Ya en la calle el nº 1040

Nos quedamos sin Íñigo, el valor más distinguido de la comunicación musical

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

PEDRO ANTONIO HURTADO GARCÍA

Como saben nuestros lectores habituales, los obituarios que firmamos siempre están dedicados a personajes del mundo de la música y, en algunos otros casos, a “grandes” del sector de la comunicación. Hoy, triste y lamentablemente, nos ocupamos de alguien que goza de las dos condiciones: periodista musical de gran calado, dominador de la entrevista como pocos, innovador, creativo, exigente consigo mismo y perfeccionista hasta decir basta, además de ser una autoridad en el mundillo musical, pues no en vano ha lanzado a muchas estrellas de la canción, con el simple hecho de invitarles a sus televisivos programas, que siempre gozaron de enorme prestigio, o, en otras ocasiones, orientándoles, reconduciendo sus pasos y aconsejándoles en sus carreas como ese “zorro viejo” que, en este caso, sabe mucho por mayor, que nunca viejo, ya que su espíritu no admitía la vejez, pero también por “zorro” y conocedor de los ambientes musicales, su parafernalia, sus trucos de lanzamiento y todo lo que converge en torno a la creación de una estrella de la canción, tarea nada sencilla y siempre compleja, porque, además de la suerte, indispensable en cualquier caso, hay que ofrecer calidad, maestría, puesta en escena, voz, virtuosismo instrumental o los valores que, según el tipo de artista, sean precisos para ganarse la simpatía y la devoción del consumidor musical.

José María Íñigo Gómez (04-06-1942, Bilbao-País Vasco-España/05-05-2018, Madrid-España), disfrutó de la privilegiada y merecida suerte de ser querido y reconocido, por todos, como periodista musical, locutor radiofónico, presentador de televisión, actor, empresario y escritor que buscaba en sus programas agradar, formar, entretener y, sobre todo, “enganchar” al espectador u oyente, según se tratara de radio o televisión. Su última aparición en la pequeña pantalla tuvo lugar, muy recientemente, en el programa nocturno de Javier Cárdenas “Hora Punta”, en el que tuvimos la fortuna de que el fallecido nos ofreciera otra lección de maestría, conocimientos, vivencias y múltiples experiencias en este mundo que ha abandonado a poco menos de un mes para cumplir los 76 años y como consecuencia de un cáncer contra el que ha luchado, en silencio, durante los dos últimos años, pues tal como ha declarado su segunda y actual esposa, María del Pilar Piniella Merino, “no quería incordiar, fastidiar, ni molestar a nadie y, por añadidura, ha trabajado hasta el último día de vida y ha encontrado la muerte mientras dormía que, en definitiva, era lo que, él, quería”.

Sus hijos.-También sus hijos, “como él mismo os diría”, comentaron, “os damos las gracias por estar aquí con nosotros y con él”, manifestaron a las puertas del tanatorio Daniel, Eduardo, José María y Pilar, los cuatro descendientes del periodista considerado leyenda, mito e historia de la comunicación en España, tarea que ha ejercido durante seis décadas diferentes y en cuya trayectoria hemos tenido oportunidad de conversar con él y descubrir su magisterio musical y sus innegables conocimientos. Todo un lujo de persona y un excelente profesional, cuyos dos primeros hijos los tuvo con su primera esposa, la entonces diseñadora de moda Josette Nahmias, mientras que los otros dos fueron alumbrados por la mencionada María del Pilar.

Programas inolvidables.-Sus programas televisivos más relevantes y que le otorgaron prestigio y vitola de primera figura del periodismo, desde muy jovencito, fueron “Último grito”, “Ritmo 70”, “Estudio abierto”, “Directísimo”, “Esta noche… fiesta” o “Fantástico”, entre otros, emisiones que transformaron al comunicador en algo así como “uno más de la familia”, consiguiendo que se hablara del “bigote de Íñigo” y de él mismo como ese referente mediático que siempre ha sido este hijo de Daniel y Felisa, quien tantas veces declarara que, en sus primeras pruebas, en Madrid, fuera rechazado por ser “un chico de provincias”. Marchó a Londres y, luego, fue recibido como el profesional que conocía la capital británica y manejaba idiomas, “siendo la misma persona”, como apostillaba en sus reflexiones.

Lola Flores y Uri Geller.-Toda la sociedad española estaba ansiosa porque llegara la noche del programa del vasco, por cuyo “pupitre del directo” desfilaron músicos, compositores, artistas, humoristas, políticos, deportistas, toreros o personas desconocidas que, a través de sus emisiones, cobraban fama repentinamente, los mismos que, ahora, han manifestado su sentir y dolor por el fallecimiento del presentador. Anécdotas, como el pendiente extraviado de Lola Flores o las cucharillas dobladas y hasta partidas de Uri Geller, serán momentos siempre recordados en su trayectoria televisiva que, además, fueron objeto de comentario nacional durante los días posteriores a su emisión.

Íñigo, Pardo y Luqui.-Recibió gran cantidad de premios y reconocimientos, siempre merecidos y ganados “a pulso” por este disc-jockey, denominación que, en las décadas de los años ’70 y los ’80 se aplicaba, no solamente al que “pinchaba” discos, sino también al que disertaba sobre música y atesoraba unos conocimientos tan intensos y profundos como los que siempre lució el polifacético José María, quien, junto a su colega José Ramón Pardo o el navarro, también desaparecido, Joaquín Luqui, entre otros, dominaban el panorama de la información musical más documentada.

Colección de discos triples.-Con Pardo, Íñigo lanzó una colección de discos triples, con el sello “Rama Lama Music”, que concentraban, en cada volumen, la música del verano, del soul, cine, mexicana, italiana, canción francesa, baladas, temas de amor, música popular, canciones para guateque y abordaba, en definitiva, lo mejor y más relevante de todos los géneros musicales. Ya habían lanzado el volumen número 14 y, probablemente, estarían trabajando en el decimoquinto, extremo que conoceremos pronto. Nosotros, hemos disfrutado de los 14 primeros y pensamos mantener la colección completa y bien conservada, porque los consejos musicales de este dúo de profesionales siempre han estado presididos por la calidad, el buen gusto y las canciones inolvidables.

Adiós, maestro.-Se nos ha ido, repentinamente, un maestro de la música, la comunicación, el arte escénico, la crítica musical y el conocimiento discográfico, como nos ha demostrado tantas veces y, más recientemente, durante la última década del “Festival de Eurovisión”, acontecimiento que retransmitió desde que nos abandonara para siempre el también profesional de lujo José Luis Uribarri. Adiós amigo, maestro, referente y espejo en el que mirarnos. Descansa en paz. Buenos días.

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