Ya en la calle el nº 1040

Series para una cuarentena: Unorthodox

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

DAVID LÓPEZ MARTÍNEZ

No dejamos Netflix, pero sí la ficción -de cierta forma-, Ciencia Ficción, las aventuras espaciales, las batallas contra infectados y las clases de sexo adolescente, para introducirnos en un terreno muy fangoso, de complicado acceso, real como la vida misma, puede que inexistente para muchos, y que cuando se medio descubre sobre él, uno no puede realmente si creer o no lo que acaba de ver, leer u oír. Pero ojo, que voy a hablar de una serie de ficción, que no se os olvide, basada en hechos reales, eso sí, y por eso mi introducción, y porque toca un tema nada liviano, eso también. Por tanto, déjense llevar, échense las manos a la cabeza si lo ven oportuno e intenten disfrutar de la historia de principio a fin.

Unorthodox es una mini serie de cuatro capítulos de casi una hora de duración cada uno, en los que se cuenta las memorias escritas por Deborah Feldman (Unorthodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots), una judía ultraortodoxa que rompe con su comunidad jasídica de Nueva York e inicia una nueva vida lejos del universo religioso en Berlín. La serie es novedad en esta plataforma de la que hablamos desde que comenzamos con este espacio, os saltará por tanto en la parte de arriba como destacado y no tendrán que estar ni buscándola. Bueno, al grano. Esty, la ultraortodoxa afincada en el barrio neoyorquino de Williamsburg (Brooklyn), lugar para ver y quedarse perplejo, y lo digo con conocimiento de causa, ya que es increíblemente imponente, pero que cuando se comienza a conocer la historia de esta niña de diecinueve años, la perplejidad es aún mucho mayor. Le imponen el casamiento, le imponen una serie de reglas que uno no da crédito, incluso conociendo un poco de historia sobre esta comunidad tan poderosa, y le imponen no vivir, directa y sencillamente, como ella pudiese o quisiese imaginar.

Dichas imposiciones, reglas y vida que Esty tiene que llevar, la llevan hasta el punto de explotar. Explotar en todos sus sentidos. Cierto es, y eso es cosa del que es escribe, que la mini serie, dentro de su dureza, es bastante fría, rápida a la hora de contar la historia y corta en los acontecimientos que transcurren en Nueva York -o ahondar más en el ultraortodoxo mundo de los judíos-. Y lo curioso, es que la serie es idea de Deborah y está dirigida por Maria Schrader, amiga de ésta. Pero incluso así, sin profundizar en lo que ya se nos deja ver y contada de forma diligente, esta producción es altamente recomendable.

Su primer capítulo augura una gran historia, una gran lucha y una gran esperanza. Romper con todo, comenzar una nueva vida… Se nos abren las puertas para emprender nuevos conocimientos, nuevas vivencias… Os invito a que dejen la siesta del día a un lado y se pongan con ella, para la hora de cenar ya la tendrán vista, pero no asumida. Es necesaria.

 

 

 

 

 

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