Atando perros con longanizas, que ha sido publicado por la editorial murciana Tirano Banderas, es una obra literaria donde Jose Moreno (Molina de Segura, 1957) nos narra su propia infancia en Hannover (Alemania), donde sus padres se trasladaron, como tantos otros españoles, a trabajar. En esta ópera prima, la autora pasa con facilidad del humor al espanto, de la supervivencia a la nostalgia, del cobijo al ocio. Fueron casi cuatro años llenos de vivencias en un país con una lengua desconocida y envuelto aún en la bruma del nazismo.
*Lo primero que llama la atención del lector al ver su libro es el título. ¿Por qué lo ha elegido?
En la Alemania de los años 1958-1963 se vivía mucho mejor que en la España de aquella época, pero los emigrantes tenían los peores puestos de trabajo; de ahí que, casi al final del libro, digo que allí no se ataban los perros con longanizas, como les ocurre a los extranjeros que ahora están en España.
*Muchos de los lectores que ya se han acercado a Atando los perros con longanizas resaltan que su libro no solo refleja su propia historia, sino la memoria colectiva de una generación de españoles que se vio obligada a emigrar al extranjero…
Sí, no solamente está narrada mi propia historia, también cuenta las historias de otros compatriotas, incluso de rumanos y alemanes que se cruzaron en nuestro camino.
*Tras aquella primera infancia de cuatro años en Alemania, ¿ha vuelto o pensado regresar a Hannover?
Al principio siempre quería volver para quedarme allí, pero el tiempo fue pasando… Hoy no me lo planteo porque del caserío, o mejor dicho, del antiguo campo de concentración habilitado como viviendas de trabajadores ya no queda nada, ahora son bloques de pisos, como los de cualquier ciudad.
*Como escritora, ¿se siente cómoda escribiendo textos en primera persona?
Este libro lo comencé a escribir con narrador, pero al no encontrar el tono lo cambié a primera persona y con la voz y los recuerdos de una niña pequeña, haciendo que el relato resulte más dulce.
*Hay una tendencia generalizada en la literatura, tanto en los escritores como en los lectores, hacia las historias reales. Memorias, diarios, novelas de no ficción se extienden sobre las mesas de las librerías. ¿Ha escrito Atando los perros con longanizas siendo esta moda o porque sentía la necesidad de relatar esta historia personal?
No ha sido cuestión de moda o tendencia, esta historia tenía que ver la luz porque no sólo fue ir a trabajar, ganar dinero y volver. Pasaron cosas extraordinarias que tenía que compartir. Hay personajes que arrastraban graves historias que no podían caer en el olvido y anécdotas graciosas que levantan sonrisas, haciendo el texto más llevadero, voy dando una de cal y otra de arena.
*Resulta llamativo que su primer libro en solitario aparezca a una edad madura, incluso tras su jubilación laboral. ¿Desde cuándo escribe?
Estoy en el mundo de la literatura desde 1996, pero siempre he escrito relato corto y de ficción. De los casi 300 que tengo, apenas media docena son de hechos reales. En cuanto a sacarlo a la luz después de la jubilación ha sido porque ahora dispongo de tiempo para presentaciones, entrevistas…
*Dicen que lo vivido en la infancia marca para siempre a las personas. ¿qué le ha quedado a usted de esa niña que llegó a un país lejano, donde se hablaba una lengua desconocida y que acaba de salir de una terrible guerra?
Esa niña aprendió demasiado pronto lo que es realmente la vida. Me ha enseñado a apreciar las cosas sencillas, a no tener miedo a nada ni a nadie, a sobrevivir y me ha hecho una mujer fuerte, pero lo que realmente me ha quedado de aquella etapa de mi vida es el frío que aun sigue impregnado en mis huesos.
