Ya en la calle el nº 1037

Reencuentro inesperado: The Killing

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CARLOS MARTÍNEZ SOLER

Estoy casi seguro que todos nosotros nos hemos acercado a más de una obra, ya se una película, libro, serie de TV…, fuera de tiempo. Eso es precisamente lo que me ha pasado a mí con la serie de AMC The Killing, relato que se estrenó en el año 2011, y que me fue recomendado por amigos, colegas, conocidos…, pero al que yo decidí dar la espalda por falta de tiempo, pereza, desidia…, vete tú a saber.

Sea como fuere, hace unas semanas estaba yo buceando por esa magnífica plataforma de vídeos bajo demanda llamada Netflix y, curiosidades de la vida, fue ésta la que me recomendó de The Killing. Sí, han oído bien, hoy en día estamos más que vigilados, y páginas como la anteriormente mencionada se toman la licencia de proponernos productos en base a tus preferencias seriéfilas. Algunos considerarán esto una intromisión en su vidas, yo sin embargo, pienso que de vez en cuando no está mal que te faciliten la tarea.
Así que por 2º vez The Killing se posaba ante mis ojos y esta vez no le di la espalda, todo lo contrario diría yo, pues 3 semanas después me encuentro sumergido en su tercera temporada. Pocos son los reproches sobre esta obra de AMC, es verdad que no inventa nada nuevo, la serie gira en torno al asesinato de una joven llamada Rossie Larsen y la búsqueda de su culpable, pero todo lo que la envuelve es creíble, profundo, desgarrador y sombrío. Por momentos me parece estar viendo Mystic River, aspecto que se retrata en ese padre frío, casi ausente, pero cuyo pasado (perteneció a la mafia) le sumerge de nuevo en las redes de la violencia con el fin de esclarecer el asesinato de su hija. En The Killing también veo cosa de Seven, tal vez sea yo, pero no me parece para nada casualidad que todo ocurra en Seattle y que durante todo el relato la lluvia sea un personaje más, un ser ausente, pero a la vez muy presente que empapa todo de profundo dolor y tristeza. Por último, su pareja protagonista, Sarah Linden, una inspectora metódica, certera, con instinto, a la que su pasado persigue inevitablemente, y el detective Holder, un personaje de aspecto endeble, incluso enfermizo, cuyos coqueteos con las drogas lo convierte en el mejor aliado a la hora de adentrarte en los pantanosos terrenos del asesinato. Por todo esto y mucho más, si The Killing aparece en sus vidas, no hagan como yo, no la abandonen durante 6 años.

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