Ya en la calle el nº 1040

Un cáncer de pulmón le arrebata la vida a Ignacio Salas

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

POR PEDRO ANTONIO HURTADO GARCÍA
Bastaba pronunciar su nombre acompañado de su primer apellido parta reconocer que nos estábamos refiriendo a un showman de la televisión, la ocurrencia, el espectáculo, la imaginación, la presentación y la divulgación periodística, pues todo eso ha sido Ignacio Salas Lamamié de Clairac (18-12-1945, Bilbao-España/13-01-2016, Torrevieja-Alicante-España). Su rostro resultaba familiar, cercano, amigable, simpático y “de casa”, a lo que acompañaba su enorme sentido del humor, su inteligencia, agilidad de reflejos y respuesta adecuada para cada situación, por repentina o compleja que pudiera presentarse. Adquirió una extraordinaria popularidad gracias a su amplia trayectoria al servicio de la televisión pública, lo que se vio reforzado por haber ostentado, durante media docena de años y relevando a Antonio Mercero, la presidencia de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión, de la que era miembro de la Junta Constituyente, responsabilidad que abandonó por renuncia expresa ala misma, lo que pone de manifiesto su gran entrega al mundo de la comunicación durante toda su vida activa. Desde entonces y hasta la actualidad, ese cargo viene siendo ocupado por el conocido periodista Manuel Campo Vidal, más popular, si cabe, por haber moderado los más importantes debates electorales de los comicios que, cada cuatro años, se vienen celebrando en nuestro país. Precisamente, el periodista citado ha dicho de Salas, en un comunicado que ha hecho público, que “ha fallecido una de las personas que atesoraba mayor sentido del humor, una enorme creatividad y una indiscutible responsabilidad, negándose rotundamente a cualquier reconocimiento público por su inquebrantable humildad. Una de las personas más sensibles y cercanas que hemos conocido y que se pasó los últimos meses dándonos ánimo a todos, a través de su ‘whatsapp’. Indudablemente, era un gran tipo al que, desde luego, echaremos mucho de menos”, concluyó el actual presidente de la susodicha Academia.

POR PEDRO ANTONIO HURTADO GARCÍA
Bastaba pronunciar su nombre acompañado de su primer apellido parta reconocer que nos estábamos refiriendo a un showman de la televisión, la ocurrencia, el espectáculo, la imaginación, la presentación y la divulgación periodística, pues todo eso ha sido Ignacio Salas Lamamié de Clairac (18-12-1945, Bilbao-España/13-01-2016, Torrevieja-Alicante-España). Su rostro resultaba familiar, cercano, amigable, simpático y “de casa”, a lo que acompañaba su enorme sentido del humor, su inteligencia, agilidad de reflejos y respuesta adecuada para cada situación, por repentina o compleja que pudiera presentarse. Adquirió una extraordinaria popularidad gracias a su amplia trayectoria al servicio de la televisión pública, lo que se vio reforzado por haber ostentado, durante media docena de años y relevando a Antonio Mercero, la presidencia de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión, de la que era miembro de la Junta Constituyente, responsabilidad que abandonó por renuncia expresa ala misma, lo que pone de manifiesto su gran entrega al mundo de la comunicación durante toda su vida activa. Desde entonces y hasta la actualidad, ese cargo viene siendo ocupado por el conocido periodista Manuel Campo Vidal, más popular, si cabe, por haber moderado los más importantes debates electorales de los comicios que, cada cuatro años, se vienen celebrando en nuestro país. Precisamente, el periodista citado ha dicho de Salas, en un comunicado que ha hecho público, que “ha fallecido una de las personas que atesoraba mayor sentido del humor, una enorme creatividad y una indiscutible responsabilidad, negándose rotundamente a cualquier reconocimiento público por su inquebrantable humildad. Una de las personas más sensibles y cercanas que hemos conocido y que se pasó los últimos meses dándonos ánimo a todos, a través de su ‘whatsapp’. Indudablemente, era un gran tipo al que, desde luego, echaremos mucho de menos”, concluyó el actual presidente de la susodicha Academia.

