Ya en la calle el nº 1041

Tu lugar en el mundo

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Mercedes Bautista Martínez (www.almadesuperheroe.blogspot.com)

Escribir es vivir

Todo lo que no encaja, incomoda. Unos zapatos que aprietan, unos pantalones que no se ajustan, una silla demasiado pequeña para tu estatura…

Lo mismo ocurre con la vida. Un mundo en el que no te adaptas, un grupo al que no perteneces, un trabajo en el que no fluyes… No encontrar tu sitio, incomoda. No sentir que estás en el lugar correcto, donde puedes ser en plenitud. No sentirte parte de nada.

Hay personas a las que la vida, casi por sí sola, se les ajusta. Personas que cumplen con los estándares, con las medidas universales; a las que su talla siempre les queda perfecta. Personas que no tienen que esforzarse para encontrar lo que les pertenece, para adaptarse a lugares, medidas o posiciones. Hay otras, en cambio, que se enfrentan cada día a un mundo que les queda grande, o tal vez pequeño, y tienen que vivir en un continuo esfuerzo por adaptarse y sobrevivir.

Para muchas personas, encontrar su lugar es un reto, una lucha continua que desgasta, que agota y que, en ocasiones, destruye.

Porque sentir que estás donde quieres estar, sentir que perteneces a ese sitio, es imprescindible. Y no digo “encajar” en una sociedad únicamente por encajar. No es adaptarse por sentirte “normal”. No me refiero a adaptarse y ser quien se supone que deberías ser. De lo que hablo es de llegar a saber quién eres de verdad y poder serlo en el mundo con total libertad.

Encontrar lo que te hace feliz y disfrutarlo, ser quien eres y expresarlo. Dedicarte a lo que te apasiona aunque no sea lo que otros esperaban, vestirte como te gusta y te hace sentir bien aunque te salgas de la norma, amar a quien tu corazón te manda aunque esté lejos de lo tradicional…

Para hacerte tu hueco en el mundo y sentir que has encontrado tu sitio tienes que conocerte, saber quién eres. Atreverte a probar, a cambiar lo que no te gusta. A dejar ese trabajo que te angustia, dejar a esa pareja con la que ya no estás en sintonía. A marcharte de un lugar donde no encuentras lo que estás buscando. A cortar hilos, cerrar puertas.

A empezar de cero, a confiar en ti. A decir lo que sientes. A asumir las consecuencias aunque te asusten. A renunciar a aquello o aquellos que no quieran o no puedan aceptarte y formar parte de tu vida siendo quien realmente eres.

Porque todo, absolutamente todo en tu vida es prescindible, salvo tú misma. Si no puedes ser quien eres, lo demás no importa. Siempre sentirás la incomodidad de llevar unos zapatos que te aprietan. Una incomodidad que no hará más que crecer hasta que un día ya no puedas caminar, no puedas sonreír, no puedas respirar. Un día tu cuerpo ya no soportará más dolor, más lucha, más esfuerzos por fingir ser lo que no eres para tener un sitio, aunque no sea el tuyo.

Nadie merece caminar toda la vida con los pies ensangrentados, con dolor y sufrimiento solo por ser quien es. Ni escondiéndose, ni fingiendo. Todos merecemos darnos la oportunidad de encontrar nuestro verdadero lugar en el mundo sin miedo, ni vergüenza, ni sentir el rechazo de lo que nos rodea.

Busca tu sitio.

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