ISABEL ESPÍN
Vida y muerte. Esos suelen ser los conceptos que entendemos como ejes centrales del ser humano pero se me ocurren miles más que adoptan curiosas formas en nuestro día a día. Especialmente me hallo centrada en el miedo y la seguridad como destinatarios inconscientes de nuestros desvelos. En cuanto a ellos podría decirse que la religión y la política han actuado eficazmente para ahuyentar al miedo e instaurar la seguridad. Sin embargo, ¿no nos seguimos manteniendo inseguros y temerosos?
En un medio que es controlado por el hombre a su capricho, limitándolo y agrandándolo en aquellos momentos que entendía como necesarios, éste no termina por modularse perfectamente a los designios humanos sino que nos sorprende, recordándonos que solo somos un fugaz eclipse.
No todo lo que nos rodea sigue el ciclo de la vida que nosotros hemos acordado como “natural” pues éste ni siquiera puede estrictamente considerarse en las personas y menos en su carácter. Por ello, intento expresarle a aquellos que leen esto que recuerden que la improvisación y la casualidad son factores más poderosos en la vida que cuales quiera que haya podido medir.