Guillermo Summers, amigo y compañero profesional inseparable
También un cáncer de pulmón ha sido el traidor encargado de arrebatarle su solitaria vida al comunicador que tantas veces se hizo acompañar, en numerosos programas, por su buen amigo y también gran profesional Guillermo Summers, con el que frecuentemente formaba pareja profesional y cuyo entendimiento “artístico” siempre quedó fuera de toda duda, abordando conjuntamente el protagonismo en diversos anuncios comerciales a los que ponían su imagen, creatividad e inteligencia, como es el caso de la notoria y recordada campaña que protagonizaron sobre la francesa firma constructora de automóviles, “Citroën”. Una vida, por cierto, que compartía solamente con sus gatos, aislado y sin querer ver a nadie, para no generar conflictos ni problemas, absolutamente a ningún ser cercano. Había cumplido los 70 años pocos días antes de su fallecimiento, un cumpleaños que celebraba, cada año, conjuntamente con la Navidad por la proximidad del mismo a tan entrañables fechas. Aunque procedente del litoral cantábrico, pero “marinero” en todo caso, se había enamorado, últimamente, de las tierras que baña el Mediterráneo, dejándose ver por Orihuela, el Mar Menor y toda esa Costa Cálida murciana que adoraba, por lo que, finalmente, estableció su residencia en la ciudad de las palmeras, donde viera su luz primera el poeta Miguel Hernández, al que tanto admiraba el comunicador fallecido en el hospital del alicantino municipio costero de Torrevieja, mientras que su velatorio se ha celebrado en la marmenorense y murciana localidad de San Pedro del Pinatar, donde sus restos mortales han sido incinerados. Tuvo su década gloriosa en los años ’80, convirtiéndose en uno de los rostros más populares de ese temporal espacio. Se mantuvo al frente de programas de excelente aceptación como “Al habla”, “Si te he visto, no me acuerdo”, “Juegos sin fronteras”, “Y sin embargo, te quiero” (con Summers y Pastora Vega), “En paralelo”, “Juego de niños”, “Entre dos luces”, “Segundos fuera”, “Objetivo indiscreto” “Esto es Joyibú”, “Este programa no tiene nombre” o “La hora del TPT”, por poner solamente algunos ejemplos.

Polifacético y gran profesional
Su segundo apellido, poco conocido en el mundo artístico, es la consecuencia de que su padre, Ramón Salas Larrazábal, era un general de aviación, además de muy prestigioso historiador militar, que se especializó en la Guerra Civil Española y, como fruto de sus copiosos cambios de destino, conoció a la que sería su esposa, Eulalia Lamamié de Clairac Nicolau. El finado abordaba todo tipo de funciones y trabajos en su sector y de ahí que fuera periodista, redactor, reportero, sociólogo, locutor, narrador, realizador, guionista, doblador de voces, creativo, programador de la televisión pública, humorista y presentador de programas de la más variada naturaleza, lo que conforma un currículum amplio, enriquecido, respetado y del que pocos pueden presumir y, por si no era suficiente, su bagaje en todos los terrenos brillaba por la pulcritud, el nivel de exigencia que aplicaba a sus trabajos y la defensa que siempre hacía del prestigio de su nombre a base de buen hacer y calidad en todo lo que asumía, practicando, igualmente, la parodia acompañada de un alto nivel de autocrítica.

Tareas muy comprometidas
Con el fin de arrebatarle audiencia al exitoso programa matinal que María Teresa Campos presentaba en Telecinco, TVE le encargó la complicada misión de ponerse al frente de la dirección del programa denominado “Mañanas de primera”, espacio que presentaba Laura Valenzuela con la compañía de su hija, Lara Dibildos, misión que ejerció con la brillantez en él acostumbrada, animando al equipo con compromiso, dirigiendo con compañerismo, eludiendo protagonismos y ofreciendo resultados por encima de esas “medallas” que, como él mismo decía siempre, “solamente sirven para aparentar”.

Sus dos últimas apariciones en sociedad
Apartado de la vida pública desde hace tiempo, debido al cáncer que padecía, destacan sus dos últimas apariciones en sociedad: asistencia a los “Premios Talento de la Academia”, en el año 2010, así como su comparecencia en la capilla ardiente de su amigo, el actor Paco Valladares, al que despedimos en 2012 y donde coincidiera con su compañero de tantos programas televisivos, Guillermo Summers, al que reconocía como “mi hermano”. Tanto es así que como, además, no le han faltado sinsabores que llevarse al otro mundo, hace muy poquitos días fallecía, a los 55 años de edad, el sobrino de su pareja artística, el actor y guionista Curro Martín Summers, óbito sobre el que Guillermo dijo que “Ignacio ha sentido mi pérdida como suya”. No obstante, Summers se había prestado para cuidarle, “pero él –dijo su compañero de tantos programas televisivos- siempre rechazó la ayuda, nunca quiso molestar, ni a su familia. Se ha ido solito, sin hacer ruido, con la compañía de sus animales. En su día, le quitaron medio pulmón y estaba bien, pero la enfermedad había vuelto y él sabía que le quedaba poco tiempo. Ha sido muy duro, pero lo ha afrontado con una entereza bárbara, apartado por voluntad propia y sin querer ver a nadie para no causar problemas, viviendo de forma espartana. Yo he perdido a un gran amigo, y la televisión a una persona honesta y brillante, con mucho talento y capacidad de trabajo. Y se ha ido triste e injustamente olvidado, condenado al ostracismo, aunque nadie puede negarle que era dueño de un talento que no supieron valorar”. Igualmente, afrontaba su situación clínica con tan magnífico talante que se dedicaba a dar ánimo a colegas, amigos y a cuantos observaba desmotivados. Y no dejamos de ofrecer la frase que pronunció al conocer su irremediable enfermedad: “La vida es breve y somos tiempo. Te haces viejo muy pronto y tardas mucho en hacerte sabio. Esto es un recreo fantástico. Porque vivir es lo que importa y las arrugas que aparecen por reír favorecen”. Genio y figura de quien amaba el trabajo bien hecho, era comprometido, riguroso y serio hasta para hacer humor. Descanse en paz este prestigioso talento de la comunicación en todas sus vertientes. Buenos días.

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