojos y sobraron las palabras…

Mi nombre es Ángeles y junto con Rocío, os voy a contar todo lo que somos capaces de hacer…Nuestro hogar está en una Residencia llamada COPO, donde nos encontramos 31 personas; hace unos años atrás “convivíamos” según el Modelo Hotel de Asistencia Socio-sanitaria, desde mediados de 2016 una nueva filosofía inundó nuestro pensamiento y nos hizo descubrir todo lo que somos capaces de hacer y que una nueva forma de vivienda para personas con grandes necesidades de apoyo era posible.

La primera idea que tuvimos fue la ropa: ¡Queremos cuidar nuestra ropa!, por lo que teníamos que empezar desde algo sencillo e ir progresando cada día; entre todos estuvimos de acuerdo en empezar a colocar nuestra ropa en cada armario personal, nos fuimos todos de compras y cada uno eligió una cesta como le gustó, le pusimos nuestros nombres y la dejamos en lavandería. Un día a la semana recogíamos nuestra cesta con nuestras prendas personales y las colocábamos en nuestros armarios, ¡nos encantó! Conforme pasaron las semanas vimos que queríamos seguir haciendo más y más, por lo que tuvimos que ir a comprar un tendedero para tender nuestra ropa porque colocar la ropa ya estaba chupado, empezamos tendiendo prendas pequeñas como la ropa interior pero al cabo de un mes ya éramos capaces de tender camisetas y pantalones, todo iba viento en popa, así que decidimos doblar nuestra ropa, de igual manera que con tender, comenzamos doblando la ropa de tamaño pequeño pero hoy en día doblamos todas las prendas que tenemos. No fue fácil pero teníamos tantas ganas que pasaban las horas volando, cada día hemos visto como progresábamos, pero lo mejor de todo es lo bien que nos sentimos, todo lo que somos capaces de hacer. Nos encanta cuando nuestros cuidadores nos valoran todo lo que hacemos y nos animan cada día con un: “Vaya chicos más campeones”.

Cuando teníamos controlado el tema de la ropa, nos propusimos un nuevo objetivo, entre todos estuvimos de acuerdo en aprender a hacer nuestras camas; así que Rocío empezó a enseñarlos los pasos a seguir; algo que parecía muy complicado al principio, al cabo de los días prácticamente le teníamos cogido el hilo por lo que empezamos a hacer nuestras propias camas cada día. Nuestra satisfacción ha ido aumentando al ver que podíamos participar cada vez más en nuestras propias tareas. A día de hoy, hacemos nuestras camas y las de nuestros compañeros de habitación.

Siendo todo tan positivo, seguimos sumando poniendo las mesas cada día para la comida y la cena, al principio necesitábamos muchas indicaciones pero con ilusión y ganas todo se puede.

Y aquí no queda todo; Estamos empezando a limpiar nuestras habitaciones, hemos comenzado pasando la mopa y el plumero, pero dentro de muy poco seguiremos sumando y avanzando.

¿Quién nos iba a decir a nosotros que en pocos meses íbamos a hacer nuestras camas, arreglar nuestras ropas, poner y recoger las mesas cada día y limpiar nuestras habitaciones? Pues sí, podemos. Y seguiremos avanzando hasta donde queramos llegar, porque nosotros podemos con todo lo que nos propongamos. Ya tenemos nuestro próximo objetivo, así que os seguiremos contado…

No soy más que uno, pero soy uno.

No puedo hacerlo todo, pero puedo hacer algo.

Y por no poder hacerlo todo,

No quiero dejar de hacer el “ALGO” que puedo.

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