Ya en la calle el nº 1040

Problemas de deseo sexual

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

FELIPA GEA/Psicóloga, Sexóloga y Neuropsicóloga/

ESPACIO DE ALCOBA

¡Hola Felipa! Te quería hacer una preguntar, ¿qué puedo hacer si no tengo ganas de hacer el amor? Porque estoy muy estresada y tengo falta de deseo, ¿qué me recomiendas?

Problemas de deseo sexual
Espacio de Alcoba

Pues ya está aquí, otra vez por estos lares, tu sexóloga favorita: Felipa Gea. Esta vez te voy a hablar del deseo sexual femenino, ya que una de mis lectoras me preguntó sobre ello y es un tema muy recurrente entre las mujeres (aunque lo es, cada vez más, también entre los hombres).

Son muchos los factores que afectan a la falta de deseo y voy a intentar escudriñarlos para que te hagas una visión más clara sobre ello, pero antes vamos a ver qué es el deseo. El deseo sexual es un interés en la actividad erótica, tanto si se satisface en pareja como individualmente. Se puede entender como un sentimiento que abarca todo el cuerpo, donde se incluyen aspectos físicos, psicológicos y emocionales.

Uno de los grandes enemigos del deseo sexual es el estrés, pues su aparición provoca su disminución. Aumenta el nivel de cortisol en sangre, una hormona que provoca que estés en alerta, disminuyendo la mayoría de las funciones orgánicas (incluidas la reproductiva y la función sexual) para que puedas centrarte en salir de esa situación y sobrevivir. Por lo tanto, la satisfacción de tus relaciones sexuales se ve afectada también, ya que para que puedas sentir placer es necesario dejarse llevar (de manera relajada) y estar en contacto con el momento (es decir, tener la cabeza en eso). El estrés no deja que esto ocurra porque nos prepara para huir.

Otra de las cosas a tomar en cuenta es que el deseo sexual femenino no se puede estimular con una píldora, ya que reside, en gran medida, en la cabeza y en las emociones. Por ejemplo, nosotras asociamos más el deseo sexual con la intimidad y la cercanía con la pareja, por lo que otro de los factores que hacen disminuir este deseo es la falta de cariño, de respeto, de comunicación, de reciprocidad y de compromiso afectivo. Además, el deseo de las mujeres suele estar dañado por historias de abuso, violencia, presiones, incomunicación, aburrimiento y falsas creencias que llevamos incrustadas por el mero hecho de haber nacido mujeres.

A las mujeres también nos acompañan los complejos en la cama y esto provoca que nuestra sexualidad se vea mermada, o que se refrene. La carga que recae en tu cuerpo como mujer, que debe ser joven, esbelto, con pechos grandes, sin piel de naranja, con vientre plano… provoca presiones que no sólo te llevan al estrés, sino también a la falta de confianza en ti misma y al miedo a no ser perfecta (o como “deberías” ser).

No obstante, sea cual sea el factor que está influyendo en tu deseo sexual, se pueden crear las condiciones para facilitar una disposición a las relaciones sexuales, siempre tomando en cuenta todos estos factores que te cuento y abordándolos si es necesario. Lo primero es llamar al deseo, es decir, no hay que esperar a que aparezca de manera espontánea. Asimismo, cuando se establece la rutina en la pareja, la novedad desaparece y su incentivo hacia el deseo también, por lo que hay que introducir novedades o incentivos “no espontáneos”. Viene muy bien leer literatura erótica para ampliar o crear fantasías, pero lo que más hay que quitarse es la idea de que el deseo sexual es siempre espontáneo. Es más, cuanto más se alargan las relaciones de pareja en el tiempo, menos espontaneidad existe y más se equipará el deseo a ir al gimnasio (o hacer ejercicio).

Sí, has leído bien, he equiparado el ir al gimnasio con llamar al deseo sexual. Cuando no hay una rutina establecida de ir al gimnasio (o hacer ejercicio), normalmente te da mucha pereza levantarte del sofá, pese a saber que luego cuando vas te sientes bien y te sienta bien. El primer día es el que más pereza da, pero a medida que vas estableciendo esta rutina que te hace sentirte bien y te sienta bien cada vez te cuesta menos levantarte del sofá. Hasta que un día deja de darte pereza e incluso lo necesitas. El deseo funciona igual y, a veces, hay que establecer rutinas para llamar al deseo y que recupere su capacidad de espontaneidad.

Te espero en mi “Espacio de Alcoba” llamando al deseo sexual y creando fantasías para que me ayuden en su llamada, espero que tú hagas lo mismo. También espero que me cuentes tus experiencias a través de las diferentes vías, que están puestas únicamente para ti, las cuales puedes utilizar si necesitas consejo erótico o concretar alguna cita.

– Correo electrónico: [email protected] / [email protected]

Página web: www.espaciodealcoba.com

Redes sociales: Facebook (@espaciodealcoba / @felipagea), Instagram (@espaciodealcoba) y Twitter (@espaciodealcoba)

Carta tradicional: Avenida de Murcia, 87. Bullas (Murcia), 30180.

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