Ya en la calle el nº 1037

¡No a la mina de Gilico!

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CONSEJO DE DEFENSA DEL NOROESTE

Ha transcurrido una década desde que la empresa multinacional canadiense mostrara interés en la reapertura del yacimiento minero situado en el paraje de Gilico, en el término municipal de Cehegín. Durante estos años hemos visto cómo la Administración Pública, especialmente el Ayuntamiento de Cehegín, el gobierno regional a través de la: Dirección General de Medio Ambiente, la Dirección General de Energía, Actividad Industrial y Minería, así como la Confederación Hidrográfica del Segura que depende del Gobierno de España, han puesto una alfombra roja a la multinacional, poniendo nuestro patrimonio natural a su servicio para la obtención de un beneficio económico. ¡Al parecer solo les importa que los mismos de siempre se sigan llenando los bolsillos a costa de SACRIFICAR nuestro entorno natural, como los recursos hídricos del Quípar, afluente del Segura, y, por ende, la SALUD de los habitantes de la comarca del Noroeste!

¡No a la mina de Gilico!
En la Escuela del Vino de Cehegín

Tanto las administraciones públicas como la empresa minera mantienen que la extracción del mineral, de la magnetita, es esencial para la actividad económica del municipio de Cehegín, sin embargo, dónde quedarán la Hostelería, el turismo rural, el turismo de interior, de naturaleza y el deportivo. Qué futuro le espera a la denominación de origen Bullas, ya que afectaría a los viñedos, y a cualquier otro cultivo, cuando el futuro está en la agricultura ecológica y un desarrollo económico respetuoso, que ponga en valor la naturaleza de los pueblos que la tengan. La minería NO es sostenible. ¡Y nosotras queremos alzar la voz CLARO y FUERTE para decirles que no nos creemos ese relato de prosperidad! Nuestra Salud y Prosperidad no se venden

Este relato de la Administración y la empresa minera choca frontalmente con la realidad ambiental en la que nos encontramos por toda la geografía ibérica: minas contaminantes, explotaciones irresponsables y la falta de inspección y seguimiento han producido catástrofes como las de AZNALCOLLAR y siguen cada día comprometiendo la salud de las personas trabajadoras y vecinos de las poblaciones próximas, dejando desempleo a su paso por el deterioro que sufren las economías locales y la pervivencia de los ecosistemas afectados. A esta situación hay que sumarle el llamado de atención de la comunidad científica (el propio Profesor e investigador del CSIC, Fernando Valladares, que estuvo participando en un curso de la Universidad del Mar celebrado en Cehegín el pasado verano, así lo expresa) y los organismos internacionales, que alertan del deterioro de nuestro planeta Tierra y apresuran a tomar medidas porque el tiempo va en nuestra contra. En este sentido, ¡nosotras alzamos la voz para señalarles el camino de la sustitución del extractivismo con materiales provenientes de la recuperación, la reutilización de metales y la exploración de actividades económicas sostenibles!

Después de más de 30 años, el lugar en el que se ubicaba la antigua explotación minera de Gilico, llevada a cabo en aquel entonces por Altos Hornos de Vizcaya, se ha renaturalizado y en su espacio cohabitan diversas especies. Por este motivo, ¡es conveniente diseñar políticas públicas para el cuidado de este patrimonio natural y no permitir que se convierta en un paisaje lunar, devastado, tóxico y lleno de metales pesados, poniendo en marcha una fábrica de muerte y enfermedad, así como la ruina económica para nuestros pueblos.

Todas buscamos calidad de vida y nuestra comarca es rica en un patrimonio cultural y natural que hoy sostiene económicamente a las familias de nuestros municipios. En este sentido, es preciso cuidar nuestro hábitat y aprender de experiencias como las del Mar Menor y la Sierra Minera de Cartagena.

Ante el modelo extractivista y sus graves impactos sociales y ambientales, ante el lobby minero y el vasallaje del Ayuntamiento de Cehegín, el Gobierno de la Región de Murcia, la Confederación Hidrográfica del Segura y una Ley de Minas diseñada en 1973, durante la dictadura franquista, nos concentrarnos hoy y damos un paso adelante dejando en evidencia a nuestros gestores políticos por la escasa preocupación que están demostrando en la defensa de la salud y el patrimonio natural. ¡Alzamos la voz para decirles que nos permitan construir sociedades justas y sostenibles en las que la minería destructiva no tenga cabida! ¡La minería no es sostenible y está demostrado!

Poner una alfombra roja a la minera vulnera el derecho de los pueblos a decidir sobre su territorio, el derecho humano a un ambiente saludable y el artículo 45 de la Constitución Española. Mantener la extracción y el uso desmedido de recursos naturales, implica la aceleración de la grave crisis climática que ya estamos padeciendo. Escuchen a la ciudadanía, sensibilícense ante el llamado de un planeta que reclama sostenibilidad para el sustento de la vida.

¡Por la vida y nuestra tierra, paremos la reapertura de la mina de Gilico, destructiva y contaminante!

 

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