Ya en la calle el nº 1040

P. José Antonio de Colsa Abreu (Fr. Luis Javier de la Inmaculada) 1931-2014

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Fr. Dionisio Tomás Sanchis, ocd
Archivero Provincial de Aragón-Valencia
Un pincel ha dejado de pintar. Lo suyo eran las flores, los paisajes, las carichatas, los retratos, los Cristos la Virgen-Madre, durante años hizo la portada de la revista del Carmen caravaqueño, los hombres viejos y los compromisos que le salían. Sus cuadros existen por América Latina: Venezela y San Salvador donde estuvo de misionero, España, provincia carmelitana de Aragón-Valencia, Comunidades del País Vasco, la Rioja, Madrid y Murcia, estando la mayorPadre Colsa parte de su obra en Caravaca de la Cruz, y finalmente en Burriana y Benicásim, donde ha vivido sus últimos años.
Su firma, José Antonio de Colsa, nunca olvidó el recuerdo perenne de su madre, de hecho como religioso se llamaba Luis Javier de la Inmaculada, precisamente por el nombre de aquella. Sus padres José María e Inmaculada Concepción tuvieron cuatro hijos: José Antonio, nuestro protagonista, Enrique, Ramón y María Socorro.
Su madre murió cuando tenía seis años lo que influyó en su carácter e hizo que tuviera una inclinación especial hacia la familia materna de Vitoria. Viviendo en Logroño en aquella época, hizo la Primera Comunión en el convento de las Salesas de la capital Alavesa donde su familia tenía una gran relacíón con los Padres Carmelitas de aquella Ciudad, principalmente a través del P. Sergio su confesor y director espiritual.
Empezó sus estudios en los Hermanos Maristas de la Capital riojana, pasando más tarde a los Padres Escolapios junto a sus hermanos pequeños. Destacó desde el primer momento por su sensibilidad artística y por su amor a las letras. Como anécdota de su vida de pintor hay que decir que su primer premio lo ganó en una exposición en el Colegio con un bodegón compuesto por un jarrón de bronce, una flor sobre la mesa y un libro de pergamino sobre la Vida de san Prudencio, Patrón de Vitoria al que él, con su despiste habitual, “despojó de la santidad” figurando en el lienzo solamente Vida de Prudencio.
El traslado profesional de su padre, perteneciente a la carrera judicial, a Zaragoza, dada la cercanía de su vivienda al convento de los Carmelitas Descalzos, mantuvo la conexión con la Orden e hizo que al ingresar en la misma lo hiciera en la provincia Carmelitana de Aragón-Valencia. Siendo joven se enamoró de una muchacha llamada Marichu, una beldad de juventud llena de espiritualidad ya que terminaron ambos dos en el Carmelo de Teresa. Ella entró en las Carmelitas Descalzas de Calatayud, y él se decide por hacer la experiencia en el Desierto de las Palmas. Aquí recibe el hábito de Carmelita Teresiano el 13.05.1952 y hace la profesión religiosa el 17.05.1953. Estudios de Filosofía en Valencia (1953-1956), donde profesa solemne el 20.05.1960 y los estudios de Teología los realizó en Zaragoza (1956-1961) donde le ordenan de Subdiácono y Diácono, recibiendo el Orden Sacerdotal en Teruel el 24.09.1960 por Mons. León Villuendas, religioso franciscano de entrañable memoria. Terminando su formación religiosa completa el curso de Pastoral en Oviedo (1960-191).
La actividad apostólica desarrollada en su vida se puede sintetizar en su dedicación a la docencia, misiones en zonas rurales en América y las clases de pintura que fueron una constante en su vida. La docencia la ejercita en Burriana (1961-1963). Parte hacia las Américas en una expedición misionera que, con gran generosidad, proyecta y realiza la provincia de Aragón-Valencia por tierras de Venezuela y Centro América. En el país andino estuvo los años (1963-1966) donde vive la experiencia de los Cursillos de Cristiandad en diciembre de 1967, y en San Salvador los años de 1968-1987. Este período americano necesitaría una larga explicación que no es el momento de comentar. Regresa a España en este mismo año y es destinado a Caravaca de la Cruz.
Su presencia por tierras de la Cruz le ha valido el premio de un buen grupo de amigos y amigas. Cercano a los enfermos que visitaba con frecuencia, gozando con ellos de su intimidad y conversación. Hombre con buen humor sacaba el detalle singular de las personas, como hiciera en los retratos, siendo ameno y divertido donde se encontraba. Espiritual y buen religioso. Incondicional a las órdenes de los Superiores, que junto a las Capellanías que servía la comunidad, atendía al Confesonario y ayudaba cuando se le pedía cualquier servicio. Y sobre todo pintor. En Caravaca de la Cruz realizó varias Exposiciones en la Sala de Cultura de Caja Murcia los meses de enero-febrero de 1992, y en la Sala de Cultura del Ecmo. Ayuntamiento, agosto-septiembre de 1998. Sus obras están en muchos hogares caravaqueños y su presencia entre ellos tiene una especial significación. Más allá de su pintura se encuentra al hombre religioso y espiritual que les ha llenado de su mensaje.
Estas páginas están escritas en Caravaca de la Cruz y dictadas de su hermano Enrique. De él son los pasajes de infancia y adolescencia como otros datos de familia. El P. Colsa pasó un mal momento de salud que todos los presentes, especialmente sus hermanos, creíamos que se moría. En el hospital nos encontrábamos sus hermanos de sangre e ideal religioso con algunos de sus amigos que nunca le faltaron. Dio sencillez, buen humor, y sus pétalos de flores cubrieron su cuerpo al final. Muere en Benicasim el 26 de julio del 2014, y es enterrado en el Panteón del Carmelo Teresiano tiene en el Desierto de las Palmas el 28 de julio.

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