Ya en la calle el nº 1041

Moratalla en la UCI

Moratalla tiene, de sobra, las condiciones para estar muy viva. Pero no puede permitirse otra legislatura con un gobierno que se comporte como el de estos últimos seis años, porque entonces de la UCI pasará a la morgue directamente.

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Pepe Abellán Carrasco

“Menos mal que ya queda menos para mayo” es un comentario que repite, de manera generalizada, un amplio sector de moratalleros y moratalleras, de cualquier edad, condición e incluso ideología, y que aporta un halo de esperanza tras seis años de hastío, desánimo, tristeza y miedo provocados por la peor alcaldía que podría haber tenido este pueblo. Han sido seis años de autoritarismo, agresividad y venganzas al más puro estilo de un caciquismo que ya creíamos superado.

Hace aproximadamente seis años, una casa frente a la puerta del castillo se derrumbó. Seis años después, la imagen de la zona más visitada del pueblo es una ruina llena de escombros y suciedad. Hace también seis años hubo un cambio en la alcaldía. La situación actual de Moratalla y sus pedanías no dista mucho de la que tiene la zona de la puerta del castillo.

En poco tiempo se pasó de un gobierno que consultaba a los vecinos y vecinas en qué querían que se gastara su dinero, a imponer unos presupuestos saltándose incluso la voluntad del propio pleno. Se pasó de negociar y buscar soluciones con los propietarios del polígono industrial, a que estos abandonaran la negociación y llevaran al Ayuntamiento a los juzgados, lo que está suponiendo un coste de decenas de miles de euros a las ya malogradas arcas públicas.

Moratalla en la UCI

Se pasó de negociar y llegar a acuerdos con los trabajadores y las trabajadoras municipales, a no cumplir los acuerdos y provocar la huida de funcionarios (siete policías locales y alguno más que lo hará en breve), algunos de ellos renunciando incluso a una plaza fija en su propio pueblo.

Se pasó de ofrecer trabajo a jóvenes a través de bolsas de empleo totalmente transparentes, al ocultismo en la adjudicación de contratos, y a la huida de muchos jóvenes que ven que no tienen posibilidades.

Se pasó de colaborar con asociaciones y promover el asociacionismo vecinal, a obstaculizar su labor e incumplir acuerdos con éstas. Se pasó de atender todas las solicitudes de los vecinos y vecinas a no contestar a ninguna, a veces ni a los propios concejales siquiera. Se pasó de tener las puertas del consistorio abiertas a los vecinos, a cerrárselas con malas maneras en sus propias narices.

Se pasó de recibir nuevos vecinos enamorados de nuestro casco antiguo, a su huida por la suciedad y la situación ruinosa y de riesgo de algunas partes de éste.

Y todo ello sin conseguir ningún avance para el pueblo y pedanías. Endeudando aún más al pueblo, y con cada vez menos servicios y de peor calidad, menos cultura y menos oportunidades para las personas jóvenes que, desgraciadamente, ven que la opción de poder quedarse a vivir en el pueblo es cada vez más difícil.

Moratalla está en la UCI, y eso se respira y se palpa en el ánimo de la mayoría de vecinos y vecinas del pueblo y pedanías. Nunca antes había estado tan sucia ni tan abandonada, ni el pueblo, ni la relación del Ayuntamiento con sus gentes.

Pero Moratalla no ha muerto. Todavía se puede salvar. Tiene un casco antiguo que debería ser la envidia de toda España, tiene unos parajes naturales que ya quisieran muchos municipios con más renombre, tiene unas tradiciones culturales centenarias y únicas, un patrimonio histórico de primer nivel y dos declaraciones de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Moratalla tiene, de sobra, las condiciones para estar muy viva. Pero no puede permitirse otra legislatura con un gobierno que se comporte como el de estos últimos seis años, porque entonces de la UCI pasará a la morgue directamente.

La gente de Moratalla y sus pedanías no merecen ser ciudadanos de segunda, o incluso de tercera, por la mala gestión de algunos políticos. Tiene que tener los mismos derechos, las mismas oportunidades, los mismos servicios y la misma oferta cultural que los vecinos de otras localidades. No es justo que no sea así. Moratalla necesita la implicación de todos y todas, necesita que todos y todas rememos en la misma dirección, necesita devolver la alegría y la esperanza para que la gente vuelva a querer vivir y trabajar en este paraíso.

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