JAIME PARRA
Paqui Sánchez, que recientemente ha sido elegida presidenta de la Ruta del Vino de Bullas, nos recibe en bodegas Lavia, donde está ligada por sus estudios (en la Facultad de Veterinaria dentro de la carrera Ciencia y Tecnología de los Alimentos) a la parte productiva pero también a la enoturística, por la que nos interesamos en estas fechas en que se está desarrollando una de las apuestas más importantes de la Ruta: Vinarte.
Paqui comenzó en 2011 en Lavia y tanto con los anteriores como con los actuales propietarios siempre ha ejercido un puesto de responsabilidad
Hija y nieta de personas relacionadas con el mundo del vino, al vivir cerca de la Cooperativa del Rosario algunos de sus primeros recuerdos tienen que ver con el olor a vino.
¿Qué importancia tiene para bodegas Lavia el enoturismo?
Es una oferta complementaria, ya que juntas sector primario con la producción de uvas; el secundario con la creación del vino y el terciario, el turístico, en el que mostramos nuestro producto.
Al conocer de esta forma el vino, los turistas suelen ser más receptivo. “Cuando vea una botella de Lavia en la enoteca ya sabré todo el trabajo que lleva detrás”, nos dicen.
Acercamos el producto, que pecaba quizá de ser demasiado elitista (quién no te ha dicho “yo no sé de vinos”), y damos a conocer el territorio.
¿Y qué valor tiene la Ruta del Vino de Bullas?
Lavia es socia fundadora desde 2016. Siempre hemos estado en la junta directiva y desde junio de 2002 conmigo en la presidencia, aunque desde que entré en Lavia me han dejado la responsabilidad de ser la persona de Lavia en la Ruta.
Desde 2011 entonces está relacionada con la Ruta, ¿cómo ha vivido su evolución?
Muy importante, sobre todo con un gran aumento en el número de visitas para ser una ruta pequeña. Este año hemos estado en torno a los 23.000 visitantes que han acudido a nuestro museo, a las bodegas, han recorrido nuestro paisaje y conocido nuestra gastronomía…
¿En qué quieren centrar sus esfuerzos en esta nueva etapa?
Continuar acercando al turista a la Ruta, pero haciendo hincapié en que éste se quede a pernoctar. Es nuestro principal hándicap y por ello nuestro objetivo: transformar la visita de un día en una de fin de semana para que económicamente hay un retorno a la zona.
Unidos los municipios esta tarea puede resultar más sencilla.
En la zona confluyen tres visiones: la parte de Integral, que la forman catorce municipios; la Denominación de Origen, que son once municipios, y la Ruta del Vino, donde además de las bodegas participan restaurantes y tres ayuntamientos, Bullas, Cehegín y Mula. Esperamos que otros se animen como Moratalla y Caravaca para así ampliar y diversificar nuestra oferta turística para que el visitante se quede el fin de semana o más tiempo.
¿Qué le piden a las administraciones?
Que confíen y que apuesten por nosotros, como hace Integral, que inviertan un dinero que nosotros nos encargaremos de revertir en el territorio.
¿De qué forma llega la ayuda de Integral?
Su papel es muy importante. Hace poco visitamos una DO con mayor territorio, la de las Rias Baixas, para ver qué podemos exportar a nuestra Ruta. También su apoyo a la formación, la publicidad que nos da y la divulgación que hace de la Ruta.
Y tampoco podemos olvidar al Ayuntamiento de Bullas, que nos cede parte de su personal, ya que no tenemos a una persona dedicada al cien por cien a la Ruta.