Ya en la calle el nº 1023

Un cáncer óseo acaba con la vida de Little Richard, “El arquitecto del rock and roll”

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PEDRO ANTONIO HURTADO GARCÍA

Richard Wayne Penniman, (05-12-1932, Macon-Georgia-EE.UU./09-05-2020, Nashville-Tennessee-EE.UU.), legendario, querido y respetado intérprete, pianista y compositor afroamericano, considerado como uno de los “padres del rock and roll” e influyente músico en las partituras de ese género que ha incidido ampliamente en la cultura popular de las últimas siete décadas y artísticamente conocido como Little Richard. También se le consideraba y apodaba como “El arquitecto del rock and roll”, pese a que su condición de color de piel le alejara de la escalerilla de la gloria que ostentaban Elvis Presley y otros coetáneos. Gozaba, igualmente, de la consideración de “El Predicante Rey del rock and roll, rhythm and blues y soul”. Artista de amplísimo e inabarcable repertorio, pero para identificarle, ante todo el mundo, basta con preguntar: ¿quién no ha “rockanroleado” con su imperecedero “Tutti frutti”, de 1955?. Esa canción fue incluída en el “Registro Nacional de Grabaciones de la Biblioteca del Congreso”, en 2010, donde se declaró que “su vocalización única sobre el ritmo irresistible anunció una nueva era en la música”. Tampoco le queda muy lejos su magnífico “Long tall sally”, canción que, por cierto, fue la primera que cantó en público el mítico Paul McCartney. Esencial su participación en la creación de géneros como el soul, funk, rock y hasta el mismo hip hop, contribuyendo a dar forma y contenido al blues y al ritmo en general. Todo un mito musical en Norteamérica, aclamado en el planeta, en su conjunto.

Distinciones.- Premios de alto nivel, incluído en los salones de fama más prestigiosos. Sus grabaciones iniciales, en los años ’50, se presentaban como una fusión de blues y rhythm and blues, con una marcada dosis de góspel, así como una habilidad creativa que, en su conjunto, fueron elementos generadores de una “nueva música” en “una era diferente”. Se le concedió una estrella en el Paseo de la Fama, de Hollywood, en 1990, mientras que, en 2004, era considerado octavo en el ránking de los 100 mejores artistas por la especializada revista “Rolling Stone”.

Ayuda “externa”.- A los 13 años, es echado de casa, por su padre, al sentirse escandalizado de sus “despistes” homosexuales. Liberado de esa presión, da rienda suelta a sus pasiones contenidas y enfoca su vida a las actuaciones en tugurios, bares o esquinas para poder alimentarse. Suerte la suya al ser localizado por el matrimonio blanco formado por Ann y Johnny Johnson, quienes lo apartan de ese mundillo y le ayudan a continuar intensificando sus habilidades musicales sobre el escenario del “Tick Tock”, el club que ellos mismos regentan. Procedente de familia humilde, tercero de 12 hijos, padre destilador ilegal de whisky y de severo carácter, su infancia transcurrió con más cercanía a su madre. Proclamó el propio artista que “vine a una familia a la que no le gusta el rhythm and blues, no pudiendo escuchar más que a Bing Crosby y Ella Fitzgerald.

Éxito desbordado.- Un premio en un concurso, en 1951, le convierte en invitado de la discográfica “RCA Records” para grabar 8 discos que no terminaron de ser aceptados por el público. Al año siguiente, se desbordó su agenda con actuaciones en los más variados escenarios, acompaña a formaciones, es reclamado por numerosos artistas y “se atraca” de bolos, trabajo y éxito generalizado. En 1953, ambiciosos proyectos, creación de grupo propio y nuevas grabaciones. Toca el piano con todos los grandes y ya comienza a ser un Little Richard poderoso y con sobrado hueco en el panorama musical internacional. Sencillos, L.P’s., películas, contratos, giras y grandes proyectos le convierten en un músico que ha ofrecido su arte durante siete décadas, triunfos incontestables y un verdadero rey del rock and roll. Respetado, querido y admirado por los mismísimos “The Beatles” y “The Rolling Stones”. Grandísimo entre los grandes y de una amplia y brillante historia para la que se precisarían muchas páginas. Un cáncer óseo ha acabado con su vida, a los 87 años.

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