Ya en la calle el nº 1040

Somos el grito de las que no tienen voz

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Ana Corrales 2 BACH de Investigación de artes

El día 25 de noviembre se celebra el Día contra la violencia de género, y los alumnos de primero y segundo de bachillerato de artes del IES San Juan de la Cruz han realizado una exposición de dibujos conmemorativos para ese día (25N). La exposición se podrá ver las dos últimas semanas de noviembre y, en el próximo mes de enero, en el salón de la Casa de la Cultura de Bullas.

Somos el grito de las que no tienen voz
1° de bachillerato de arte

Se trata de una composición conjunta, lineal, con la misma estética (blanco y negro) junto a una cinta morada que unen los dibujos, colocados sobre cartón pluma y cuya técnica es libre (acuarelas, lápiz, carboncillo…)

Esta actividad fue propuesta por los alumnos, con el objetivo de darle voz, mejor dicho, darle trazos, a estas situaciones que desgraciadamente las mujeres seguimos sufriendo a día de hoy, ya que el arte es una vía de expresión y comunicación. Son imágenes que cumplen la típica frase “una imagen vale más que mil palabras” evocando gran cantidad de sentimientos, inefables en muchos casos.

Ya en el Romanticismo, el pintor Francisco de Goya utilizaba sus obras para mostrar la cruda realidad en la que vivía por aquel entonces, invitando al espectador a la reflexión de esta. Como decía Robert Schumann: “Enviar luz al corazón del hombre, ese es el deber de un artista”.

Somos el grito de las que no tienen voz
Exposición en el IES San Juan de la Cruz

 Tenemos que felicitar a nuestra compañera María Sánchez Fernández que ha realizado el cartel que conmemora este día en Bullas.

Yo sí te creo y si te pasa algo querida, lo quemamos todo.

 Haber pasado por un abuso  no entiende de tiempo ni fortalezas, simplemente esa herida sangra. La duda es si algún día deja de hacerlo. Ves cómo pasan los meses y la del espejo ya no eres tú, tan solo se trata de un reflejo triste e inerte en el que aparece la soga que el silencio sujeta, y con ella te ahoga. Intentas seguir esa vida, de la que se suponía que eras dueña, al igual que se suponía que lo eras de tu cuerpo y de tu mente. Pero nadie por las noches te había contado la historia de que no hay monstruos debajo de tu cama, sino que están ahí fuera, y todos ellos, humanos corrientes. Y por el injusto juego del azar, llega uno de esos y te roba el color de tu vida, todo aquello que conservabas antes de esa fecha con  la etiqueta de felicidad.

Somos el grito de las que no tienen voz
Una de las obras

Sigue pasando el tiempo, y ya no recuerdas lo que era caminar sin el pinchazo en el pecho, procurando esquivar los abrazos para no derramarse en lágrimas; no obstante, pasas a necesitar constantemente este gesto.

Olvidas lo que era soñar con hadas, o bien ahora su aspecto te resulta aterrador, ya que su rostro lo ha usurpado, sí, el de él.

Llega al punto que te olvidas de ti, de tu razón de ser, incluso te asquea tu existencia. Te sientes culpable de un dolor que no has elegido, pero crees haberte provocado; por esta razón, comienzas a aislarte, sin darte cuenta, de que solo eras una chica incapaz de reaccionar. Dime quién podría ante tal shock emocional.

            Hasta ese día, creías en Dios, si realmente existe. Aquel sentiste que te abandonó. Entonces crees  desmentir el famoso dicho: “las palabras hacen más daños que los actos”. Sin saber todavía que estas palabras posteriormente llevaban consigo el veneno más letal. Incluso vienen acompañadas de ansiedad, ira, llanto y negación. A partir de ahí, cariño, la mochila va más cargada y ahora la vida pesa.

Somos el grito de las que no tienen voz
Obra de una alumna del IES San Juan de la Cruz

Pero no te atrevas a decirme que no lo viví, ojalá creerlo, de veras, pero mi mente y mi corazón se han quedado rotos, y afirman que fue real. Yo sí te creo, creo a ciegas en esa historia que te ha destrozado, que te ha hecho saber que la muerte no viene después de la vida, sino al revés. Historias gritadas en braille, sin darnos cuenta de que vivimos en medio de esta pandemia silenciosa, que las mujeres que salen a defender sus derechos no son unas exageradas, sino víctimas.

            Este texto es un grito de rabia e impotencia contra los hombres que cometen tales atrocidades. Basta ya, nos estáis destrozando. Y para muchos de estos un “NO” solo es un monosílabo, pero os advierto que muchas veces un “no sé” también significa un “no” y que  un silencio también lo es. No robes una vida, por un momento de ¿placer?.

(Esta lucha es de todos)

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